diumenge, 19 de maig del 2019

MIRANDO A CELESTINO V

un Papa dimisionario como tantos otros obispos


Celestino, eremita elegido Papa
Cada 19 de mayo se conmemora a san Celestino V, el famoso Papa dimisionario en la historia de la Iglesia. Cuando dimitió el hoy nonagenario Benedicto XVI, se organizó cierto revuelo en el mundo de los creyentes, sobre todo, parece ser, que provocado por la ignorancia general que poseen los fieles, tanto clérigos como laicos.

A lo largo de los siglos no han faltado obispos dimisionarios pero es llamativa la cifra de los que hubo en el siglo VII. O sea que no hay por qué alarmarse si el Papa dimite pues es obispo de Roma y tiene los mismos derechos que los demás obispos. Quizá tenga una obligación más pero no puede dudarse o poner en tela de juicio la igualdad de los miembros de la Iglesia. Recordaba san Pablo a los primer@s cristian@s (Gal 3, 28) lo aprendido de Jesucristo y es que entre el pueblo de Dios no hay distinciones de esclavos y libres, ricos y pobres, judíos y paganos (o griegos), hombres (varones) y mujeres, …, así que no habrá o no tendría que haber distingos entre los obispos, unos más que otros, unos sí y otros no, etc.

Yendo a un listado cronológico, sin afán de ser exhaustivo, se confirma lo arriba dicho.
         Justo (†390), obispo de Lyon dimisionario y se retiró a Egipto con el lector Viator. El presbítero Antíoco fue a buscarlo sin éxito.
         Juan silencioso o hesicasta” (†558), natural de Nicópolis, fue obispo dimisionario armenio que acabó monje en la Laura de san Sabas.
         Teodorosiceota” (†613), monje obispo de Anastasiópolis y que consiguió que el Patriarca de Jerusalén recomendase a su Metropolita que aceptase su dimisión.
         Arnulfo (†640 con 59 años), elegido obispo de Metz siendo seglar y abuelo de Pipino “el breve”, dimitió para llevar vida contemplativa en los Vosgos.
         Eremberto (†678), benedictino, obispo de Toulouse que dimitió para volver como monje al monasterio que construyó y del que fue abad.
         Sacerdote (s VIII), obispo de Limoges que dimitió y así pudo volver al monasterio de Calabre que había fundado y en él pasar sus últimos años.
         Wulfrano (†700) era monje y obispo de Sens pero dejó la diócesis para ir a misionar en la Frisia donde dimitió de su arzobispado y volvió a Fontanelle como un monje más.
         Claudio (†703), obispo de Besançon que dimitió para ingresar en el monasterio de Condat donde le eligieron abad.
         Bonito (†710 con 87 años), obispo de Clermont, sucediendo a su hermano san Avito, pero como le parecía una forma ilegal de elección, dimitió a los 10 años, retirándose a la abadía de Manglieu y luego a Lyon.
         Juan (†721), obispo en Hexham y luego de York, en su ancianidad dimitió e ingresó en la abadía de Beverley por él fundada.
Benedicto XVI rezando ante los restos de san Celestino
        Moderano (†730), obispo de Rennes y tras 17 años de pastor, dimitió y se hizo monje en Roma.
         Lotario (†756 con 71 años), obispo de Séez (Normandía) que presentó su dimisión para volver a su vida eremítica que tenía desde que quedó viudo.
         Ursicino (†760), obispo de Chur, monje en Suiza y a los 4 años dimitió para ser eremita.
         Barnardo (†842 con 75 años), presentó su dimisión como obispo de Vienne tras 30 años de pastor y se retiró a la abadía fundada por él de Romans-sur-Isere donde murió.
         Genadio (†925) era abad en el Bierzo y Alfonso II lo designó obispo de Astorga, contra su voluntad y con permiso de Ordoño II renunció a su episcopado para volver a retirarse.
         Gerardo (†940), monje y obispo de Maçon que dimitió por preferir la vida solitaria en la selva de Brou donde erigió un priorato.
         Bogumila Teófilo (†1182) polaco de Kozmin, obispo de Gniezno que pidió permiso a la Santa Sede para dimitir y retirarse a la contemplación como camaldulense.
         Malaquías (†1148 con 54 años), cisterciense famoso por sus profecías, sucedió al obispo de Connerth y luego al de Armagh, primado de Inglaterra, sede de la que dimitió y regresó a Connerth.
         Alberto Magno (†1280 con 74 años), dominico y arzobispo de Ratisbona pero renunció a los 2 años para seguir en la enseñanza.
         Celestino V (†1296 con 84 años), obispo de Roma dimisionario a los cinco meses y escribió un Decreto (13-XII-1294) diciendo que el Papa puede renunciar, lo entregó a los cardenales que había reunido en Nápoles, donde vivía, se despojó de toda la vestimenta y ornamentación y se fue.
Benedicto XVI, elegido en abril de 2005 como sucesor de Juan Pablo II, dimitió el 28-F-2013 tal como había anunciado el día de la Virgen de Lourdes (11-F-2013) y Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires fue elegido su sucesor como obispo de Roma y tomó el nombre de Francisco.

Además la historia enseña que hubo algunos que presentaron su dimisión aunque no fue aceptada:
         Clemente de Ocrida (s IX), obispo búlgaro de Velica, uno de los llamados “siete apóstoles de Bulgaria”, quiso dimitir pero no le dejaron y se retiró al monasterio de Ocrida desde donde seguía dirigiendo la diócesis.
         Adalberto de Praga (†997 con 41 años) fue a Roma a dimitir como obispo (era el 2º de Praga), pero el Papa Juan XV le mandó volver y se hizo monje. Juan Pablo II lo incluyó en el nuevo Misal del 2002.
         Ezequiel Moreno Díaz (†1906 con 58 años), agustino recoleto y obispo de Pasto (Colombia), que en la visita ad limina en 1898, presentó a León XIII su dimisión, que no aceptó.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada