diumenge, 17 de desembre del 2017

PATRIARCAS EN EL SANTORAL

 Santos Jerarcas de la Iglesia en Oriente



Hay unos cuantos patriarcas de las iglesias en Oriente pero menos dos, todos son canonizados en el primer milenio, antes de la ruptura cismática y la separación correspondiente de la Ortodoxia y la Católica romana- Las dos excepciones son Pedro Tomás, Patriarca de Constantinopla (+1366 con 61 años) y Alberto, Patriarca de Jerusalén (+1214 con 65 años).

Nicéforo, Patriarca de Constantinopla mártir en 250 con otros muchos en Corinto en tiempos del emperador Decio.
        Alejandro, Patriarca de Constantinopla (+336 casi centenario). Parece que sucedió a Metrófanes poco después del concilio de Nicea. Anciano por cuya oración Arrio reventó los ijares y le salieron las entrañas.
Gregorio Nacianceno, Patriarca de Constantinopla y Padre de la Iglesia (+389 con 69 años), monje. Uno de los dos más grandes escritores griegos que Oriente celebra el 25 de enero. Nacido en Nacianzo de Capadocia, hijo del obispo de esa ciudad, fue bautizado a los 30 años por su propio padre. Siguió a Basilio al desierto en el Ponto. Será Patriarca de Constantinopla aunque renunció hasta por 2 veces a la sede episcopal para volver al retiro como monje. Predicó el funeral de san Basilio.
Juan Crisóstomo, Patriarca de Constantinopla (+407 con 60 años). Monje y Doctor de la Iglesia, Oriente lo celebra el 27 de enero. A los 20 años pidió el bautismo al obispo, dejó la abogacía, el teatro y el mundo para retirarse 5 años como eremita. Luego monje pero tuvo que dejarlo por problemas de salud y se dedicó a tareas diocesanas empezando como diácono y acabó Patriarca. Estupendo predicador apodado crisóstomo (boca de oro) por los bizantinos. Fue desterrado varias veces y depuesto por intrigas de la Emperatriz Eudoxia confabulada con Teófilo, Patriarca de Alejandría, y con unos obispos acusados de simonía, aunque un terremoto en Constantinopla aterrorizó a Eudoxia y revocó la orden. Un exilio fue en Armenia y otro al Ponto, junto al Mar Negro, donde murió a causa de las fatigas del viaje.
        Atico, Patriarca de Constantinopla (+425)
        Sisino I, Patriarca de Constantinopla (+427)
        Proclo, Patriarca de Constantinopla (+446) Era obispo en el Helesponto pero sus fieles no quisieron recibirlo y se quedó en Constantinopla predicando y allí se opuso a Nestorio. Fue elegido Patriarca una vez depuesto Nestorio y en el Concilio de Calcedonia fue llamado “grande”.
        Flaviano, Patriarca de Constantinopla, mártir en 449. Siendo monje seguidor de Teodoro de Mopsuestia, custodio de los vasos sagrados en Santa Sofía, fue elegido por aclamación para suceder a san Proclo. Fue golpeado y pisoteado por los partidarios de Dióscoro que no admitían el concilio de Éfeso y exiliado. Su cuerpo fue devuelto por sta Pulqueria a Constantinopla.
        Anatolio, Patriarca de Constantinopla (+458) San Cirilo lo ordenó diácono y lo envió a Bizancio. Tras el latrocinio de Éfeso fue elegido Patriarca. Estuvo en el concilio de Calcedonia.
        Menas, Patriarca de Constantinopla (+552) nombrado por Justianiano al deponer al Patriarca Antimo por monofisita y consagrado por el papa san Agapito que estaba en la capital bizantina en febrero de 536. Muerto Agapito, convocó un sínodo antimonofisita que aprobó el emperador y quería que el papa también lo afirmase. El nuevo papa Vigilio, estuvo allí y se negó a comunicar con Menas que quitó el nombre del papa de los dípticos. Luego hubo reconciliación.
        Ciro, Patriarca de Constantinopla (+714) era monje en Amastri, en el Ponto. Profetizó que el emperador Justiniano II recuperaría el trono usurpado por Leoncio; en agradecimiento, lo nombró Patriarca. El sucesor Filipico le depuso y exilió, y allí murió.
        Germán, Patriarca de Constantinopla (+733 con 90 años), perseguido por el emperador iconoclasta León III, fue desterrado al monasterio de Choras donde ya había estado antes con san Ciro. Glosado por el papa emérito Benedicto XVI (29-04-2009) que destacó de él su pensamiento mariano, su amor a la liturgia y su veneración a las imágenes de los santos.
        Tarasio, Patriarca de Constantinopla (+806 con 76 años) elegido Patriarca siendo laico -secretario de Estado- a instancias de la regente Irene. Aceptó a condición de poder recuperar el culto a las imágenes. Propuso medidas indulgentes para los antiguos iconoclastas que no todos los obispos vieron con buenos ojos.
        Metodio, Patriarca de Constantinopla (+847 con 57 años), monje colaborador del Patriarca Nicéforo, huyó a Roma para ver al papa Pascual I y hablarle de la herejía iconoclasta. Al regresar como sacerdote, fue desterrado y encarcelado 7 años. Luego con Teófilo fue de nuevo azotado y encarcelado. Fue Patriarca los últimos 5 años.
Ignacio, Patriarca de Constantinopla (+877 con 79 años) hijo del emperador Miguel I Carupalato y bautizado con el nombre de Nicetas. Se le cambió el nombre al ser ingresado en el monasterio (y ser castrado) al ser depuesto su padre. La emperatriz Teodora lo eligió Patriarca y por líos "políticos" fue suplantado por Focio. También tuvo problemas con Roma por su evangelización de Bulgaria.
        Antonio Cauleas, Patriarca de Constantinopla (+901 con 65 años), monje elegido Patriarca en 888 por el pueblo y el clero, a la muerte de Esteban (hermano del emperador León VI) y quien convocó el concilio para condenar a Focio.
        Polienetes, Patriarca de Constantinopla (+970)
        Pedro Tomás, Patriarca de Constantinopla (+1366 con 61 años), carmelita, procurador en Avignon a quien el papa Inocencio IV envió de legado a Venecia. Fue obispo de Patri y Lipari en Sicilia, nuncio en Hungría y Urbano V le hizo Patriarca de Constantinopla. Luchó con la espada y la pluma contra los infieles y contra los bizantinos. Se dice que mientras era Procurador General de la Orden, hacia 1351, la Virgen se le apareció y le prometió la perpetuidad de la Orden. Fue cofundador de la facultad de Teología en la Universidad de Bolonia.

        Dionisio, Patriarca de Alejandría (+265 con 95 años) llamado “el grande” por san Basilio y otros Santos Padres y san Atanasio le llama “doctor”. Era hijo de familia principal de la Arabia Feliz. En 231 fue nombrado maestro de la escuela alejandrina y en 248 Patriarca de esa ciudad. El papa Dionisio I le escribió una carta sobre la divinidad de Cristo pues era acusado de negarla; combatió a Novaciano, excomulgó a Sebelio, refutó el milenarismo y combatió contra Pablo de Samosata.
        Alejandro, Patriarca de Alejandría (+328 con 78 años). Tuvo que anatematizar y excomulgar a un sacerdote suyo, Arrio, condenado después por el concilio de Nicea al que asistió. Arrio negaba la santísima Trinidad pues decía que Cristo es una criatura, muy santa, santísima, muy unida a Dios, pero criatura y no Dios.
        Atanasio, Patriarca de Alejandría (+373 con 76 años). Doctor de la Iglesia, era diácono egipcio que con 33 años fue Patriarca de su ciudad natal durante casi medio siglo. Por 5 veces fue expulsado de su sede y vivió más de 17 años en el desierto conociendo a los monjes. Escribió la vida de san Antonio abad y en “Historia de los arrianos”, escrita para los monjes que llaman al pan pan y al vino vino, en la que se burla del emperador dándole apodos irrespetuosos y se burla también de sus adversarios.
        Proterio, Patriarca de Alejandría, mártir en 454, elegido por orden de Marciano para suceder al monofisita Dióscoro pero al morir este emperador los herejes causaron tumultos diversos hasta que masacraron a Proterio cuando celebraba la divina liturgia.
        Eulogio, Patriarca de Alejandría (+607), monje que en Constantinopla conoció al futuro Gregorio Magno y que luego le escribiría varias cartas. Tenía el don de la clarividencia y animaba a los monjes perezosos y distraídos.
        Juan el Limosnero, Patriarca de Alejandría (+619 con 63 años). Chipriota, siempre muy generoso con sus limosnas pues creía que le pedía Jesucristo mismo. Alguien le recordó que entre los pordioseros había no pocos vagos y maleantes, pero Juan respondió: “Prefiero estar equivocado mil veces antes que ofender la ley de la caridad”. El milagro era que su caja nunca se vaciaba. Viudo y muertos sus hijos, fue nombrado Patriarca de Alejandría donde estableció un hospital. Al morir sólo dejaba un tercio de céntimo que legaba a los pobres a los que llamaba “mis señores”. Bajo su advocación se pondrá el primer hospital de Jerusalén, fundado por los mercaderes de Amalfi (cerca de Nápoles) en 1048 y confiado a los benedictinos hasta la 1ª cruzada.
        Pedro, Patriarca de Alejandría, el 16º, mártir con el emperador Galerio (+311 dC). Dispuso una regla para los apóstatas penitentes, discretas y sabias, para reparar. Amonestó, reprendió y excomulgó a Arrio. Fue el último mártir de la gran persecución, ejecutado sin previo juicio.

        Simeón, Patriarca de Jerusalén (+107 con 120 años). Uno de los parientes (primos) del Señor, hijo de Cleofás, muy posiblemente hermano de san José. Elegido para suceder a Santiago el menor (o sea el 2º obispo) que había sido asesinado con la espada. Al estallar la revuelta civil en el 66, huyó a Pela. Con 120 años fue torturado y crucificado por el gobernador Atico durante la persecución de Trajano (98-117).
        Máximo, Patriarca de Jerusalén (+350) Con 30 años, siendo laico, fue desterrado a las minas por Maximino Daya, se le sacó un ojo y se le amputó el pie izquierdo. Luego se hizo clérigo y fue obispo consagrado en 330 por Macario. Estuvo en la dedicación de la basílica del santo Sepulcro y la Resurrección, comenzó la basílica de la Santa Sión donde colocó la columna de la flagelación. Le sucedió san Cirilo.
        Ciriaco, Patriarca de Jerusalén, parece que era judío llamado Judas y al convertirse se cambió el nombre. Padeció martirio con su madre Ana en Jerusalén en tiempos del emperador Juliano (s IV). Para otros se fue a Italia y fue obispo de Ancona que murió mártir en Tierra Santa a donde había ido de peregrinación.
        Modesto, Patriarca de Jerusalén (+634). Restauró los templos de los Santos Lugares de Jerusalén, después que el emperador Heráclito derrotase al rey pagano persa Cosroes, quien los había destrozado a la vez que mataba millares de cristianos, mientras a otros los vendió como esclavos o desterrados, como el mismo arzobispo de Jerusalén, san Zacarías. Empezó reconstruyendo el templo del Santo Sepulcro, luego el de Getsemaní, el Cenáculo y muchos más. Una vez nombrado Patriarca de Jerusalén, prosiguió la reconstrucción con más vigor hasta que fue asesinado para robarle algunos tesoros que llevaba para los templos. El emperador Heráclito quiso en procesión reponer personalmente la santa cruz recuperada pero no pudo dar un paso sin desvestirse antes de todas sus vestiduras de gala y pompa.
        Sofronio, Patriarca de Jerusalén (+639) era de Damasco, monje en san Sabas, viajó a Palestina luego recorrió Egipto, Antioquía y Alejandría y Roma. Volvió a su monasterio y en 633 fue nombrado Patriarca.
        Alberto, Patriarca de Jerusalén (+1214 con 65 años), siendo prior de los canónigos regulares de Pavía, fue elegido obispo de Bobbio y al año siguiente de Vercelli. Medió por la paz entre el papa Clemente III y Federico Barbarroja y su sucesor Enrique VI le nombró príncipe imperial. Fue elegido Patriarca de Jerusalén e Inocencio III le nombró su legado en Tierra Santa donde intentó entenderse con los sarracenos. En 1209 presentó una regla para los eremitas del Monte Carmelo. Invitado al Concilio IV de Letrán fue asesinado a la salida de la iglesia de la Santa Cruz por el maestre del Hospital del Espíritu Santo cuya conducta Alberto le había afeado.

        Lorenzo Giustiniani, primer Patriarca de Venecia (+1456 con 75 años). Sacerdote fundador a los 26 años de los canónigos regulares de san Jorge; hombre de grande y compleja personalidad, acabó sus 5 últimos años en Venecia donde ensayó y adelantó la reforma de la Iglesia que propondrá el Concilio de Trento un siglo más tarde.

        Juan de Ribera, obispo de Valencia y Patriarca de Antioquia (+1611 con 80 años). Sevillano hijo del virrey de Nápoles, fue obispo de Badajoz antes de los 30 años, donde tres veces vendió todo su ajuar y muebles familiares para dar de comer a los pobres. Luego fue Patriarca de Antioquia, Arzobispo de Valencia 42 años y Virrey de Valencia (1602-04). Fundó el Real Colegio del Corpus Christi y las Agustinas Descalzas. El arzobispado tenía siempre abierta su puerta para la gente. El papa san Pío V en un consistorio le llamó “lumbrera de los obispos españoles” y fue canonizado por Juan XXIII en 1960.

        Aurelio, obispo de Cartago, Patriarca de África (+430). Cuando san Agustín fue elegido obispo de Hipona (uno de los 600 obispos africanos de entonces), el diácono Aurelio fue nombrado obispo de Cartago, Patriarca de África, que gobernó durante 40 ó 50 años. Se quejaba de la holgazanería de muchos monjes que la escondían so capa de contemplativos y condenó el que muchos comerciaran con reliquias para ganar dinero. San Fulgencio de Ruspe, también obispo africano de una generación posterior, escribió elogiando a Aurelio. Murió el mismo año que san Agustín, también tras la invasión de los vándalos.

        Hilarión, Patriarca de los anacoretas de Palestina (+371 con 80 años). Una vez converso, vivió unos años con san Antonio abad. Luego se retiró junto a Majuma pero le rodearon muchos discípulos; uno fue san Hesiquio. Tanta gente iba a visitarle que huyó a Chipre donde murió.

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