Sectas del budismo
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En todas las religiones y sociedades ha habido sectas, término que se suele aplicar a cualquier grupo político o religioso que se aparta del sentir tradicional y que toman doctrinalmente una parte por el todo. A veces el sentido es peyorativo por cuanto ellas mismas se consideran al margen de lo institucional e incluso pueden tomar un cariz agresivo y destructor de los otros grupos.

El jainismo brotó en el hinduismo y, como el budismo, es heterodoxo, contrario al brahamanismo por no aceptar la autoridad de los Vedas. Es una religión viva con unos 2 millones de seguidores en Gujarat y Rajputana fundada por Vadhamana Mahavira (550 ó 540-477 ó 468 aC), hijo de una aristocrática y poderosa familia de Vaishali (hoy Besarh, al norte de Patna) que a los 28 años, muertos sus padres, dio un giro a su vida. Sus padres eran de una secta antigua cuyo último jefe (Parshva) hacía 250 años que había muerto y se decía ser el descendiente 23 de los Tirthankara (los liberados). Mahavira parece que quiso actualizar esa secta poniéndola al día.

Abandonó su mujer Yashoda y sus hijos, se rapó la cabeza al cero y empezó una etapa de rígido ascetismo. Doce años después tuvo una iluminación y entendió con claridad su camino de salvación. Desde entonces se llamó Jina (“el victorioso”) o Mahavira (“el héroe”), recopiló sus pensamientos en un cuerpo de doctrina filosófico y lo predicó incansablemente. Se trata de un ateísmo espiritual pues cree que los infinitos fenómenos de la naturaleza no necesitan intervención divina exterior.
También es un panteísmo, como lo son habitualmente las sectas hinduistas, pues cree en la eternidad de las sustancias y en los factores físicos y mentales; los dioses, que forman un único Absoluto, viven despreocupados de los hombres, a los que sólo sirven de modelo.
El jainismo está abierto a toda religión ya que considera que todo es relativo por estar sujeto al momento histórico. Sobre todo se ha hecho famoso por su principio de la no violencia, basándose en que todo ser vivo, incluso las plantas, tienen alma y son capaces de transmigración. Gandhi era un forofo de esta filosofía y supo utilizarla para sus planes políticos de liberación de su país sin derramamiento de sangre. L@s jaimistas llevan mascarilla para no maltratar ningún bicho, v. gr., tragándose un mosquito y los monjes una escoba para ir barriendo el suelo y evitar pisar una hormiga o cucaracha.
Mahavira murió a los 72 años en Pavapuri cerca de Rajagriha donde los jainas han levantado 4 templos grandes. A los 600 años de su fallecimiento su pensamiento se dividió en dos sectas: los Shvetambaras (vestidos de blanco) que quieren representar a Parshva, y los Digambaras (los desnudos) que quieren ser los radicales y severos como Mahavira. Las mujeres no pueden ir desnudas y no se salvan excepto que en alguna reencarnación sean varones.
Para Jina las almas (jiras) son sustancias animadas que, por sus actos (buenos o malos), engendran la energía del karma que es la causa de los nacimientos y defunciones. El alma individual pasa por diversas existencias humanas, a veces animal, según el karma que se tenga.

El karma, dogma fundamental del hinduismo, es una palabra que aparece en las Upanishads (siglos VIII-VI aC) como concepto entonces nuevo que se opone a la noción védica de las fórmulas mágicas y de los ritos védicos, como medio infalible para alcanzar la dicha futura. El karma es una ley que infaliblemente actúa en todos los seres vivos, incluso en los dioses.
El karma es la base de la teoría hindú de la metempsícosis que considera al hombre, en sus vidas terrestres, esclavo de la rueda de las existencias ó sampsara, palabra sánscrita que traduce el concepto de reencarnación o transmigración. Se trata de un determinismo de fatalidad por los actos del pasado aunque es, a la vez, compatible con la libertad humana ya que el esfuerzo personal permite mejorar el karma. El cristianismo habla de la gracia santificante que puede ir creciendo en cada uno a lo largo de la vida (el karma hay que ir eliminándolo) y niega la reencarnación pues no tenemos más que una vida terrenal, suficiente para alcanzar la perfección, o sea la plenitud de la gracia, cada uno de acuerdo con su capacidad o sus talentos.
La solución para salir de la rueda de las existencias es la no acción: se trata de aprender a actuar en la vida sin buscar los frutos (es la anti-eficacia occidental), a actuar sin intereses para no crear un nuevo karma. El que ya se tiene se puede liberar por varios métodos, uno de ellos es el yoga que “quema” el karma que se posea y poder así escapar de la necesidad de renacer, una vez lograda la unión con el Ser (la mohsha).
El ayuno y la penitencia (se tiene que ser vegetariano) sirven para ir siendo cada vez más espirituales y, por las sucesivas reencarnaciones, irse liberando de lo material. Los monjes hacen cinco votos y a los casados se les exige fidelidad a su esposa y despego de los bienes materiales. Prohíbe dañar inadvertidamente cualquier ser vivo y el monje lleva siempre una escoba para barrer delante de sus pies y así no pisar ningún insecto. Prohíbe ejercer la agricultura y sólo se dedican al comercio.

Las enseñanzas jainistas están contenidas en la Bhagavadgita (“el canto del Señor”) que es la Biblia hinduista, un poema de 700 estrofas y 18 capítulos, que forma parte del libro VI del Mahabharata. Es un diálogo entre Arjuna y Krishna, un dios que es la forma humana de Visnú. Arjuna duda si pelearse contra los kuru mientras Krishna, su primo e instructor, le da los consejos oportunos. Los capítulos VI-XI hablan de la naturaleza de Dios y de la gran teofanía. Los capítulos XII-XVIII proclaman el amor de Dios a los hombres. Ya se ve que hay muchos puntos de coincidencia con el cristianismo.
El Mahabharata es el mayor poema épico del mundo por sus 18 libros con 106.000 versos (shlokas) con una finalidad histórica más que didáctica. Relata las guerras que, entre el Ganges y el Jamuna, tuvieron las tribus de los kuru y los bharata, clanes arios procedentes del noroeste, entre los años 2000 y 1500 aC, cuando invadieron el norte de la India trayendo los textos védicos.
La transmisión de esta epopeya se realizó oralmente por los suta, los conductores de los carros reales, que relataban las batallas y luego las difundían los pathaka y los dharaka, quienes embellecían y ampliaban los relatos. Por la lengua y el estilo, a la crítica literaria le parece claro que el autor no es único aunque la leyenda se lo atribuye a Vyasa que lo escribió en 3 años al dictado de Ganesha, el dios con cabeza de elefante. Desde el siglo X dC se conoce en toda Asia por sus correspondientes versiones vernáculas.

En el siglo VI dC, aparecerá en el visnuismo la secta Bhâgavatas que adoran al bhagata, el bienaventurado, que es como llaman a Visnú, siguen ritos extraños, dejan los templos y niegan las castas. Tampoco la secta de los Lingâyats acepta las castas; tienen ritos y libros sagrados secretos. En el siglo XIII brotaron muchas sectas o grupos con sus propios ritos y cultos. Unas son más místicas, otras más filosóficas y algunas toman el carácter de movimientos reformistas sociales modernos. Caitanya (+1533 con 48 años) fue el ilustre visionario que inauguró el culto a Krishna y a su esposa Radha. Sus sucesores son jefes de monasterios y templos.
Con referencia a Shiva, el otro gran dios hinduista que actúa en el universo por su gran energía, aparecieron las sectas más bien ascéticas, a menudo tántricos, y no faltan seres extraños con frecuencia groseros que aún hoy día subsisten y aparecen desnudos en las calles de las ciudades sagradas. En el siglo XI se fundó la secta de los goraknhati o kanphatayongins (los yongis de orejas hendidas) por el gran santón Gorakhnath.

La actual asociación espiritual mundial Brahma Kumaris, world spiritual university es una universidad mundial espiritual creada en 1937 por Lekh Raj (+1969 con 93 años), al que llaman Prajapita Brahma. Es una ONG sin ánimo de lucro y con status consultivo en el Consejo Económico y Social de la ONU (que le ha concedido seis premios) y UNICEF. Desarrolla sus actividades en más de 65 países y ofrece una educación basada en valores humanos, morales y espirituales. Parte de la base de la bondad intrínseca de todo ser humano. Los miembros femeninos se llaman “Brahma kumari” (hijas de Brahma) y los masculinos “Brahma kumar” (hijos de Brahma). Son monoteístas, creen que hay un solo Dios (Shiva Baba), Padre Supremo, todo Amor, Infinito, Salvador, moralmente perfecto, omnipotente pero no omnipresente.

La comunidad religiosa de los shik, bajo el décimo guru, Govind Singh (+1708 con 33 años), tomó el carácter de un Estado militar teocrático. Los ingleses y el posterior gobierno indio los utilizó mucho como administradores estatales. Los shik fueron fundados en el NO de la India por Nânak (+1539 con 70 años), miembro de los Kshatriya, familia hindú de los alrededores de Lahore, entonces capital musulmana del Panjâb. Fue educado en la doctrina shiíta del Islam. Estaba casado pero a los 31 años (1500) abandonó su familia y se dedicó a la vida errante de asceta.
El quinto guru, Arjun (+1606) fue quien recopiló en un libro, el Adi-Granth, las obras de Nanâk, Kabîr y las suyas, y empezó la construcción del famoso templo de oro de Amritsar, santuario central de los sikhs y hoy muy dañado por las guerras separatistas entre la India y Pakistán en 1947.

Govind Singh reformó la comunidad y en las montañas del NO creó la Khâlsa, organización de los puros, suprimiendo todas las costumbres hindúes y reemplazándolas por el culto al libro sagrado, el Granth, y la espada, y predicó la guerra santa, permanente, contra los musulmanes. Después la comunidad se dividió en muchas sectas, como los Nirmalás (los sin mancha), los Akalis (los fieles de Dios), los Nihang o guardianes del templo de oro. Actualmente los sikh son 7 millones y entre ellos han reaparecido algunas costumbres hinduistas como tener imágenes sagradas en las casas particulares, la veneración de dioses hindúes y la prohibición del vino y de la carne.
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