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Aniversario del Decreto imperial de Teodosio

Aunque
lo que enseña Jesús es fácil de entender, es también fácil no vivirlo y va
pasando el tiempo como si no nos enterásemos, como si estuviéramos dormidos.
Dice Samuel que “nadie los vio, nadie se
enteró, nadie se despertó. Todos dormían porque se había abatido sobre ellos el
sopor profundo de Yahveh” (1Sam 26, 23). Pero no todos los que se duermen lo hacen por obra
de Dios como el sueño de Adán (cf 1Cor 15, 45-49) o el de l@s sant@s que se
duermen en el Señor al morir.
Los cristianos podemos dormirnos, equivocarnos o dejarnos llevar
por la pereza mental aunque, al igual que Juan Pablo II, Francisco invita a
recordar hechos históricos erróneos para rectificar como los de “esos dualismos malsanos (que) llegaron a tener una importante influencia
en algunos pensadores cristianos a lo largo de la historia y desfiguraron el
Evangelio (LSi, 98). “La cultura del
bienestar nos anestesia” (EG, 54).
En la Encíclica “La alegría del
Evangelio” ya dejaba escrito: “¡Cómo
quisiera encontrar las palabras para alentar una etapa evangelizadora más
fervorosa, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta el fin y de vida
contagiosa!” (EG, 261) o sea que pretende despertar al Pueblo de Dios que
puede estar dormido, durmiendo o adormilado.
Olvidar
que hemos de amar al enemigo, amar a los que no nos aman ya ha pasado en la
historia y puede repetirse ya que el hombre es el único animal que tropieza dos
veces en la misma piedra, dice la sabiduría popular.
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Teodosio con san Ambrosio, en Milán. Recibió alguna reprimenda del obispo |
Así se empezaron a destruir todos los templos paganos (siglo IV) del
Imperio romano ya cristiano por decreto imperial, mientras los sacerdotes
cristianos dirigían a la población hambrienta contra el templo de la diosa
Demeter en Eleusis e intentaban linchar a los sacerdotes paganos Nestorio y
Priskos. El sacerdote pagano Nestorio, de 95 años de edad, terminados los
Misterios de Eleusis, anunció la predominancia de la oscuridad mental sobre la
raza humana.
El obispo
persa Abdas con un celo mal
entendido incendió el Pireo o templo del fuego, principal objeto del culto de
los persas. El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II, que había puesto fin a la cruel
persecución de los cristianos ordenada por su padre, amenazó con destruir todas
las iglesias de los cristianos, a menos que el obispo reconstruyera el templo,
pero éste se negó a hacerlo. El rey mandó matarlo en el 720 e inició una
persecución general que duró 40 años y martirizó al diácono Benjamín y otros
120 compañeros.
Emiliano, en la Mesia (Bulgaria), en el
362 fue ejecutado con otros varios por destruir a martillazos la estatua de un
dios y romper el altar de un templo sin vigilancia.
Emigdio enfureció a los paganos al destruir la estatua de Esculapio dentro de un
templo pagano y por ello fue martirizado en 303 con 24 años junto a otros
cuantos.
Marcelo, chipriota, obispo de Apamea (Siria), en el 389 fue martirizado por
paganos enfurecidos por destruir un templo a Júpiter, siguiendo los decretos de
Teodosio o sea con la legalidad en la mano.
Jonás, profeta de Israel (s
VIII aC) pretendía huir de Dios por resistirse a ir a Nínive, prototipo de
ciudad perversa y el enfurruñado Jonás se encaraba con Dios pues le parecía
absurda su misericordia ya que lo lógico era destruir sin más a esas ciudades
corruptas con todos sus habitantes super-pecadores.
Agustín, benedictino, obispo de Canterbury, apóstol de Inglaterra (†605)
siguió los consejos del Papa Gregorio Magno, su amigo, de no destruir los
templos paganos, sino convertirlos en cristianos. No destruir las fiestas
paganas a sus ídolos sino cristianizarlas.
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Pedro cortó la oreja de Malco |
Si
amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis? (…) Sed
misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis
juzgados; no condenéis y no seréis condenados (Lc 6, 27-38).
Nos
está ayudando Francisco a vivirlo pues se entiende que es algo básico y no
opinable, ocasional o prescindible: “En
cuanto al obrar exterior, la misericordia es la mayor de todas las virtudes”
(EG, 37).
“El camino de la Iglesia, desde el concilio de Jerusalén en adelante, es
siempre el camino de Jesús, el de la misericordia y de la integración”
(Amoris laetitia, 296).
“No podemos permanecer indiferentes, porque
ella cambia la vida” (Misericordia et misera, 4).
“Santo Tomás de Aquino destacaba que los
preceptos dados por Cristo y los Apóstoles al Pueblo de Dios «son poquísimos».
Citando a san Agustín, advertía que los preceptos añadidos por la Iglesia
posteriormente deben exigirse con moderación «para no hacer pesada la vida a
los fieles» y convertir nuestra religión en una esclavitud, cuando «la
misericordia de Dios quiso que fuera libre»” (Evangelii gaudium, 43).

“Que los ojos misericordiosos de la Santa
Madre de Dios estén siempre vueltos hacia nosotros (...) La Madre de
Misericordia acoge a todos bajo la protección de su manto” (Misericordia et
misera, 22).
Acudimos
a la Virgen, mediadora de todas las gracias y omnipotencia suplicante
rezándole: Bajo tu amparo nos acogemos…
oración mariana que recordó Francisco en el ángelus del 1 enero 2018. Es la
oración mariana más antigua conocida, rezada desde el 250 dC, un tropario o himno bizantino y la primera
en que a María se la llama Madre de Dios. Fue hallada escrita en un papiro
descubierto en Egipto por Edgar Lobel,
papirólogo rumano (+1982 con 94 años).
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