divendres, 9 de febrer del 2018

AMOR A LA SINFONÍA LITÚRGICA

Con san Cirilo y Metodio
como cada 14 de febrero.



Juan Pablo II nombró a estos dos hermanos griegos co-patronos de Europa junto con san Benito que ya lo era con Pablo VI y luego igualaría el número con tres mujeres co-patronas. Se conmemoran cada 14 de febrero aunque en este 2018 habrá que adelantarlos al 13 pues el 14 es el “miércoles de ceniza”.

Con ese nombramiento, el papa polaco escribió sobre estos dos hermanos, una Carta apostólica y una Encíclica, ambas en mayo de 1985. Cirilo murió en 869 en Roma con 42 años y su hermano Metodio le predicó el funeral y falleció en 885 con 70 años. Fueron enviados a evangelizar a los eslavos desde Constantinopla, no desde Roma y fue el papa Adriano II quien los acogió con grandes honores cuando viajaron a Roma y autorizó la lengua eslava para la liturgia.

El papa Wojtyla los pone como ejemplo de unidad y diversidad pues ellos le dieron pie para escribir en la Encíclica “Los apóstoles de los eslavos”: La catolicidad de la Iglesia, sentida como una sinfonía de las diversas liturgias en todas las lenguas del mundo, como un coro armonioso desde cualquier punto de nuestro globo, en cada momento de la historia, corresponde a la visión teológica y pastoral que inspiró su misión entre los eslavos.

Cirilo y Metodio se toparon con la incomprensión y el muro del inmovilismo, cosa que recuerda el papa polaco: Los jerarcas eslavos, los nobles y reyes se oponían y dudaban de su ortodoxia. Hasta en Venecia, apegados a un concepto más bien angosto, eran contarios a esta visión.

Y dejó escrito que “el cristianismo occidental ha sido vivido -también en lo litúrgico- con uniformidad, fruto del sentimiento malo de lograr fuerza y compactibilidad. Ellos no impusieran a los pueblos ni siquiera la indiscutible superioridad de la lengua griega y de la cultura bizantina, o los usos y comportamientos de la sociedad más avanzada”.

Benedicto XVI habló de lo mismo pero en referencia al P. Mateo Ricci (+1610 con 58 años), jesuita misionero en China que murió en Pekin tras trabajar allí 23 años. En el año jubilar para conmemorar el 4º centenario de su muerte, en 2010, este papa alemán escribió una carta al Obispo de Macerata, (Italia), ciudad natal de Mateo, recordando que "dedicó largos años de su existencia a (…) una incisiva acción de radicación del Evangelio en la cultura del gran pueblo chino. Su ejemplo sigue siendo hoy modelo de encuentro entre la civilización europea y la china”. Ricci proponía Liturgia china con los chinos y en Roma algunos le desaprobaban y le exigían que la Liturgia allí fuera con el latín y el canto gregoriano. El debate estaba servido y el enfrentamiento entre los a favor y los en contra duró siglos, hasta que Pío XII zanjó la cuestión dando la razón al padre jesuita.

El papa Francisco (24-VIII-2017) habló sobre algunos aspectos relacionados con el tema de la Semana Litúrgica “Una Liturgia viva para una Iglesia viva”, en el aula Pablo VI para conmemorar los 70 años del nacimiento del Centro de Acción Litúrgica.

Dijo que, después de 50 años desde el Concilio Vaticano II, “la reforma litúrgica es irreversible” y animó a “profundizar más en ella (…) todavía hay trabajo que hacer para redescubrir los motivos de las decisiones tomadas respecto a la reforma litúrgica, superando lecturas infundadas y superficiales, recepciones parciales y prácticas que la desfiguran”. “No se trata –dijo- de repensar la reforma revisando las decisiones, sino de conocer mejor las razones subyacentes”.

Aquello que define la liturgia es la actuación, mediante los santos signos, de Jesucristo por medio del sacerdote (…) pero también en la proclamación de la Palabra de Dios, en la asamblea reunida en su nombre”.

“La liturgia la vive el pueblo de la Iglesia al completo. Por su naturaleza, la liturgia es popular, no clerical, exigiendo una acción por el pueblo, pero también del pueblo”.

No podemos olvidar que la riqueza de la Iglesia en oración, en cuanto que católica, va más allá del Rito Romano que, si bien es el más extendido, no es el único. La armonía de las tradiciones rituales de oriente y de Occidente, por la inspiración del mismo Espíritu, da voz a la única Iglesia orante por Cristo, con Cristo y en Cristo, para gloria del Padre y para la salvación del mundo”. Habla de la armonía como hiciera Juan Pablo II.

En noviembre de 2017 empezó su catequesis de los miércoles sobre la Eucaristía y la Misa queriendo, entre otras cosas, recordar que “el Concilio Vaticano II fue fuertemente animado por el deseo de llevar a los cristianos a comprender la grandeza de la fe y la belleza del encuentro con Cristo”. Resaltó que “por este motivo era necesario actuar, con la guía del Espíritu Santo, una adecuada renovación de la Liturgia, porque la Iglesia continuamente vive de la Liturgia y se renueva gracias a ella”.

En la del día 22 explicó que “la Misa no es un espectáculo, es el memorial de la Pascua de Cristo”, o sea de su muerte en cruz y su resurrección. Quiere Francisco ayudar a superar los reduccionismos, de quienes reducen la Misa a ser solo la renovación del sacrificio de Jesús en la cruz. Y también recordó que “la Misa no es un premio para los buenos sino la fuerza para los débiles”.

Los miércoles de enero ha seguido con su catequesis sobre la Misa, empezando por los ritos introductorios y el acto penitencial (…)Escuchar en silencio la voz de la conciencia permite reconocer que nuestros pensamientos son distantes de los pensamientos divinos, que nuestras palabras y nuestras acciones son a menudo mundanas, guiadas por elecciones contrarias al Evangelio (…) Cada uno confiesa a Dios y a los hermanos «que ha pecado de pensamiento, palabras, obra y omisión». Sí, también en omisión (…) no basta con no hacer el mal al prójimo, es necesario elegir hacer el bien aprovechando las ocasiones para dar buen testimonio de que somos discípulos de Jesús”.

La siguiente catequesis versó sobre la Liturgia de la Palabra que “es una parte constitutiva para escuchar de Dios lo que ha hecho y lo que pretende todavía hacer con nosotros (…) cuántas veces, mientras se lee la Palabra de Dios, se comenta: «Mira ese..., mira esa..., mira el sombrero que ha traído esa: es ridículo...”. Y se empiezan a hacer comentarios (…) He escuchado que alguno, si hay una noticia, lee el periódico (…) lo podemos leer después. Pero ahí se lee la Palabra de Dios. Es el Señor que nos habla. Sustituir esa Palabra con otras cosas empobrece y compromete el diálogo entre Dios y su pueblo en oración”.

En otras ocasiones ha ido diciendo cosas a su estilo, llano, sencillo y que todo el mundo entiende; no habla solo para expertos teólogos, doctores en Teología quienes ya harán llegar al pueblo creyente el contenido de sus palabras. La técnica de la cascada.

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