dimecres, 20 de desembre del 2017

LAICOS Y LAICAS SANTOS (1/4)

Del año 1 al 400


Hago en 4 posts un elenco de l@s laic@s sant@s pues no todo el santoral está agotado con los religiosos, obispos y fundadores/as, etc. L@s laic@s son la inmensa mayoría del Pueblo de Dios, de la Iglesia; son más que una mayoría absoluta, un 98%, una mayoría apabullante.

En este elenco prescindo de l@s laic@s mártires, que son legión, y no imitables aunque sí admirables, y prescindo también de l@s laic@s consagrad@s, de l@s ascetas, eremitas, solitari@s o terciari@s franciscan@s o terciari@s dominic@s, y situaciones parecidas del ámbito de los religios@s y que jurídicamente no son laic@s en sentido estricto.

            María, casada con José de Nazaret, la madre de Dios, la madre de Jesús, y por ello madre de la Iglesia y de cada ser humano puesto que todos somos hermanos, hijos de un mismo Padre que está en el cielo.
            José de Nazaret casado con María, la madre de Dios, madre de Jesús, madre de la Iglesia y de cada ser humano.
            Joaquín, esposo de Ana, padres de la Virgen María, suegros de san José, abuelos de Jesús. Parece que fue tratante en ganado y lana.
            Ana, esposa de Joaquín, padres de la Virgen María, suegros de san José, abuelos de Jesús. Parece que fue tratante en ganado y lana.
            Ana, anciana de Jerusalén, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, octogenaria que –como el anciano Simeón- vio al Niño Jesús en el templo, y lo confesó como el Salvador.
            Melchor, Gaspar y Baltasar, Magos de Oriente que fueron a Belén a adorar al niño Jesús. Se consideran reyes porque así lo dicen algunos salmos mesiánicos (vendrán reyes de Tarsis y de las islas, de Sabá, etc.). Después de la victoria de Federico I “Barbarroja”, y la destrucción de Milán, el canciller imperial Rainald von Dassel, Arzobispo de Colonia, se apoderó de esos restos mortales y los trasladó hasta su ciudad. La catedral, majestuosa, gótica como representación de la Jerusalén celestial, se proyectó para albergar dicho tesoro.
            María de Cleofás, esposa de Cleofás o Alfeo, tía de Jesús si Alfeo es hermano de san José, por tanto María es cuñada (hermana dice san Juan, Jn 19, 25) de la Virgen María y madre de Santiago el menor, Judas y José, llamados en Nazaret “hermanos” de Jesús. O sea primos suyos y sobrinos de la Virgen y san José. Fue al sepulcro muy de madrugada con María Magdalena, Salomé y Juana y mientras su marido Cleofás, con otro, regresaban a Emaús desanimados, dando la causa por perdida.
            Cleofás, discípulo del Señor. Egesipo, historiador palestino, dice que era hermano de san José y por tanto cuñado de la Virgen y casado también con una María. Algunos dicen que era hermano de la Virgen. Es uno de los dos discípulos a quienes se les apareció Jesús resucitado cuando regresaban a Emaús mientras, su mujer, María, había ido al sepulcro muy de madrugada.
            María Salomé, la mujer de Zebedeo, madre de Juan y Santiago el mayor. Junto a sus dos hijos, pide a Jesús que se sienten, uno a su derecha y otro a su izquierda. Está al pie de la cruz junto a María, la madre de Jesús crucificado, con María Magdalena, con María la madre de Santiago el menor y José y con otras muchas –como Susana y Juana- que habían acompañado a Jesús a Jerusalén. Ella, Salomé, con Magdalena y María la de Santiago, pasado el sábado, fueron a comprar aromas muy de mañana, aún no había salido el sol, para ir a embalsamar el cuerpo del Señor sepultado con prisa la tarde del viernes. Pío IX dijo que murió en Veroli (Italia) donde están sus restos.
            María Magdalena, llamada “apóstol de apóstoles” en Occidente y “isapóstolos” (igual que un apóstol) en Oriente. Fiesta litúrgica decretada por el papa Francisco en el Año Jubilar de la Misericordia. Las leyendas medievales dan pie para inventar historias de esta mujer que algunos, incluso, la consideran blasfemamente esposa de Cristo y con quien tuvo algunos hijos. Magdalena también derrochó ungüento pero en otra ocasión a la de María de Betania. La Iglesia, tras la reforma del concilio Vaticano II, cree que Magdalena no es la pecadora pública, la adúltera, la prostituta y reconoce una confusión histórica de identificarlas. Hay algunos que incluso la identifican con la Verónica, la que enjugó el rostro a Cristo camino del calvario.
            Marta de Betania. Patrona de las amas de casa y de la Hostelería. Hermana de Lázaro y María de Betania, aldea a 6 km de Jerusalén. Cristo le enseña el orden en el trabajo pues no todo es utilidad y activismo.
            María de Betania, hermana de Marta y Lázaro. Gregorio Magno la confundía con la Magdalena por la unción a Jesús seis días antes de su pasión; hay dos unciones distintas, dos Marías diferentes en lugares diversos.
            Lázaro de Betania, amigo de Jesús, hermano de Marta y María. Aquel a quien resucitó Jesús y ante su tumba lloró desconsoladamente.
            Juana, beata, esposa de Cuza, mayordomo de Herodes, del grupo de mujeres que con María acompañaban al Señor y que encontró la tumba vacía.
            Zaqueo, el publicano de Jericó. Quería ver a Jesús cuando pasó por su población pero como era corto de estatura, se subió a un árbol sin miedo al ridículo. El Señor se invitó a cenar en su casa y Zaqueo manifestó su arrepentimiento saldando la justicia de sus anteriores defraudaciones.
            Verónica, la mujer que, según la tradición, enjugó el rostro de Jesús con el sudario y se llamaba entonces Berenice. Verónica quiere decir “vera-icon” (“verdadera imagen”). Se dice que se casó con Zaqueo y ambos fueron a Roma a enseñar a Tiberio el velo y de allí a Francia donde se separaron; así lo cuentan los franceses.
            Lidia (s I) pagana, de Tiatira, vendedora de vestidos teñidos de púrpura. Con toda su familia, fue la primera conversión de san Pablo en Filipos en el 55. Así que la fe cristiana en Europa empezó con una madre de familia. En su casa acomodó a Pablo, a Silas y a los otros que le acompañaban obligándoles por santa hospitalidad (Act 16,15). Los sábados se juntaba con otras mujeres judías en algún lugar (en el campo, junto al río hoy llamado Marytza) pues no era en la sinagoga. Sólo ella creyó a Pablo y su mensaje sobre Jesucristo.
            Priscila o Prisca, casada con Aquila, es el matrimonio colaborador de san Pablo. Ella romana y él un judío cristiano que vivían en Italia pero emigraron cuando Claudio expulsó de Roma a los judíos. En la carta a los Romanos dice que son “mis colaboradores en Cristo Jesús y que por salvar mi vida expusieron su cabeza”. Tenían la profesión de hacer tiendas, como Pablo que les conoció en Éfeso (quizá era el año 53) y sintonizaron desde el primer momento. En Corinto enseñaron a Apolos la totalidad de la fe pues él sólo entendía del bautismo de Juan (Act 18,26).
            Aquila, con su esposa Priscila o Prisca, fue el matrimonio colaborador de san Pablo. Ella romana y él un judío cristiano que vivían en Italia pero emigraron cuando Claudio expulsó de Roma a los judíos. En la carta a los Romanos dice que son “mis colaboradores en Cristo Jesús y que por salvar mi vida expusieron su cabeza”. Tenían la profesión de hacer tiendas, como Pablo que les conoció en Éfeso (quizá era el año 53) y sintonizaron desde el primer momento. En Corinto enseñaron a Apolos la totalidad de la fe pues él sólo entendía del bautismo de Juan (Act 18,26).
            Arístides (+133). Filósofo de Atenas, apologista. Padre de la Iglesia oriental. Al convertirse, no cambió de profesión, antes al contrario, sostuvo el Evangelio con los recursos que le prestaba la Filosofía. La apología que entregó al Emperador Adriano (117-137), fue muy célebre en aquel tiempo que sirvió al menos para mitigar la persecución contra los cristianos. En 17 capítulos expone las 4 religiones del momento: la pagana, la griega, la judía y la cristiana. Daba razón y pruebas de la doctrina cristiana; y pronunció un elocuente discurso delante del mismo Emperador, probando que Jesucristo es el único Dios verdadero.
            Hegesipo (+180), considerado el padre de la Historia de la Iglesia. Era judío de Jerusalén y estuvo 20 años en Roma. En 177 volvió a su tierra y murió anciano. Recorriendo Occidente y Oriente se alegraba de que los herejes fueran personas concretas y no hubiera ninguna comunidad o iglesia local que lo fuese. Sólo se conservan desgraciadamente unos capítulos de los cinco libros de Historia que escribió, desde la Pasión hasta su época.
Teodota, madre de los santos Cosme y Damián (+297).
            Elena (+328 con 80 años), madre del emperador Constantino, nacida en una humilde familia pagana de Nicomedia, al sur de Rusia. El hecho de ver el martirio de muchas amigas suyas cristianas le tenía el corazón en un puño. San Ambrosio dirá que fue una mujer privilegiada en dones naturales y en nobleza de corazón. Con 23 años fue casada con Constancio (conocido como “cloro” por el color de su tez) pero en 292 fue repudiada por razones políticas ya que su marido quería casarse de nuevo con la hija del emperador romano. Poco más se sabe hasta que su hijo Constantino empezó a reinar en 306. Se convirtió cuando tenía 60 años, Siempre bondadosa, modesta, generosa. Murió en Jerusalén donde encontró la Cruz redentora del Salvador.
            Nina o Cristiana (+340). Esclava en las bárbaras tierras de Georgia, al este del mar Negro. A Nina la llamaban Cristiana, porque repetía mucho el nombre de Cristo. Una vez sanó a la reina y al rey durante una cacería y en agradecimiento le rogaron que les instruyera en su fe. Pidieron al emperador Constantino que enviase sacerdotes a Georgia, y no tardó en mandar al obispo Pedro y al sacerdote Jacobo, que bautizaron a todos los habitantes de la capital, implantando así los fundamentos del cristianismo en ese reino. La Iglesia de Oriente la celebra el 14 enero y en Occidente el 15 diciembre.
            Cesáreo de Nacianzo (+369 con 39 años). Natural de Capadocia, hermano de san Gregorio Nacianceno, hijos de Nona, fue médico de los emperadores Constancio y de Juliano el apóstata. Un terremoto en Bitinia le llevó a la conversión y a la vida penitente.
            Basilio (+349), hijo de sta Macrina, casado con Emelia tuvieron 10 hijos, entre ellos los santos Basilio Magno, Gregorio Niseno, Pedro de Sebaste y Macrina (monja en cuyo monasterio ingresó su madre al enviudar en 349).
            Nona (+374). De Capadocia, casada con Gregorio, de soltero un pagano, perteneciente a la secta de los Hypsistarienos (mezcolanza de viejo judaísmo con cristianismo y magia). Nona tuvo que hacer pinitos pero no se limitó a defender sus derechos, sino que sacó 4 santos en su familia. Converso su marido, le animó a ser clérigo y fue hecho obispo de Nacianzo durante 43 años hasta que murió centenario: es san Gregorio el viejo. Fue madre de san Gregorio nacianceno, san Cesáreo y sta Gorgonia. Su hijo relata la devoción de Nona por la Eucaristía.
            Mónica (+387 con 56 años). Madre de san Agustín y otros dos: Navigio y Perpetua. Su marido Patricio era pagano sin religión, muy colérico, mujeriego y jugador aunque nunca la pegó. Con cariño y constancia soportó las injurias del lecho conyugal y conquistó para Cristo a su marido y a su suegra que también era colérica, de muy mal carácter y autoritaria.
            Fabiola (+399). De la ilustre familia de los Fabianos o Fabios, nació y murió en Roma. Fundó para los enfermos abandonados un gran hospital en Ostia, el primer establecimiento de este género en Europa. Casada con joven vicioso se divorció civilmente para casarse con otro. Ambos maridos murieron pronto y ella dedicó su inmensa fortuna a las buenas obras.

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