Del
año 1 al 400

En
este elenco prescindo de l@s laic@s mártires, que son legión, y no imitables
aunque sí admirables, y prescindo también de l@s laic@s consagrad@s, de l@s
ascetas, eremitas, solitari@s o terciari@s franciscan@s o terciari@s dominic@s,
y situaciones parecidas del ámbito de los religios@s y que jurídicamente no son
laic@s en sentido estricto.
María, casada con José de Nazaret, la madre de Dios, la madre de Jesús,
y por ello madre de la Iglesia y de cada ser humano puesto que todos somos
hermanos, hijos de un mismo Padre que está en el cielo.

Joaquín, esposo de Ana, padres de la Virgen
María, suegros de san José, abuelos de Jesús. Parece que fue tratante en ganado
y lana.
Ana,
esposa de Joaquín, padres de la
Virgen María, suegros de san José, abuelos de Jesús. Parece que fue tratante en
ganado y lana.
Ana, anciana de Jerusalén, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, octogenaria
que –como el anciano Simeón- vio al Niño Jesús en el templo, y lo confesó como
el Salvador.
Melchor, Gaspar y Baltasar, Magos de Oriente que fueron a Belén a adorar
al niño Jesús. Se consideran reyes porque así lo dicen algunos salmos
mesiánicos (vendrán reyes de Tarsis y de las islas, de Sabá, etc.). Después de
la victoria de Federico I “Barbarroja”, y la destrucción de Milán, el canciller
imperial Rainald von Dassel, Arzobispo de Colonia, se apoderó de esos restos
mortales y los trasladó hasta su ciudad. La catedral, majestuosa, gótica como
representación de la Jerusalén celestial, se proyectó para albergar dicho
tesoro.
María de Cleofás, esposa de Cleofás o Alfeo, tía de
Jesús si Alfeo es hermano de san José, por tanto María es cuñada (hermana dice
san Juan, Jn 19, 25) de la Virgen María y madre de Santiago el menor, Judas y
José, llamados en Nazaret “hermanos” de Jesús. O sea primos suyos y sobrinos de
la Virgen y san José. Fue al sepulcro muy de madrugada con María Magdalena,
Salomé y Juana y mientras su marido Cleofás, con otro, regresaban a Emaús
desanimados, dando la causa por perdida.
Cleofás, discípulo
del Señor. Egesipo, historiador palestino, dice que era hermano de san
José y por tanto cuñado de la Virgen y casado también con una María. Algunos
dicen que era hermano de la Virgen. Es uno de los dos discípulos a quienes se
les apareció Jesús resucitado cuando regresaban a Emaús mientras, su mujer,
María, había ido al sepulcro muy de madrugada.
María Salomé, la mujer de Zebedeo, madre de Juan y
Santiago el mayor. Junto a sus dos hijos, pide a Jesús que se sienten, uno a su
derecha y otro a su izquierda. Está al pie de la cruz junto a María, la madre
de Jesús crucificado, con María Magdalena, con María la madre de Santiago el
menor y José y con otras muchas –como Susana y Juana- que habían acompañado a
Jesús a Jerusalén. Ella, Salomé, con Magdalena y María la de Santiago, pasado
el sábado, fueron a comprar aromas muy de mañana, aún no había salido el sol, para
ir a embalsamar el cuerpo del Señor sepultado con prisa la tarde del viernes.
Pío IX dijo que murió en Veroli (Italia) donde están sus restos.
María Magdalena, llamada “apóstol de apóstoles” en Occidente
y “isapóstolos” (igual que un apóstol) en Oriente. Fiesta litúrgica decretada
por el papa Francisco en el Año Jubilar de la Misericordia. Las leyendas
medievales dan pie para inventar historias de esta mujer que algunos, incluso,
la consideran blasfemamente esposa de Cristo y con quien tuvo algunos hijos.
Magdalena también derrochó ungüento pero en otra ocasión a la de María de
Betania. La Iglesia, tras la reforma del concilio Vaticano II, cree que
Magdalena no es la pecadora pública, la adúltera, la prostituta y reconoce una
confusión histórica de identificarlas. Hay algunos que incluso la identifican
con la Verónica, la que enjugó el rostro a Cristo camino del calvario.
Marta
de Betania. Patrona de las
amas de casa y de la Hostelería. Hermana
de Lázaro y María de Betania, aldea a 6 km de Jerusalén. Cristo le enseña el
orden en el trabajo pues no todo es utilidad y activismo.
María
de Betania, hermana de Marta y Lázaro. Gregorio Magno la confundía con la
Magdalena por la unción a Jesús seis días antes de su pasión; hay dos unciones
distintas, dos Marías diferentes en lugares diversos.
Lázaro de Betania, amigo de Jesús, hermano de
Marta y María. Aquel a quien resucitó Jesús y ante su tumba lloró
desconsoladamente.
Juana, beata, esposa de Cuza, mayordomo de
Herodes, del grupo de mujeres que con María acompañaban al Señor y que encontró
la tumba vacía.
Zaqueo, el publicano de Jericó. Quería ver a Jesús cuando pasó por su
población pero como era corto de estatura, se subió a un árbol sin miedo al
ridículo. El Señor se invitó a cenar en su casa y Zaqueo manifestó su
arrepentimiento saldando la justicia de sus anteriores defraudaciones.
Verónica, la mujer que, según la tradición, enjugó el
rostro de Jesús con el sudario y se llamaba entonces Berenice. Verónica quiere
decir “vera-icon” (“verdadera imagen”). Se dice que se casó con Zaqueo y ambos
fueron a Roma a enseñar a Tiberio el velo y de allí a Francia donde se
separaron; así lo cuentan los franceses.
Lidia (s I) pagana, de
Tiatira, vendedora de vestidos teñidos de púrpura. Con toda su familia, fue la
primera conversión de san Pablo en Filipos en el 55. Así que la fe cristiana en
Europa empezó con una madre de familia. En su casa acomodó a Pablo, a Silas y a
los otros que le acompañaban obligándoles por santa hospitalidad (Act 16,15).
Los sábados se juntaba con otras mujeres judías en algún lugar (en el campo,
junto al río hoy llamado Marytza) pues no era en la sinagoga. Sólo ella creyó a
Pablo y su mensaje sobre Jesucristo.
Priscila
o Prisca, casada con Aquila, es el matrimonio colaborador de san Pablo.
Ella romana y él un judío cristiano que vivían en Italia pero emigraron cuando
Claudio expulsó de Roma a los judíos. En la carta a los Romanos dice que son “mis colaboradores en Cristo Jesús y que por
salvar mi vida expusieron su cabeza”. Tenían la profesión de hacer tiendas,
como Pablo que les conoció en Éfeso (quizá era el año 53) y sintonizaron desde
el primer momento. En Corinto enseñaron a Apolos la totalidad de la fe pues él
sólo entendía del bautismo de Juan (Act 18,26).
Aquila,
con su esposa Priscila o Prisca, fue el matrimonio colaborador de san Pablo.
Ella romana y él un judío cristiano que vivían en Italia pero emigraron cuando
Claudio expulsó de Roma a los judíos. En la carta a los Romanos dice que son “mis colaboradores en Cristo Jesús y que por
salvar mi vida expusieron su cabeza”. Tenían la profesión de hacer tiendas,
como Pablo que les conoció en Éfeso (quizá era el año 53) y sintonizaron desde
el primer momento. En Corinto enseñaron a Apolos la totalidad de la fe pues él
sólo entendía del bautismo de Juan (Act 18,26).
Arístides (+133). Filósofo de Atenas, apologista. Padre de la Iglesia oriental. Al
convertirse, no cambió de profesión, antes al contrario, sostuvo el Evangelio
con los recursos que le prestaba la Filosofía. La apología que entregó al
Emperador Adriano (117-137), fue muy célebre en aquel tiempo que sirvió al
menos para mitigar la persecución contra los cristianos. En 17 capítulos expone
las 4 religiones del momento: la pagana, la griega, la judía y la cristiana.
Daba razón y pruebas de la doctrina cristiana; y pronunció un elocuente
discurso delante del mismo Emperador, probando que Jesucristo es el único Dios
verdadero.
Hegesipo (+180), considerado el padre de la Historia
de la Iglesia. Era judío de Jerusalén y estuvo 20 años en Roma. En 177 volvió a
su tierra y murió anciano. Recorriendo Occidente y Oriente se alegraba de que
los herejes fueran personas concretas y no hubiera ninguna comunidad o iglesia
local que lo fuese. Sólo se conservan desgraciadamente unos capítulos de los
cinco libros de Historia que escribió, desde la Pasión hasta su época.
Teodota, madre de
los santos Cosme y Damián (+297).
Elena (+328 con 80 años), madre
del emperador Constantino, nacida en una humilde familia pagana de
Nicomedia, al sur de Rusia. El hecho de ver el martirio de muchas amigas suyas
cristianas le tenía el corazón en un puño. San Ambrosio dirá que fue una mujer
privilegiada en dones naturales y en nobleza de corazón. Con 23 años fue casada
con Constancio (conocido como “cloro” por el color de su tez) pero en 292 fue
repudiada por razones políticas ya que su marido quería casarse de nuevo con la
hija del emperador romano. Poco más se sabe hasta que su hijo Constantino
empezó a reinar en 306. Se convirtió cuando tenía 60 años, Siempre bondadosa,
modesta, generosa. Murió en Jerusalén donde encontró la Cruz redentora del
Salvador.
Nina o Cristiana (+340). Esclava en las bárbaras
tierras de Georgia, al este del mar Negro. A Nina la llamaban Cristiana, porque
repetía mucho el nombre de Cristo. Una vez sanó a la reina y al rey durante una
cacería y en agradecimiento le rogaron que les instruyera en su fe. Pidieron al
emperador Constantino que enviase sacerdotes a Georgia, y no tardó en mandar al
obispo Pedro y al sacerdote Jacobo, que bautizaron a todos los habitantes de la
capital, implantando así los fundamentos del cristianismo en ese reino. La
Iglesia de Oriente la celebra el 14 enero y en Occidente el 15 diciembre.
Cesáreo de Nacianzo (+369 con 39 años). Natural de Capadocia, hermano de san Gregorio
Nacianceno, hijos de Nona, fue médico de los emperadores Constancio y de
Juliano el apóstata. Un terremoto en Bitinia le llevó a la conversión y a la
vida penitente.
Basilio (+349), hijo de sta Macrina, casado
con Emelia tuvieron 10 hijos, entre ellos los santos Basilio Magno, Gregorio
Niseno, Pedro de Sebaste y Macrina (monja en cuyo monasterio ingresó su madre
al enviudar en 349).
Nona (+374). De Capadocia, casada con Gregorio, de soltero un pagano,
perteneciente a la secta de los Hypsistarienos (mezcolanza de viejo judaísmo
con cristianismo y magia). Nona tuvo que hacer pinitos pero no se limitó a
defender sus derechos, sino que sacó 4 santos en su familia. Converso su
marido, le animó a ser clérigo y fue hecho obispo de Nacianzo durante 43 años
hasta que murió centenario: es san Gregorio el viejo. Fue madre de san Gregorio
nacianceno, san Cesáreo y sta Gorgonia. Su hijo relata la devoción de Nona por
la Eucaristía.
Mónica (+387 con 56 años). Madre de san Agustín y otros dos: Navigio y
Perpetua. Su marido Patricio era pagano sin religión, muy colérico, mujeriego y
jugador aunque nunca la pegó. Con cariño y constancia soportó las injurias del
lecho conyugal y conquistó para Cristo a su marido y a su suegra que también
era colérica, de muy mal carácter y autoritaria.
Fabiola (+399). De la ilustre familia de los
Fabianos o Fabios, nació y murió en Roma. Fundó para los enfermos abandonados
un gran hospital en Ostia, el primer establecimiento de este género en Europa.
Casada con joven vicioso se divorció civilmente para casarse con otro. Ambos
maridos murieron pronto y ella dedicó su inmensa fortuna a las buenas obras.
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