Crisis
en la Orden militar – religiosa y humanitaria.

El papa acaba de nombrar delegado pontificio plenipotenciario a Angelo Becciu, el número tres del Vaticano, el Sustituto de la Secretaría de Estado, alineado sin fisuras con Francisco y sus reformas y que cuenta con una gran experiencia en gestión de conflictos. Su objetivo: limpiar la institución y ponerla en total sintonía con Roma.
El gran
canciller de la Orden de Malta, Albrecht Boeselager, destituido y repuesto, había declarado que “Esta crisis será algo
efímero en nuestra historia si pensamos en la situación migratoria actual y a
los miles de inmigrantes en condiciones desesperadas, porque a dos horas de
Roma vive gente en tiendas y con temperaturas bajo cero”.
Desestimaba
así la polémica que se ha creado en la Orden ante la conducta del órgano de
gobierno instigado por el cardenal protector Burke, recientemente nombrado por
Francisco, y que conforma el cuarteto de cardenales inmovilistas y
fundamentalistas que han arremetido contra el papa, sobre todo con motivo del
documento postsinodal “La alegría del amor”. Tachan al papa de hereje y dicen
que lo emplazarán a rectificar o a dimitir.
La
polémica en torno a la Orden de Malta partió el 14 de diciembre de 2016, cuando
el gran Maestre, fray Matthew Festing, con el voto del Soberano Consejo, nombró
a John Edward Critien como Gran Canciller interino, destituyendo así a Albrecht
Freiherr von Boeselager.
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La Orden de Malta y Benedicto XVI |
Se dice
que el motivo de la destitución era la distribución de preservativos en unos
programas humanitarios en países pobres, los cuales fueron suspendidos
inmediatamente aunque era más complicado en Birmania y en Myanmar, por eso
llevó más tiempo.
La Santa
Sede nombró entonces una comisión para profundizar las motivaciones de la
destitución, a lo que la Orden se
opuso tachando de ingerencia indebida del papa. A continuación,
el 25 de enero el Gran Maestre de la Orden de Malta, Frey Matthew Festing, a petición de Francisco, presentó su dimisión y se ha restituido en el cargo al destituido
Boeselager.
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Festing y Burke |
Parece
que el papa Francisco, en una carta del pasado 1 de diciembre al
cardenal protector de la Orden, Raymond Burke, le ha pedido que se eche a los masones que
hay entre los caballeros.
El final de este episodio crítico se perfila con unas próximas elecciones dentro de los tres meses después de la
dimisión del gran Maestro Festing, o sea probablemente a mitad de abril.
Como
escribí en el post de octubre de 2010, el título oficial es la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de san
Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta. Surgió por la conversión de la Orden de
los Hospitalarios cuando se instalaron en Malta, retrocediendo del Islam que
echaba a los cristianos en 1291. Echados de Jerusalén, retrocedieron a Chipre y
más tarde a Rodas hasta que Solimán el magnífico en 1522 sitió Rodas con 200
mil hombres durante seis meses. La Orden capituló y se retiró a Malta, cedida
–con otras cuatro islas- por el emperador Carlos I de España y el
consentimiento del papa Clemente VII.

Su sede central se
encuentra en Roma,
en la Via dei Condotti, cerca
de la Plaza de España. Ese edificio y el Palacio en el Aventino, una de las 7 colinas de Roma, que funciona como su embajada ante la Santa Sede e Italia,
tienen estatuto de extraterritorialidad. La Orden viene a ser un Estado soberano sin territorio
y lógicamente no faltan detractores porque opinan que su reconocimiento internacional no
es más que un vestigio pintoresco del pasado.
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