diumenge, 30 de desembre del 2018

INQUISIDORES



A lo largo de los doce meses del año, en el santoral aparecen unos cuantos (ellas nunca) que ha tenido esa labor de velar por la pureza de la doctrina y de las conductas. Unos con más gracia y otros con poca mano izquierda o sin ninguna gracia.

Cada 30 de diciembre se conmemora, entre otros muchos, a Anisio (†410), obispo de Tesalónica que presidió la comisión de obispos que, por encargo del Sínodo de Capua, juzgó a Bonoso que negaba la virginidad de María y la divinidad de Cristo. Defendió a san Juan Crisóstomo ante el papa y san Ambrosio hace elogios de su labor episcopal.

El mismo día el santoral cita a Edguino (†717), obispo de Worcester que por las muchas reformas que quería, fue denunciado en Roma pero al visitar al papa san Sergio I, recibió de él un abrazo de paz y comunión.


Cada 31 de diciembre, entre otr@s much@s que cierran el año, se conmemora a Juan Francisco Regis (†1640 con 43 años), jesuita francés, apóstol en Languedoc. Pío XII dijo de él que bien merece ser llamado patrono de las misiones populares. Fue defensor de la ortodoxia ante los calvinistas a los que combatió con verbo encendido, muchas veces portando en sus manos el crucifijo con el que derrocaba también las aviesas intenciones de bravucones soldados empecinados en atacar a la Iglesia.

Raimundo de Peñafort (†1275 con 99 años) fue un dominico encargado de organizar la predicación de la cruzada en Mallorca y la Inquisición. Colaboró con san Pedro Nolasco en la fundación de los “mercedarios”.

Juan José de la Cruz (†1734 con 80 años) fue fraile alcantarino reformador que empleó treinta años en difundir en Italia la reforma que san Pedro de Alcántara había establecido en España. Todos los hechos de su vida (extraordinarios o no normales) fueron verificados por severos inquisidores.

Pedro era un dominico que en Milán fue nombrado inquisidor general. Fue asesinado en Farga, de camino a Milán con 2 golpes de hacha en 1252, fruto de 40 libras milanesas; tenía con 46 años. Inocencio IV lo canonizó al año siguiente.

Pío V (†1572 con 68 años) fue un Papa dominico que había sido Comisario General de la Inquisición romana (1551) e Inquisidor General (1558).

Juan de Ávila (†1569 con 69 años) era un sacerdote apóstol de Andalucía que por su ascendencia judía fue investigado por la Inquisición y se tardó 4 siglos para canonizarlo.

Ademaro (Aimar en francés), beato (s XIII) era nombrado Inquisidor del Languedoc por el papa Gregorio IX y fue martirizado por los albigenses o cátaros con otros 10 inquisidores en la vigilia de la Ascensión.

Gregorio IX (†1241) fue el Papa, sobrino de Inocencio III, que organizó la cruzada contra los cátaros o albigenses siendo Inquisidor en Francia. Fue amigo personal de Francisco de Asís y creó la etapa de la “inquisición pontificia” al centralizarla y retirar las competencias de los obispos y su intervención directa en el velar por la ortodoxia para confirmar en la fe a sus hermanos.

Domingo de Guzmán (†1221 con 51 años) fue el sacerdote fundador de los dominicos quienes tuvieron una época sombría al encargarse de la Inquisición pues sus miembros tuvieron el orgullo de pensar que podían ser los dueños de la verdad. Luego sin embargo algunos se implicaron en la defensa de la dignidad de los indios nativos del nuevo continente y hoy día misionan en la zona peligrosa musulmana del Oriente Medio.

Pedro de Arbués (†1485), que era canónigo regular de Zaragoza, fue inquisidor general de Aragón con Torquemada. Los herejes, trataron de sobornarlo y como no lo lograron, -con los judíos de Zaragoza- se propusieron matarle. Fue un 14 de septiembre que estaba en la catedral de rodillas orando. El autor intelectual del crimen se suicidó en la prisión. Los autores materiales fueron sentenciados a muerte.

Juan de Capistrano (†1456 con 70 años) era un franciscano que había sido gobernador de su ciudad, cerca de Nápoles, pero al conocer a san Francisco de Asís, dejó a su prometida, su cargo y sus bienes y se hizo fraile. Fue Inquisidor para toda Italia y luchó para someter a los fraticelli, la rama contestataria de los “franciscanos”, a la greña con los “observantes”.

Bernardo Calvó o Calbó (†1243 con 63 años), obispo de Vich, cisterciense e inquisidor de la corona de Aragón que animaba a los caballeros a proseguir la reconquista.

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