dimarts, 23 d’agost del 2016

CON LOS EVANGELISTAS VALDENSES METODISTAS

Otro paso adelante en el ecumenismo



El papa Francisco hace dos días, en este agosto 2016, ha enviado a través del Secretario de Estado, card Parolin, una carta a los evangelistas valdenses metodistas quienes, como cada año, en la última semana de agosto, los miembros de las iglesias locales y pastores se reúnen en Turín para el Sínodo Valdense. Les envía su cordial saludo y sus mejores deseos. Es un paso más de carácter ecuménico para buscar también la comunión plena entre los católicos y este grupo “protestante” italiano. Les recuerda que valdenses, metodistas y católicos pueden colaborar en muchas actividades al servicio de los pobres, los enfermos y los inmigrantes y en el cuidado de la creación.

En marzo de 2016, por primera vez en la historia, una delegación oficial de la Iglesia metodista y valdense fue recibida en el Vaticano por el Pontífice. En junio de 2015, Bergoglio se convirtió en el primer pontífice de la historia en acceder a un templo de esta comunidad cristiana. Allí pidió perdón a la iglesia evangélica valdense por los siglos de persecución por parte de las autoridades de la Iglesia católica en el pasado.

Son miembros de la Federación de Iglesias Evangélicas en Italia, de la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas y el Consejo Mundial de Iglesias. En el Piamonte cuentan con 41 iglesias de las 120 que tienen en Italia y en Roma son 2. La sede central está en Turín.

Se llaman valdenses porque parece ser que los fundó Pedro Valdo, un comerciante adinerado, casado y con 2 hijas. Inició su aventura en el siglo XII desde los llamados “pobres de Lyon”. Antes de la Reforma luterana del siglo XVI, eran considerados una secta (más) de las que ya habían aparecido o seguirían apareciendo. Ya desde los inicios del cristianismo brotaron sectas, como siempre radicales que reclaman purificar lo recibido o se presentan como los que tienen la comprensión total y perfecta de los misterios de la fe. Así los monofisitas, los gnósticos, los maniqueos, los pelagianos, los arrianos. En los siglos medievales son los cátaros, los valdenses y los fratricelos, y en estos siglos contemporáneos surgen los cismáticos ultraconservadores llamados “viejos católicos” porque no aceptaron el Concilio Vaticano I. con el Vaticano II aparecen los similares lefebrerianos que condenaron el último concilio ecuménico celebrado hasta ahora a mitad del siglo XX.

En la actualidad ha surgido un grupo de conservadores, llamados Sendas Antiguas Valdenses, que denuncian las condescendencias de la postura oficial con temas como aborto, homosexualidad, movimiento ecuménico con iglesias no protestantes, etc.

En todo el s. XIV la Inquisición (sin grandes éxitos) los persiguió así como a los begardos y a los Hermanos del Libre espíritu. La persecución que sufrieron en el siglo XVII fue tremenda y muy sangrienta pero a mitad del XIX consiguieron el reconocimiento de sus derechos civiles.

En los valdenses se inspiró la secta Fratrum uñitas que surgió de la fusión de la “Unidad de hermanos” con “Jednota Bratrská”, a su vez secta fundada por Pedro Chelcicky (+1460 con 70 años), un rico propietario de Bohemia que arremetía contra la Iglesia oficial considerada corrompida desde Constantino por lo temporal. Decían que el culto a la Virgen y a los Santos es una aberración como lo son la Exposición del Santísimo Sacramento y la esplendidez de la Liturgia. Proponen huir de la ciudad al campo y consideran pecado mortal hacer la mili, ser político, vestir elegante y divertirse. Ven a la Ciencia como inútil y peligrosa y sólo el trabajo manual es algo digno.

La secta la inició Gregorio, sobrino del entonces obispo de Praga, yendo con un grupo de laicos a Bohemia oriental en 1457, a la parroquia del cura Miguel. Ya en Lhotka se separaron de Roma ordenando tres obispos suyos por un valdense. Con la recatolicación de Bohemia y Moravia se hicieron clandestinos y se exiliaron a Polonia, Silesia y Hungría. Con su absorción en la Reforma, duraron 167 años.

Los valdenses recorrieron con ánimo misionero el sur de Alemania, Suiza, Francia y España, sobre todo en Cataluña. El que dos concilios y tres reyes se ocuparan de expulsarlos de España demuestra que su número tenía que ser considerable.

Los Metodistas, también destinatarios de la carta, son un movimiento religioso nacido también del seno del anglicanismo y que más tarde, por excomunión de la iglesia anglicana oficial, quedó plasmado en el actual conjunto de comunidades, la mayoría de ellas (25 millones) en USA. Tienen 20 millones de miembros llamados "comunicantes" de los 45-50 millones de feligreses. Muy divididos a la muerte de su fundador (1791), en 1884 formaron una Federación.

Fueron fundados en la idea del presbítero inglés John Wesley que, ante la situación de la “vieja Europa”, sensual y podrida, proponía cambiar el método pastoral para predicar el terror al infierno, el miedo a Dios, dar “leña” para que cambiasen aquellos colonos irresponsables que sólo buscaban salud, dinero y amor en el Far West. Esa actitud religiosa brotó en los territorios fronterizos del Oeste americano para aquella muchedumbre de colonos por su situación de frontera, de angustia e inseguridad ante lo desconocido, y lejos y abandonados por las instituciones religiosas europeas que consideraban tener una religión adulterada y perdida. Quisieron volver a lo más fundamental que provocara una conmoción emocional y que obligara a una radical elección fideísta.

En 1884 se unificaron para restaurar las heridas de sus divisiones internas y en Canadá lograron reunirse las cuatro principales comunidades que forman la Canadian Methodist Church.
En 1902 apareció la Australian Methodist Church y en 1907 las comunidades británicas formaron la United Methodist Church. La Federación mundial se logró allanando todas las dificultades que había entre ellos y el 10 de mayo de 1939 constituyeron tal federación en una reunión en Kansas, con la participación de 50 obispos y 900 delegados.

Su liturgia se inspira en la anglicana pero dan amplio margen de inspiración a la comunidad. En sus servicios religiosos el canto comunitario ocupa un lugar importante. El fundador dio un duro golpe doctrinal al episcopado y al sacerdocio pues entendía que todos los ministerios, laicales y clericales, se identifican: sólo hay diversidad de funciones, no de naturalezas. De todos modos, él mismo fue incongruente y ordenó a Coke de “Supervisor” (obispo) para las colonias inglesas en ultramar. Consideran que la Iglesia se tiene que organizar sin patrones fijos, según inspire el Espíritu Santo en cada momento.

Desde principios del siglo XX, es el propio “Consejo Ecuménico Mundial de las Iglesias” de estas comunidades cristianas de la Reforma quien considera sectas (en sentido peyorativo) a las comunidades cuya admisión es rechazada por esa Federación al no considerarlas cristianas, como es el caso de no pocas de origen norteamericano, generadas por los puritanos, los congregacionistas, los anglicanos, los baptistas y los metodistas y que han proliferado de manera increíble.

Acabada la 2GM, Corea se rompió en dos en 1948 por el paralelo 38. El norte comunista y el sur pro norteamericano. En los años 70 ya eran 250.000 metodistas.

En Portugal, a mitad del siglo XX, había metodistas (3 mil), baptistas (9 mil), presbiterianos (6 mil), episcopalianos (4 mil) y adventistas (3 mil).

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