Otro paso adelante en el
ecumenismo
El papa Francisco hace dos días, en este agosto
2016, ha enviado a través del Secretario de Estado, card Parolin, una carta a
los evangelistas valdenses metodistas quienes, como cada año, en la última semana de agosto, los miembros de las iglesias
locales y pastores se reúnen en Turín para el Sínodo Valdense. Les envía
su cordial saludo y sus mejores deseos. Es un paso más de carácter ecuménico
para buscar también la comunión plena entre los católicos y este grupo
“protestante” italiano. Les recuerda que valdenses, metodistas y católicos
pueden colaborar en muchas actividades al servicio de los pobres, los enfermos
y los inmigrantes y en el cuidado de la creación.
En
marzo de 2016, por primera vez en la historia, una delegación oficial de la
Iglesia metodista y valdense fue recibida en el Vaticano por el Pontífice. En
junio de 2015, Bergoglio se convirtió en el primer pontífice de la historia en
acceder a un templo de esta comunidad cristiana. Allí pidió perdón a la iglesia
evangélica valdense por los siglos de persecución por parte de las autoridades
de la Iglesia católica en el pasado.
Son
miembros de la Federación de Iglesias Evangélicas en
Italia, de la Alianza
Mundial de Iglesias Reformadas y el Consejo Mundial de Iglesias. En el
Piamonte cuentan con 41 iglesias de las 120 que tienen en Italia y en Roma son
2. La sede central está en Turín.
Se llaman valdenses porque
parece ser que los fundó Pedro Valdo, un comerciante adinerado, casado y con 2
hijas. Inició su aventura en el siglo XII desde los llamados “pobres de Lyon”.
Antes de la Reforma luterana del siglo XVI, eran considerados una secta (más)
de las que ya habían aparecido o seguirían apareciendo. Ya desde los inicios del
cristianismo brotaron sectas, como siempre radicales que reclaman purificar lo
recibido o se presentan como los que tienen la comprensión total y perfecta de
los misterios de la fe. Así los monofisitas, los gnósticos, los maniqueos, los pelagianos,
los arrianos. En los siglos medievales son los cátaros, los valdenses y los fratricelos, y en estos siglos contemporáneos
surgen los cismáticos ultraconservadores llamados “viejos católicos” porque no
aceptaron el Concilio Vaticano I. con el Vaticano II aparecen los similares
lefebrerianos que condenaron el último concilio ecuménico celebrado hasta ahora
a mitad del siglo XX.
En la
actualidad ha surgido un grupo de conservadores, llamados Sendas Antiguas Valdenses, que denuncian las condescendencias de la
postura oficial con temas como aborto, homosexualidad, movimiento ecuménico con
iglesias no protestantes, etc.
En todo el s. XIV la
Inquisición (sin grandes éxitos) los persiguió así como a los begardos y
a los Hermanos del Libre espíritu. La persecución que sufrieron en el
siglo XVII fue tremenda y muy sangrienta pero a mitad del XIX consiguieron el
reconocimiento de sus derechos civiles.
La secta la inició Gregorio,
sobrino del entonces obispo de Praga, yendo con un grupo de laicos a Bohemia
oriental en 1457, a la parroquia del cura Miguel. Ya en Lhotka se separaron de
Roma ordenando tres obispos suyos por un valdense. Con la recatolicación de
Bohemia y Moravia se hicieron clandestinos y se exiliaron a Polonia, Silesia y
Hungría. Con su absorción en la Reforma, duraron 167 años.
Los
valdenses recorrieron con ánimo misionero el sur de Alemania,
Suiza, Francia y España, sobre todo en Cataluña. El que dos concilios y tres reyes
se ocuparan de expulsarlos de España demuestra que su número tenía que ser
considerable.
Los
Metodistas, también destinatarios de
la carta, son un movimiento religioso nacido también del seno del anglicanismo
y que más tarde, por excomunión de la iglesia anglicana oficial, quedó plasmado
en el actual conjunto de comunidades, la mayoría de ellas (25 millones) en USA.
Tienen 20 millones de miembros llamados "comunicantes" de los 45-50
millones de feligreses. Muy divididos a la muerte de su fundador (1791), en
1884 formaron una Federación.
Fueron
fundados en la idea del presbítero inglés John Wesley que, ante la situación de la “vieja
Europa”, sensual y podrida, proponía cambiar el método pastoral para predicar
el terror al infierno, el miedo a Dios, dar “leña” para que cambiasen aquellos
colonos irresponsables que sólo buscaban salud, dinero y amor en el Far West.
Esa actitud religiosa brotó en los territorios fronterizos del Oeste americano
para aquella muchedumbre de colonos por su situación de frontera, de angustia e
inseguridad ante lo desconocido, y lejos y abandonados por las instituciones
religiosas europeas que consideraban tener una religión adulterada y perdida.
Quisieron volver a lo más fundamental que provocara una conmoción emocional y
que obligara a una radical elección fideísta.
En
1884 se unificaron para restaurar las heridas de sus divisiones internas y en
Canadá lograron reunirse las cuatro principales comunidades que forman la Canadian Methodist Church.
En 1902 apareció la Australian Methodist Church y en 1907 las comunidades británicas
formaron la United Methodist Church.
La Federación mundial se logró allanando todas las dificultades que había entre
ellos y el 10 de mayo de 1939 constituyeron tal federación en una reunión en
Kansas, con la participación de 50 obispos y 900 delegados.
Su
liturgia se inspira en la anglicana pero dan amplio margen de inspiración a la
comunidad. En sus servicios religiosos el canto comunitario ocupa un lugar
importante. El fundador dio un duro golpe doctrinal al episcopado y al
sacerdocio pues entendía que todos los ministerios, laicales y clericales, se
identifican: sólo hay diversidad de funciones, no de naturalezas. De todos
modos, él mismo fue incongruente y ordenó a Coke de “Supervisor” (obispo) para
las colonias inglesas en ultramar. Consideran que la Iglesia se tiene que
organizar sin patrones fijos, según inspire el Espíritu Santo en cada momento.
Desde principios del siglo
XX, es el propio “Consejo Ecuménico Mundial de las Iglesias” de estas
comunidades cristianas de la Reforma quien considera sectas (en sentido
peyorativo) a las comunidades cuya admisión es rechazada por esa Federación al
no considerarlas cristianas, como es el caso de no pocas de origen
norteamericano, generadas por los puritanos, los congregacionistas, los anglicanos,
los baptistas y los metodistas y que han proliferado de manera increíble.
Acabada la 2GM, Corea se rompió en dos en 1948 por el
paralelo 38. El norte comunista y el sur pro norteamericano. En los años 70 ya
eran 250.000 metodistas.
En Portugal, a mitad del siglo XX, había metodistas (3 mil), baptistas (9 mil), presbiterianos (6 mil), episcopalianos (4 mil) y adventistas (3 mil).
En Portugal, a mitad del siglo XX, había metodistas (3 mil), baptistas (9 mil), presbiterianos (6 mil), episcopalianos (4 mil) y adventistas (3 mil).
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