Con san Cirilo y Metodio
como cada 14
de febrero.
Juan Pablo II nombró a estos dos
hermanos griegos co-patronos de Europa junto con san Benito que ya lo era con
Pablo VI y luego igualaría el número con tres mujeres co-patronas. Se
conmemoran cada 14 de febrero aunque en este 2018 habrá que adelantarlos al 13
pues el 14 es el “miércoles de ceniza”.
Con ese nombramiento, el papa polaco
escribió sobre estos dos hermanos, una Carta apostólica y una Encíclica, ambas
en mayo de 1985. Cirilo murió en 869 en Roma con 42 años y su hermano Metodio
le predicó el funeral y falleció en 885 con 70 años. Fueron enviados a
evangelizar a los eslavos desde Constantinopla, no desde Roma y fue el papa
Adriano II quien los acogió con grandes honores cuando viajaron a Roma y
autorizó la lengua eslava para la liturgia.
El
papa Wojtyla los pone como ejemplo de unidad y diversidad pues ellos le dieron pie para escribir en la
Encíclica “Los apóstoles de los eslavos”: La
catolicidad de la Iglesia, sentida como una sinfonía de las diversas liturgias
en todas las lenguas del mundo, como un coro armonioso desde cualquier punto de
nuestro globo, en cada momento de la historia, corresponde a la visión
teológica y pastoral que inspiró su misión entre los eslavos.
Cirilo y Metodio se
toparon con la incomprensión y el muro del inmovilismo, cosa que recuerda el
papa polaco: Los jerarcas eslavos, los
nobles y reyes se oponían y dudaban de su ortodoxia. Hasta en Venecia, apegados a un
concepto más bien angosto, eran contarios a esta visión.
Y dejó escrito que “el cristianismo occidental ha sido vivido -también en lo litúrgico- con
uniformidad, fruto del sentimiento malo de lograr fuerza y compactibilidad.
Ellos no impusieran a los pueblos ni siquiera la indiscutible superioridad de
la lengua griega y de la cultura bizantina, o los usos y comportamientos de la
sociedad más avanzada”.
Benedicto XVI habló de lo mismo pero
en referencia al P. Mateo Ricci (+1610 con 58 años), jesuita misionero
en China que murió en Pekin tras trabajar allí 23 años. En el año jubilar para
conmemorar el 4º centenario de su muerte, en 2010, este papa alemán escribió
una carta al Obispo de Macerata, (Italia), ciudad natal de Mateo, recordando
que "dedicó largos años de su existencia a (…) una incisiva acción de
radicación del Evangelio en la cultura del gran pueblo chino. Su ejemplo sigue
siendo hoy modelo de encuentro entre la civilización europea y la china”.
Ricci proponía Liturgia china con los chinos y en Roma algunos le desaprobaban
y le exigían que la Liturgia allí fuera con el latín y el canto gregoriano. El
debate estaba servido y el enfrentamiento entre los a favor y los en contra
duró siglos, hasta que Pío XII zanjó la cuestión dando la razón al padre
jesuita.
El papa
Francisco (24-VIII-2017)
habló sobre algunos aspectos
relacionados con el tema de la Semana Litúrgica “Una Liturgia viva para una Iglesia viva”, en el aula Pablo VI para
conmemorar los 70 años del nacimiento del Centro de Acción Litúrgica.
Dijo que, después de 50 años
desde el Concilio Vaticano II, “la reforma litúrgica es irreversible” y
animó a “profundizar más en ella (…)
todavía hay trabajo que hacer para redescubrir los motivos de las decisiones
tomadas respecto a la reforma litúrgica, superando lecturas infundadas y
superficiales, recepciones parciales y prácticas que la desfiguran”. “No se trata –dijo- de repensar la reforma revisando las decisiones, sino de conocer mejor
las razones subyacentes”.
“Aquello
que define la liturgia es la actuación, mediante los santos signos, de
Jesucristo por medio del sacerdote (…) pero también en la proclamación de la
Palabra de Dios, en la asamblea reunida en su nombre”.
“La liturgia la vive el pueblo de la Iglesia al completo. Por
su naturaleza, la liturgia es popular, no clerical, exigiendo una acción por el
pueblo, pero también del pueblo”.
“No podemos
olvidar que la riqueza de la Iglesia en oración, en cuanto que católica, va más
allá del Rito Romano que, si bien es el más extendido, no es el único. La
armonía de las tradiciones rituales de oriente y de Occidente, por la
inspiración del mismo Espíritu, da voz a la única Iglesia orante por Cristo,
con Cristo y en Cristo, para gloria del Padre y para la salvación del mundo”.
Habla de la armonía como hiciera Juan Pablo II.
En noviembre de 2017 empezó su catequesis de los
miércoles sobre la Eucaristía y la Misa queriendo, entre otras cosas, recordar que “el Concilio Vaticano
II fue fuertemente animado por el deseo de llevar a los cristianos a comprender
la grandeza de la fe y la belleza del encuentro con Cristo”. Resaltó que “por este motivo era necesario actuar, con
la guía del Espíritu Santo, una adecuada renovación de la Liturgia, porque la
Iglesia continuamente vive de la Liturgia y se renueva gracias a ella”.
En la del día 22 explicó que “la Misa no es un espectáculo, es el memorial de la Pascua de Cristo”,
o sea de su muerte en cruz y su resurrección. Quiere Francisco ayudar a superar
los reduccionismos, de quienes reducen la Misa a ser solo la renovación del
sacrificio de Jesús en la cruz. Y también recordó que
“la Misa no es un premio para los buenos
sino la fuerza para los débiles”.
Los miércoles de enero ha seguido con su
catequesis sobre la Misa, empezando por los ritos introductorios y el acto
penitencial (…) “Escuchar en silencio la voz de la conciencia
permite reconocer que nuestros pensamientos son distantes de los pensamientos
divinos, que nuestras palabras y nuestras acciones son a menudo mundanas,
guiadas por elecciones contrarias al Evangelio (…) Cada uno confiesa a Dios y a
los hermanos «que ha pecado de pensamiento, palabras, obra y omisión». Sí,
también en omisión (…) no basta con no hacer el mal al prójimo, es necesario
elegir hacer el bien aprovechando las ocasiones para dar buen testimonio de que
somos discípulos de Jesús”.
La siguiente catequesis versó sobre la Liturgia
de la Palabra que “es una parte
constitutiva para escuchar de Dios lo que ha hecho y lo que pretende todavía
hacer con nosotros (…) cuántas veces, mientras se lee la Palabra
de Dios, se comenta: «Mira ese..., mira esa..., mira el sombrero que ha traído
esa: es ridículo...”. Y se empiezan a hacer comentarios (…) He escuchado que
alguno, si hay una noticia, lee el periódico (…) lo podemos leer después. Pero
ahí se lee la Palabra de Dios. Es el Señor que nos habla. Sustituir esa Palabra
con otras cosas empobrece y compromete el diálogo entre Dios y su pueblo en
oración”.
En otras ocasiones ha ido diciendo cosas a su
estilo, llano, sencillo y que todo el mundo entiende; no habla solo para
expertos teólogos, doctores en Teología quienes ya harán llegar al pueblo
creyente el contenido de sus palabras. La técnica de la cascada.
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