
Leonardo de Foligno (+1290) fue discípulo de san Francisco.
Margarita (+1297 con 50 años), la mitad de su vida la pasó en pecado y la otra mitad haciendo penitencia y obras buenas como terciaria franciscana en la Toscana. Lo último que dijo al morir fue: "Dios mío: yo te amo". Benedicto XIII, al declararla santa, dijo que “es la mujer que más parecido tiene con María Magdalena”.
Luis de Anjou-Sicilia (+1297 con 23 años), de la familia real de Nápoles, es hijo de Carlos II de las Dos Sicilias y Jerusalén; sobrino segundo de san Luis, rey de Francia. La catedral de Valencia custodia sus reliquias desde el siglo XV cuando don Alfonso V las llevó en 1443: eran su tesoro. Luis renunció a su derecho a la Corona de Nápoles, se ordenó sacerdote e ingresó a la Orden Franciscana. Celestino V le nombró, en 1294, arzobispo de Lyon, nombramiento anulado por Bonifacio VIII al año siguiente; sin embargo, Luis fue elegido arzobispo de Toulouse en 1296, en cuyo territorio desarrolló una breve pero fructífera actividad caritativa. Camino de Roma para la canonización de su tío el rey Luis, cayó enfermo en Brignole, donde había nacido y donde murió. Luis fue canonizado 20 años después de fallecer; muchas veces se le representa como un obispo joven con hábito franciscano. El 29 de agosto de 1561, Fray Alonso de Ponce, Comisario General de la Orden Franciscana en la Nueva España, celebró la primera misa en el templo levantado en aquellas tierras y dedicado a san Luis. En 1862 el entonces arzobispo de Valencia admitió dar una reliquia suya al de Toulouse.
Jacopone de Todi (+1306) parece ser que compuesto el himno Stabat Mater dolorosa…, que la Liturgia reza o canta en la fiesta del 15 de septiembre de Nuestra Señora de los Dolores (Soledad, Sol, Marisol, Angustias).
Gualterio (+1307 con 83 años), beato, Provincial franciscano, a regañadientes aceptó ser obispo de Poitiers. Excomulgó con razón al obispo de Burdeos, Bertrand de Got que luego sería el papa Clemente V: lo destituyó y Gualterio, humildemente, pidió que su apelación escrita la pusieran en su cadáver junto al crucifijo. Clemente es quien llevó la sede a Avignon y quien, a instancias de Felipe IV el hermoso, aboliera la Orden de los Templarios.

Raimundo Llull (+1315 con 80 años), beato, el doctor iluminado, de Palma de Mallorca, es uno de los mayores genios de la Edad Media y de espíritu muy original, reumático y depresivo. Gentilhombre de la corte de Jaime II y que, una vez viudo, se hizo terciario franciscano por libre para dedicarse a la conversión de los musulmanes. Estuvo en París, Nápoles, Túnez y en Oriente, siempre con ganas de interesar a príncipes y jerarcas por sus ideas. Fue lapidado por musulmanes en Túnez pero murió en Mallorca.
Conrado Confalonieri (+1351), beato, casado, por un incendio y evitar que muriera un inocente, se declaró el autor y por lo cual le fueron confiscados sus bienes. Como su esposa Eufrosina, entendió el incidente como una señal divina y por eso ella se hizo monja y él ermitaño terciario franciscano en Piacenza; luego se trasladó a Sicilia.
Roque (+1374 con 78 años). Hijo del gobernador de Montpellier, huérfano a los 20 años y aficionado a la aventura pero luego se dedicó a peregrinar, desprendido de todos sus bienes. Siempre se le representa con hábito de peregrino, sombrero, bastón y calabaza con agua, una úlcera en su pierna y un perro a su lado. Santo muy popular que ya en vida hizo muchas curaciones milagrosas. Muchos le invocan contra la peste. Falsamente acusado de espionaje, fue encarcelado y allí murió. Es tardía la noticia de que fuera terciario franciscano.
Diego (+1463 con 63 años), lego franciscano de Alcalá de Henares, vivió en Canarias

Szymon de Lipnica (+1482 con 43 años), polaco, canonizado en 2007, había sido beatificado en 1685. En la Academia Jagellonica de Cracovia conoció a san Juan de Capistrano e ingresó en el convento de los “bernardinos”, fundado por Capistrano y puesto bajo la protección de san Bernardino de Siena, entonces recientemente canonizado. Promovió la devoción al Nombre de Jesús y destacó por la humildad, la pobreza, la sencillez y la caridad, heroica el último año de su vida cuando la epidemia de peste asoló Cracovia.
Cristóbal (+1485 con 70 años), milanés que llevó una vida edificante y fundó el convento de Vigevano.
Pedro de Guarda (+1505) portugués, fue cocinero en el convento de Madera.
Salvador de Horta (+1567 con 47 años), gerundense, lego franciscano que estando en Tortosa se le alejó a Horta, Reus, Barcelona y Cagliari. Se le prohibía que hiciera milagros. Canonizado en 1938.
Nicolás Factor (+1583 con 64 años), beato, valenciano, franciscano y sacerdote, ya desde joven se le veía como una réplica de san Francisco de Asís. Trataba a los pobres y enfermos como una madre. Llegaba al extremismo en penitencia y austeridad pero también era muy amante de la belleza y de la amistad; era amigo del dominico san Luis Beltrán y muy devoto de la Stma. Trinidad, de la Eucaristía, de la Pasión y de la Virgen María. Estuvo en Onda, Tarragona, Barcelona y ya regresado a Valencia, murió en el convento de Jesús.
Benito Massarari (+1589 con 63 años), apodado "filadelfo el negro”, fue prior aun siendo analfabeto e hijo de esclavos (nubios) africanos en Sicilia. Cuando no era prior, se dedicaba a la cocina.
Pascual Bailón (+1592 con 52 años),

Andrés Hibernon (+1602 con 88 años), beato, lego franciscano, murciano, apóstol de Gandía y La Safor donde se le venera como el “beatet”. Beatificado por Pío VI en 1791.
Gaspar Bono (+1604), beato, valenciano que abandonó su vida de mercader y de soldado de Carlos V, en tiempos de san Juan de Ribera y que siendo franciscano y sacerdote, se caracteriza por su dedicación a la confesión, la predicación y la solicitud por los necesitados.
Francisco Solano (+1610 con 61 años), cordobés, misionero en Lima, Tucumán y Paraguay, consiguiendo la conversión de muchos indios.
José de Cupertino (+1663 con 60 años). Patrono de los parias. Nació en un establo de la aldea napolitana de Cupertino. Se llamaba a sí mismo “fray asno” y también los demás si no le colgaban peores sambenitos. Era una calamidad, una de las personas más inútiles, un caso inaudito de bobería: todo se le caía, todo lo rompía, tardaba meses en aprender lo más sencillo del mundo, incluso distinguir el pan blanco del negro. No servía ni para pelar patatas. Hasta el Papa quiso conocerle personalmente. Enamorado de Dios y de la Virgen, entraba en éxtasis nada más oír el nombre de Jesús o de María. Murió rezando a la Virgen: “monstra te esse Matrem” (muéstrate que eres Madre).
Carlos de Sezze (+1670 con 57 años). El pastorcito Gian Carlo, que vivía en el pueblecito de Sezze, al sur de Roma, logró su única ambición de ser lego franciscano. No pasó de las actividades más modestas, era un don nadie, pero hacía estupendos milagros, como si Dios se complaciese en no respetar el escalafón de las dignidades eclesiásticas. Para probar su obediencia, el maestro de novicios le mandó un día sembrar repollos con las raíces hacia arriba; lo hizo tal cual y ¡brotaron! Durante una misa, al elevarse la Hostia, de ella partió un rayo luminoso que le hirió en el pecho hasta penetrar en su corazón (que se conserva incorrupto y con la señal de la cruz). A pesar de tener muy pocos estudios, escribió libros admirables por su profundidad mística, como "Las grandezas de la misericordia de Dios". Juan XXIII le canonizó en 1959.
Pacífico (+1721 con 68 años) franciscano reformado del convento san Severino en Las Marcas. Tenía los pies hinchados, era ciego, sordo, desamparado y maltratado, un nuevo Job.
Tomás de Cori (+1729 con 74 años), Francisco Antonio Placidi era predicador, confesaba mucho y se le atribuyen milagros y carismas místicos. Canonizado en 1999.
Teófilo de Corte (+1740 con 64 años) franciscano reformador corso. Tomás de Cori le animó a dedicarse a los conventos-retiros y además recorría pueblos predicando la palabra de Dios. Canonizado en 1930.
Leonardo de Porto Mauricio (+1751 con 75 años). Ha sido uno de los mejores predicadores en Italia; popularizó el rezo del Via crucis y logró erigirlo en muchos templos; él lo hizo en 571 iglesias italianas. En 1750 (año jubilar declarado por Benedicto XIV) consiguió su sueño de erigirlo en el Coliseo y desde entonces cada Viernes Santo se reza allí y frecuentemente presidido por el papa. El Coliseo fue construido por Vespasiano y Tito en el año 70 para espectáculos públicos no religiosos; tenía capacidad para 80.000 espectadores. Leonardo convenció a Benedicto XIV para que convocara un concilio pero su bula nunca fue publicada. Fray Leonardo tomó también la iniciativa de recoger firmas para pedir la declaración del dogma de la Inmaculada; se logró en el siglo siguiente y a Roma habían llegado millones de firmas de católicos. El mismo Benedicto XIV fue a arrodillarse ante su féretro.
Junípero Serra (+1784 con 71 años), beato, nacido en Mallorca y siendo franciscano se fue a México como misionero en 1749 pero, expulsados los jesuitas por decreto de Carlos III, 16 franciscanos los sustituyeron en la Baja California. Su actividad misional en la Alta California fue incansable. Fundó innumerables misiones durante 13 años que visitaba regularmente. Los indios convertidos formaban comunidades agrícolas junto a las misiones y les enseñaba albañilería, agricultura y ganadería. Esas gentes, al contrario que los mexicanos, tenían un atraso cultural total; su alimentación, por ejemplo, era sólo frutas y raíces silvestres y no conocían la vestimenta: para protegerse del frío cubrían el cuerpo con barro. Las mujeres recibían enseñanzas de cocina, costura y confección. Murió en la Misión de san Carlos.
Gil o Egidio María de san José (+1812), Francisco Pontillo fue mendicante por las calles de Nápoles.
Antonio de Santa Ana o fray Galvao (+1822 con 83 años), primer santo brasileño canonizado por Benedicto XVI en 2007 en su propia tierra durante su viaje apostólico y estancia en la Basílica mariana de la Aparecida para la apertura de la V Conferencia del CELAM. Frei Galvao es conocido por “las píldoras de Galvao” que llevan enrolladas unas breves jaculatorias espirituales suyas. Se consideraba hijo y esclavo perpetuo de María Inmaculada, y consagró su vida a los afligidos, a los enfermos y a los esclavos de su época.
Estimado Javier Grahit Ferrer;
ResponEliminaAnte todo felicitarle por su blog. En su post sobre otros franciscanos ilustre menciona que San Pascual Bailón fue admitido en el convento de Albatera. Como historiador y vecino de Albatera me gustaría saber cual ha sido la fuente de información que ha utilizado por si pudiera ser de mi utilidad. Puede localizarme en "patrimoniodealbatera.blogspot.com"
Le agradezco de antemano su atención.