Evangelizadores
en China
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Pantoja y Rici |
En 2018 se conmemora el cuarto centenario de la
muerte del misionero madrileño jesuita Diego de Pantoja (+1618 con 47 años). En
2010 se celebró también el cuarto centenario del fallecimiento de su compañero
jesuita, el misionero italiano Mateo Ricci.
En la catedral vieja,
de la Inmaculada Concepción, construida en 1605, reconstruida varias veces tras
terremotos e incendios y situada en la zona de Xuanwumen, hay huellas de estos
pioneros. Ahora la zona está muy cerca del centro de Pekín pero entonces estaba
casi en las afueras. Otra huella de ellos es el antiguo
observatorio astronómico, situado en uno de los pocos restos conservados
de la antigua muralla construida por la dinastía Ming (1368-1644).
Los jesuitas lograron abrirse paso en la corte imperial en buena parte gracias a la
astronomía, pues con sus conocimientos científicos ayudaron a corregir
el calendario chino y predijeron con éxito varios eclipses. Destacaron el alemán
Johann Adam Schall von Bell y el flamenco Ferdinand Verbiest, quienes alcanzaron altos cargos en el Ministerio de
Ritos y Astronomía, incluso como directores del observatorio.
Pantoja también dirigió la construcción de relojes solares, llevó un
clavicordio a la corte y escribió obras de geografía para explicar al emperador
cómo era el resto del mundo.
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Catedral de la Inmaculada |
El italiano Mateo Ricci, artífice de la catedral, dedicada a la Inmaculada Concepción, murió en Pekín el 11 de mayo de 1610, con 58 años y tras 23 de trabajar allí, y
entonces Pantoja solicitó al emperador un terreno para erigir un cementerio
católico, autorización que llegó un año después. Pantoja murió en Macao en
1618. Los sepulcros siguen la
tradición china de largas estelas con inscripciones grabadas en latín y chino y
coronadas por el escudo de la misión jesuita (con la inscripción
"IHS") rodeado por el dragón chino, símbolo del emperador.
En el cuarto
centenario de Mateo Ricci, el hoy Papa emérito Benedicto XVI escribió una carta
al Obispo de Macerata, Tolentino, Recanati, Cingoli y Treia (Italia), Mons.
Claudio Giuliodori, en la que recuerda que el P. Ricci, nacido en Macerata,
estaba "dotado de una fe profunda y
de un extraordinario ingenio cultural y científico (…) Dedicó largos años de su
existencia a tejer un diálogo
provechoso entre Occidente y Oriente llevando a cabo, al mismo tiempo,
una incisiva acción de radicación del Evangelio en la cultura del gran pueblo
chino. Su ejemplo sigue siendo hoy modelo de encuentro entre la civilización
europea y la china (…) nos sentimos impresionados por su capacidad, innovadora
y peculiar, de acercarse con pleno respeto a las tradiciones culturales y
espirituales chinas. Esa actitud caracterizó su misión encaminada a buscar una
armonía posible entre la noble y
milenaria civilización china y la novedad cristiana, que es fermento de
liberación y de renovación auténtica dentro de todas las sociedades, porque el
Evangelio es un mensaje universal de salvación, destinado a todos los seres
humanos, sea cual sea el contexto cultural o religioso al que pertenezcan (…)
fundamentó su clarividente trabajo de inculturación
del cristianismo en China buscando un acuerdo constante con los sabios
de aquel país (…) ¡Ojala nuestras comunidades, donde conviven personas de
diversas culturas y religiones, siguiendo su ejemplo, crezcan en espíritu de
acogida y respeto recíproco!".
Emperador Wan Li |
Sin duda alguna se
puede decir lo mismo de Pantoja que llegó
a Pekín en 1601 durante el mandato del emperador Wan Li de la dinastía
Ming, el decimo tercer emperador (1572-1620). Pantoja también fue un auténtico
puente entre ambas culturas a través de sus cartas a España, sus trabajos de
transcripción fonética del chino y las obras que escribió en chino para la
corte. Fue un exponente de la
inculturación que es la adaptación de los misioneros a la cultura y
tradiciones del país de acogida para integrarse mejor y promover la
evangelización sin ser un quiste. Es el carisma de los jesuitas que se hacen
chinos con los chinos, indios con los indios, apaches con los apaches, etc.
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Rici y Wan Li |
Poco se cita a
Pantoja e incluso se tiene escrito por los historiadores que el primer contacto
entre las dos culturas, la occidental y la china, tuvo lugar en 1600 cuando el
mandarín Xu Guangqi (+1633 71 con años), futuro ministro del gabinete del
emperador Wan Li, fue a entrevistarse personalmente con Ricci, viajando a
Nanjing.
Los sucesores de Ricci y Pantoja rompieron la amistad del
emperador en Pekín y la cosa acabó con la expulsión de los jesuitas de sus
reinos. Fue la polémica que se conoció como «la cuestión de los ritos», una
controversia que retrasó por centurias la relación eurochina que sigue
estancadas en este siglo XXI. La discusión sobre los ritos no se resolvió hasta
Pío XII que zanjó la cuestión dando la razón a Ricci y bendiciendo que allí no
se impone la cultura, la lengua ni la liturgia europea o romana.
A ello hay que añadir más negatividades con la penetración
británica y de otros países en el Celeste Imperio, durante el «siglo de la
ignominia»: desde la primera guerra del opio (1839), hasta la creación de la
República Popular China (1949). Hoy el Vaticano está gestionando iniciar
relaciones diplomáticas con el gobierno chino aunque la cosa va a paso de
tortuga.
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