dissabte, 15 de gener del 2011

FUNDADORAS RELIGIOSAS (siglos XIII-XVIII)




A parte de las más populares o típicas como Clara de Asís, Teresa de Jesús, etc., que ya salen en la página de la correspondiente Orden religiosa clarisas, franciscanas, benedictinas...

María de Cervelló, Juliana de Falconieri, Francisca Romana, Beatriz de Silva Meneses, Juana de Valois, Ángela de Mérici, Mª Victoria Fornari, Mª Teresa de Jesús le Clerc, Juana de Lestonac, Virginia Centurione, Juana Francisca de Chantal, Luisa de Marillac, Juana Mª Chèzard de Matel, Margarita Bourgeoy, Lucia Filippini y Rosa Venerini.


María de Cervelló (+1290 con 59 años), fundadora de las mercedarias. Barcelonesa que ya de jovencita con su madre visitaba hospitales y asilos. Se la conoce como Santa María del Socorro o del Socós.

Juliana de Falconieri (+1341 con 71 años), fundadora de las Terciarias Servitas de María. Florentina, su padre era muy rico y había construido una iglesia dedicada a la Virgen. Su tío Alejo era uno de los siete fundadores servitas. Llevaba sólo una pañoleta sobre la cabeza como distintivo de su condición religiosa. En su última enfermedad, al no poder ya tragar la hostia, rogó a Nuestro Señor le permitiera comulgar una última vez y pidió al sacerdote colocara la hostia sobre un lienzo puesto sobre su corazón. La hostia desapareció y Juliana falleció en ese momento con una sonrisa de inmensa alegría. Después encontraron una cicatriz redonda en su pecho, y por eso las Siervas de María llevan al lado del corazón una medalla con la Santa Hostia grabada. Las siervas se conocen como las “mantelatas”.


Francisca Romana (+1440 con 56 años) fundó las Oblatas de María. Hija de una familia romana muy rica, fue dada en casamiento a los 13 años con Lorenzo de Ponziani y tuvieron tres hijos. Daba todo a los pobres y con su cuñada Vannesa mendigaba en tiempos de carestía y hambre, aunque la suegra lo recriminaba. Bajo sus lujosas ropas de nobleza llevaba ásperos cilicios. Un día perdió toda su fortuna y bienes patrimoniales, y sufrió muchas enfermedades que llevaba con alegría cristiana. Fundó una sociedad de mujeres piadosas sin hábito, sin ser monjas, para ayudar en los asilos y años después, al enviudar, entró en esa comunidad. A su muerte se movilizó toda Roma.



Beatriz de Silva Meneses (+1492 con 68 años) fundó la Orden de la Inmaculad Concepción. Nacida en Ceuta, una de los 11 hijos de don Rui Gomes de Silva (aguerrido militar de los conquistadores portugueses de esa plaza africana) y doña Isabel Meneses, parienta del conde de Viana. Beatriz era dama de corte en Tordesillas de Juan II de Castilla, casado con Isabel de Portugal. Eran tiempos en que se rompían lanzas para dilucidar el dogma y defender la religión. La belleza de Beatriz fue motivo de locuras ajenas y una vez en el convento toledano de santo Domingo el Real, llevó 30 años la cara cubierta con un velo. Buscó en Isabel la católica interés para su fundación, que inició con 12 compañeras. Un franciscano pudo evitar su extinción impidiendo se fusionaran concepcionistas y dominicas. Luego el cardenal Cisneros las reavivó. Canonizada por Pablo VI en 1976, la Orden cuenta con 150 monasterios en Europa y América.

Juana de Valois (+1505 con 41 años) fundó la Orden de la Anunciación.
Ni querida, ni rica, fea, despreciada por su padre Luis XI por parir una niña y no un varón, con incipiente cojera y jorobada. Desde los 5 años no volvió a ver a su madre Carlota de Saboya. Su padre obligó a Luis de Orleáns a casarse con ella aunque ni le hablaba ni la miraba. Consiguió la nulidad matrimonial y ya ex reina se retiró a Bourges donde fundó la nueva Orden. Canonizada en 1950.


Ángela de Mérici (+1540 con 66 años) fundó las ursulinas. De familia de campesinos de Brescia (Italia), se quedó huérfana pronto y vivió con unos tíos siendo terciaria franciscana. Después de 20 años trabajando como sirvienta, fundó la primera institución femenina dedicada a la enseñanza, que revolucionaba lo que se hacía siempre para dedicarse a la enseñanza de niñas pobres; la educación todavía entonces era sólo para los hombres de familias distinguidas y que se preparaban para la milicia o la diplomacia. Anticipó un nuevo modo de vida en la Iglesia con una Comunidad de mujeres seglares, sin votos ni hábito; vírgenes en el mundo aunque san Carlos Borromeo, muy amigo de la uniformidad, las impulsó a adoptar las normas conventuales. Pío X decretó celebrar su fiesta el 31 mayo.

Mª Victoria Fornari (+1617 con 56 años) fundó el monasterio de las Anunciadas celestes. Genovesa que, una vez viuda de Angelo Strata, con 3 hijos y 2 hijas, pudo realizar su sueño de fundar un monasterio dedicado a la Anunciación. El jesuita Bernardino Zanoni redactó las constituciones. Beatificada en 1828.

María Teresa de Jesús (Alicia o Alexia) Le Clerc (+1622 con 56 años), es la fundadora de las Agustinas Canónigas de Nuestra Señora. Nacida en Remiremont, Francia, fue en su primera juventud una rica doncella muy amante de bailes y coqueterías. Se convirtió a los veintiún años y junto con su director san Pedro Fourier fundó una Congregación encaminada a la formación de las jóvenes. En el siglo XIX estas religiosas poseían los tres internados más distinguidos de París. Beatificada en 1947.


Juana de Lestonnac (+1640 con 84 años) fundó la Compañía de María. Hija mayor de una familia de alta alcurnia de Burdeos, su madre se empeñaba en apartarla de la fe católica. Casada a los 17 años, tuvo 7 hijos aunque sólo 5 sobrevivieron. Viuda con 24 años, a los 47 se hizo cisterciense pero la salud le obligó a dejar el claustro 7 años después y, con el consejo de 2 jesuitas, encontró su camino en la educación. Con 9 compañeras puso los cimientos de la nueva fundación, la primera femenina dedicada a la enseñanza a imitación de la Compañía de Jesús. A su muerte contaba con 30 casas en Francia. Hoy son casi 1800 religiosas y desde 2003 tienen colaboradores laicos. Canonizada por Pío XII en 1949.

Virginia Centurione (+1651 con 64 años) fundó las Hermanas y las Hijas de Nuestra Señora en el Monte Calvario. Hija del dux de la República de Génova, aceptó la decisión de su padre de casarla con Bracelli, un joven rico e inclinado a una vida desordenada y ludópata. De esa unión nacieron Lelia e Isabel. Al quedarse viuda con sólo 20 años, hizo voto de castidad perpetua y vivió retirada en casa de su suegra. Su inicial tarea apostólica dio origen a la asociación Cien Señoras de la Misericordia protectoras de los Pobres de Jesucristo y poco después contaba con 3 casas en las que residían casi 300 acogidas. Con el tiempo serán 2 Congregaciones religiosas. Al final, abandonada por las Auxiliares y desautorizada por los Protectores en el gobierno de su obra, ocupó el último lugar. Fue enriquecida con éxtasis, visiones, locuciones interiores y otros dones místicos especiales. Juan Pablo II la canonizó en 2003.

Juana Francisca de Chantal (+1641 con 69 años) fundó las salesas o la Orden de la Visitación. De noble familia borgoñesa, hija del Presidente del Parlamento de la región de Dijon, casada a los 20 años con el barón de Chantal, aguerrido militar, y madre de 4 hijos, quedó viuda a los 9 años de matrimonio cuando su marido murió en accidente de caza. Al conocer por casualidad a san Francisco de Sales, quedó asociada a su obra. En esa época no se concebía una comunidad de mujeres trabajando fuera del claustro. Al morir san Francisco de Sales, tomó a san Vicente de Paúl como director espiritual. En el momento de su muerte había 65 conventos por Europa.

Luisa de Marillac (+1660 con 71 años) fundó las Hijas de la Caridad o las Hermanas Vicentinas. Hija natural de un noble, casada a los doce años con el secretario de la reina de Francia, tuvo un hijo. Ya viuda encontró en san Vicente de Paúl su colaborador y con un grupo de señoras de la aristocracia inició su fundación, algo distinto al convento; era un grupo de mujeres dedicadas al apostolado para con los enfermos y los pobres, atendiéndolos como al mismo Cristo. Pero once años después tuvieron que emitir los votos que renuevan anualmente. Hoy son 33.000 en 3.300 casas por todo el mundo. Está enterrada en la rue du Bac de París donde se apareció la Virgen a la hermana Catalina Labouré con la Medalla Milagrosa. Patrona de los Asistentes Sociales. Canonizada en 1934.

Juana Mª Chèzard de Matel (+1670 con 73 años), fundó la Congregación del Verbo Encarnado, es venerable. Su obra, dedicado a la enseñanza, fundada con Catalina Fleurin y María Figent, fue aprobada por Urbano VIII en 1623. Con la Revolución Francesa se extinguieron pero el p. Esteban Dennis las resucitó en Lyon. En 1852 se extendieron desde Francia a Nueva Orleans y luego México. En USA, con el mismo carisma mateliano, se fundó las HH de la Caridad del Verbo Encarnado para la educación cristiana y hospitales.

Margarita Bourgeoy (+1700 con 80 años) fundó las HH de Notre-Dame. Canadiense nacida en Francia inició una novedosa Congregación de monjas que no hacían votos perpetuos ni vivían régimen de clausura: salían al exterior, extendiendo su celo por todos los territorios parroquiales. Sufrió mucho por intrigas de sus propias religiosas, y los últimos siete años de su vida los dedicó totalmente a la oración. La hermana Tardy afirmaba que las almas del purgatorio le habían dicho que Margarita estaba en pecado mortal y debía ser reemplazada como superiora, mejor si era por ella misma. Murió en Montreal. Canonizada en 1982.

Lucia Filippini (+1732 con 60 años), fundadora de las Maestras Pías “filipinas”, salió indemne de la acusación de quietismo. Canonizada en 1930. Citada por Benedicto XVI en Viterbo (090906).

Rosa Venerini (+1728 con 72 años), fundadora de la primera escuela pública femenina italiana. Dotada de inteligencia y sensibilidad fuera de lo común, a los 7 años hizo voto de consagrar su corazón a Dios. Inició su obra con dos compañeras, dejando a su muerte 40 escuelas en 17 diócesis. Está enterrada en la Iglesia del Gesú que tanto amaba. La Comunidad Religiosa Apostólica (Instituto Maestras Pías Venerini) está en los 5 continentes. Canonizada en 2006 y citada por Benedicto XVI en Viterbo (090906).

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada