dijous, 9 de desembre del 2010

LOS DOMINICOS (1)

Los inicios
Dominicos mártires
Actividades dominicas
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Los dominicos fueron la primera Orden mendicante nacida al inicio del segundo milenio, un poco antes que los franciscanos. Domingo quería cambiar los métodos pues los misioneros iban en carruajes elegantes, con secretarios y ayudantes, se alojaban en los mejores hoteles, etc. Con cierta rapidez, fundó una institución de nuevo estilo respecto al paternalismo monástico anterior y lanzó al mundo misioneros itinerantes (como los apóstoles). En 4 años había fundados 60 conventos por Europa. Hoy son 6.800 en 680 casas en todo el mundo. Visten hábito blanco de canónigos regulares y manto negro de predicador. Honorio III los aprobó en 1216.

La familia dominica está formada por frailes, monjas y fraternidades laicales. Las monjas son de muchas congregaciones dominicas de la 2ª Orden o contemplativas de clausura o de la 3ª dedicadas al a la acción apostólica: Anunciatas, Misioneras del rosario, Misioneras de la Sda Familia, del Santísimo Sacramento, Oblatas de Jesús, etc.

Los laicos, hoy unos 100 mil por todo el mundo, recibieron su 1ª regla de vida de fray Munio de Zamora en 1285 y suponía romper esquemas pues, tras la reforma gregoriana en el siglo XI, se abría un abismo entre el clero y los laicos en razón de pretendidos grados de perfección. Entre l@s laic@s destacan Catalina de Siena o Rosa de Lima.

En 1206 se reunían las primeras mujeres en el monasterio de santa María de Prulla que en el amor, han hecho de Dios su centro, asumiendo como propios los sufrimientos y alegrías del hombre de hoy, perpetuando en la historia el clamor constante de Domingo: ¡Dios mío! ¡Qué será de los pecadores!, ¡qué será de tantos hombres y mujeres ahogados en el sin sentido, en la desesperación, en el odio, en el vicio...! ¡tantas personas humilladas física y psicológicamente! ¡tantos hombres sin hogar, pan y cariño!... . Ha de ser el existir de la monja una luz en el camino de los hombres, un recuerdo perenne de la existencia de Dios y la alegría del Reino, ¡un testimonio viviente del Resucitado!

Los inicios

El desarrollo del comercio y la industria favoreció el crecimiento de las urbes y los antiguos monjes, instalados en las zonas rurales no podían atender las nuevas necesidades pastorales, aparte de que vivían de su trabajo laboral. También Domingo vio la urgencia de su novedad en que los obispos eran impotentes para llegar a todos los ambientes y eran muy pocos los que cumplían con su tarea pastoral. Una tercera circunstancia fue el movimiento pauperístico desatado con la reforma gregoriana. 

Se aspiraba a una Iglesia libre de la tiranía de los príncipes seculares y libre de la ambición de poder y de riquezas. Los dominicos querían ser antídoto contra los movimientos pauperísticos heréticos, enemigos de la jerarquía, como los apostólicos, los valdenses, los albigenses o cátaros, los pobres lombardos, etc.

Historiadores superficiales hablan de la escuela dominica como un tomismo compacto pero el mismo Tomás de Aquino encarnó y defendió la perspectiva fragmentaria. Su seguir a Cristo era una forma novedosa y no repetían los anteriores modos de monjes y canónigos regulares. El ensayo de Domingo para forjar una “vida apostólica” sólo había tenido un antecedente en Agustín de Hipona pero construyó su peculiar estructura legislativa como “democracia evangélica”, firme en los pilares esenciales y elástica en lo funcional. 

Ante los ojos de muchos eclesiásticos Domingo era un “revolucionario” y los suyos aparecían como un inaudito cambio de estructuras por lo que la crítica y el contratiempo probó su autenticidad. Lo mismo que ocurrió con los franciscanos. Ya en 1255 el Capítulo General de Milán estudió las primeras acusaciones de obispos y sacerdotes diocesanos que se quejaban porque les invadían el campo. Luego la tempestad estalló en París donde el Aquinate, con sus opúsculos, escribió cada palabra con peso en oro y filo de acero, en una autodefensa formidable del nuevo estilo que anticipaba el espíritu sacerdotal del Concilio Vaticano II. El Papa Alejandro IV hizo escampar la tormenta.

A las pocas décadas de su nacimiento, propio del devenir de las cosas humanas, también como los franciscanos, sufrieron la sacudida interna de la rivalidad entre los “observantes” y los “conventuales” aunque no llegaron a la escisión.

Bona (+1207) fue una mujer virgen, oblata de los Canónigos Regulares en Pisa, que predijo la fundación de los dominicos. Peregrinó a Tierra Santa, a Roma y a Compostela.


Domingo de Guzmán (+1221 con 51 años) era sacerdote burgalés, canónigo del Cabildo reformado de Osma-Soria que acompañaba a su obispo Don Martín Bazán a Dinamarca de gestiones diplomáticas para la boda del hijo de Alfonso VIII. 

Cerca de Toulouse nació la primera comunidad con 16 compañeros, la Orden de Predicadores (la “santa predicación”), para enfrentarse a los herejes del momento: cátaros, valdenses, albigenses y otros grupos agitadores de la fe y las costumbres. Al regreso del viaje, horrorizado por lo visto en el Languedoc, le contó a su obispo sus planes y de paso le comentó que “a estos, o por las buenas o por las malas”. Los dominicos eran conocidos como los perros del Señor (Domini canes) y su emblema es una estrella y un perro con una antorcha en la boca. También reconoció que “la violencia es inútil para convencer; las armas eficaces son la oración y la penitencia”. Decía que “no se ganan los corazones por ir elegantemente vestidos, sino con la humildad”. Domingo fue canonizado por Gregorio IX en 1234. 

Benedicto XVI (Audiencia General 100203) glosó su figura destacando que para evangelizar hace falta una buena formación intelectual. Añadió que "este nombramiento (canónigo de la catedral) no lo interpretó como un privilegio personal, ni como el inicio de una brillante carrera eclesiástica, sino como un servicio hecho con dedicación y humildad". En este contexto cuestionó si "la carrera y el poder no son una tentación de la que no son inmunes ni siquiera quienes tienen un papel de animación y de gobierno en la Iglesia".
Diana, Amada y Cecilia son santas dominicas, coetáneas de santo Domingo.

Juana de Aza (+1202 con unos 50 años) es la madre de Domingo y de sus dos otros hijos: Antonio (venerable) y Manés o Mamerto (beato). Beatificada por León XII en 1821.

Manés de Guzmán (+1235 con 65 años) es hermano y colaborador de sto Domingo. Salió con otros compañeros a París donde fundó el convento de Santiago. Luego fue capellán y director espiritual de las dominicas de Madrid. Lo beatificó Gregorio XVI.


Jordán de Sajonia (+1237 con 47 años), beato, fue el primer sucesor de sto Domingo. Estudiaba en París y Domingo le envió a uno de su confianza para proponerle que ingresara en la nueva Orden. Aceptó y llegó a ser un hombre excepcional por sus cualidades que excedían al común de los mortales. Así y sólo a los 3 años de su ingreso, sucedió al fundador; fueron 15 años hasta fallecer y dejó 249 nuevas casas de dominicos. Allí donde predicaba, sacaba vocaciones; un Papa dirá que “las vocaciones existen, lo que hay que hacer es cultivarlas”. 

Tuvo la alegría ver a Domingo canonizado en el 34. Ya no le quedaba otra cosa que irse al cielo, y decidió ir a Tierra Santa. Murió ahogado con toda la tripulación del barco que de regreso sufrió la envestida de una fuerte tormenta. Alguien le dijo: ¿Cuál es la posición mejor para rezar, sentado, arrodillado, de pie o postrado? Y respondió: "La mejor posición para rezar es aquella en la cual cada uno se siente mejor, con más fervor y con más inclinación a rezar bien". Frase repetida textualmente por Pío XI, 700 años después. Se le honra cerca de Akko (Ptolemaida) en Palestina.

Dominicos mártires

Pedro es mártir de Verona en 1252 con 47 años. Fue dominico en vida de santo Domingo del que se fascinó a los 16 años. Hijo de una familia de cátaros, contribuyó a crear las cofradías marianas. Recorrió muchas ciudades italianas y recaló en Milán donde fue nombrado inquisidor general. Fue asesinado en Farga, de camino a Milán, fruto de 40 libras milanesas y con 2 golpes de hacha. Canonizado por Inocencio IV en 1253.

Frumencio es dominico, mártir de Hungría con los tártaros en s. XIII.

Juan de Colonia es dominico que junto con Nicolás Pieck y 18 comp., son mártires gorcomienses en Suiza en 1572. Por defender la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, fueron ahorcados en el convento de santa Isabel de Brielle por soldados calvinistas del destacamento militar llamado “armada de los piratas” cuando la insurrección en Gorkum de los Mendigos (les Gueux) contra Felipe II. Con él eran 11 franciscanos, 2 premonstratenses y 4 sacerdotes seculares, canonizados por Pío IX.


6 dominicos mártires en China, aunque separados en el tiempo por un siglo (1648, 1747 y 1748), forman un grupo homogéneo por su nacionalidad española, por su pertenencia a la Provincia de Ntra. Sra. del Rosario, (fundada en Manila en 1587 para la evangelización del Extremo Oriente), y por la actividad misionera en el sureste de China, en la provincia de Fukien. Todos ellos, salvo Francisco Fernández de Capillas, murieron en Fochow, China, unidos en la misma fe, en los mismos sufrimientos y en la misma familia, la dominicana. Sus restos se veneraban en la iglesia de Santo Domingo de Manila, que fue destruida en la guerra mundial de 1941.

Era la época de los emperadores Yung-Cheng y del hijo K'ien-Lung. El edicto de condena, emanado del Virrey el 18 de diciembre de 1746, tiene las siguientes acusaciones: "Pedro Sans, por ser jefe de la religión cristiana que vuelve locos a hombres y mujeres con una falsa doctrina, sea pronto decapitado. Francisco Serrano, Joaquín Royo, Juan Alcober y Francisco Díaz, por haber inducido y engañado al pueblo con la misma falsa doctrina, son declarados reos de decapitación. Mientras tanto esperen en la cárcel un decreto ulterior". Con la confirmación del Emperador, el obispo Sans fue ajusticiado el 26 de mayo de 1747. Por autoridad del Virrey, el 28 de octubre de 1748, en la misma cárcel, el obispo Serrano y el presbítero Royo fueron asfixiados; los hermanos Alcober y Díaz estrangulados. Todo sucedió en la ciudad de Foochow o Fuzhou, capital de Fukién. Canonizados en 2000.

Lorenzo Ruiz y 15 comp filipinos, pertenecientes o asociados a los dominicos, son mártires en Nagasaki (+1633-37). Lorenzo era padre de familia, filipino, Domingo Ibáñez de Erquicia era dominico español, Jacobo Kyushei Tomonaga era dominico japonés; otro era fray Jordán (Jacinto Ansalone) y fray Antonio González, leonés, llegado en el 36 con otros 2 sacerdotes y 2 laicos desde Filipinas. Después de atormentado, su cuerpo fue llevado a la colina de Nagasaki y quemado; los demás fueron decapitados. Cincuenta años después de morir san Francisco Javier, los cristianos japoneses ya eran varios miles y fueron probados con persecuciones en 1597,1617, 1622, 1624, 1626, 1629 y la de estos dieciséis, canonizados por Juan Pablo II en 1987.

Jacinto Mª Castañeda (+1773 con 30 años), beato, era dominico mártir en China, era valenciano de Xátiva, enviado como misionero a Filipinas y en China fue apresado y martirizado con sólo 30 años, junto a Vicente Liem y otros seis de su Orden.


Jerónimo Hermosilla y 25 comp, dominicos, son mártires de Vietnam en 1857 y 62. Jerónimo, Domingo de Henares y Valentín de Berriochoa eran obispos. Melchor de Quirós era obispo coadjutor del Vicariato oriental y sufrió un martirio muy cruel con 37 años; cuando llegó la noticia a Asturias aún vivían sus padres. El titular era José Mª Díaz Sanjurjo. Los de la región de Tonkin fueron martirizados en 1861 con la persecución de Yu-Duk. Una proclama gubernamental decía que "todos los cristianos deben ser concentrados en las poblaciones no cristianas, las mujeres separadas de sus esposos y los niños de sus padres. Las pueblos cristianos deben ser destruidos, y sus propiedades distribuidas entre otros. Todo cristiano debe ser marcado en su frente con la expresión «falsa religión»". 

Entre 1883 y 1885 hubo algunos millares de mártires mientras en la India fueron más de cien mil. Las crueldades de las narraciones medievales sobre los mártires de la antigüedad parecen exageraciones y leyendas inventadas, pero lo mismo ocurre al final del segundo milenio. Jerónimo fue decapitado junto con Valentín Berriochoa y Pedro Almató en 1862. Ignacio Delgado, obispo coadjutor, había llegado en 1790 con los PP Henares, Vidal y Gatillepa. Fueron recibidos por los PP Alonso, Benito y Cortés; eran los primeros misioneros europeos desde hacía 20 años. Canonizados en 1988.

18 dominicos junto con José Aparicio Sanz y 214 compañeros, son beatos valencianos, mártires durante la persecución religiosa en España (1936-39). No son mártires por morir en una guerra civil, sino por perder cruentamente la vida y sin más motivos que su fe. Son 38 sacerdotes valencianos y 2 de Zaragoza, 19 mujeres, 18 jóvenes de Acción Católica, 18 dominicos, 10 franciscanos, 12 capuchinos, 6 capuchinas de santa Clara, 12 jesuitas, 30 salesianos, etc. Beatificados en 2001.

Actividades dominicas

Nuestra Señora del Camino es un moderno santuario desde 1961 a cargo de los dominicos, ubicado en el camino de Santiago. La Virgen del Camino es la patrona de León. El 2 de Julio de 1505, fiesta de la Visitación, estaba un pastor de Velilla de la Reina, llamado Alvar Simón Fernández, guardando su ganado y "entreteniéndose" con profundas reflexiones, cuando vio la imagen de nuestra Señora y le pidió que dijera al obispo que construyese un templo.

Las concepcionistas fundadas por Beatriz de Silva Meneses (+1492 con 68 años) estuvieron a punto de extinguirse pero un franciscano lo evitó logrando fusionarlas con las dominicas. Luego el cardenal Cisneros la reavivó. Beatriz, nacida en Ceuta, era una de los 11 hijos de don Rui Gomes de Silva (aguerrido militar de los conquistadores portugueses de esa plaza africana) y doña Isabel Meneses, parienta del conde de Viana. Beatriz es dama de corte en Tordesillas de Juan II de Castilla, casado con Isabel de Portugal. Eran tiempos en que se rompían lanzas para dilucidar el dogma y defender la religión. La belleza de Beatriz fue motivo de locuras ajenas y una vez en el convento toledano de santo Domingo el Real, llevó 30 años la cara cubierta con un velo. Buscó en Isabel la católica interés para su fundación, con 12 compañeras, de la Orden de la Inmaculada Concepción. Canonizada por Pablo VI en 1976, la Orden cuenta con 150 monasterios en Europa y América.

Nuestra Señora la Virgen del Rosario fue instituida por san Pío V (Bula Monet apostolicus, 1-IV-1573) en agradecimiento a la Virgen por la victoria en Lepanto, con la advocación Virgen de las Victorias pero Gregorio XIII, al año siguiente de suceder a Pío V, cambió el nombre por la Virgen del Rosario y decretó celebrarla el primer domingo de octubre (día de esa victoria) como hoy siguen celebrándola los dominicos en vez del día 7. En Lepanto, el ejército católico capitaneado por Juan de Austria (hermanastro del rey Felipe II) venció sobre la flota turca en 1571. Fiesta consolidada tras la liberación de Viena en 1683 frente a la invasión turca que ya había devastado Polonia. Allí la imagen de la Virgen Negra de Czestochowa quedó con dos rasguños en la mejilla, donde la sangre es realmente humana y no dos trazos de pintura.

El Rosario parece “inventado” por los dominicos pues en el siglo XIII son ellos los que lo impulsan y universalizan con anécdotas en vida de santo Domingo en Toulouse y en París al final del s XII. Después, en 1205 ó 1214 se apareció la Virgen en España a santo Domingo y le dio su rosario, una corona de cuentas engarzadas, semejante a la que utilizan los musulmanes para rezar los 99 nombres de Dios que aparecen en el Corán. La Regla de san Benito obligaba a rezar cada semana todos los 150 salmos y –hacia el 800- para los que no sabían leer se institucionalizó primero 150 padrenuestros y con el tiempo 150 avemarías que en 1365 se dividieron en 15 decenas añadiendo un Padrenuestro al inicio de cada una. Ya en 1500 se añadío a cada decena el contemplar una escena de la vida de Cristo; la 2ª parte del Avemaría (Santa María, Madre de Dios…) se compuso en 1483.

Las letanías conocidas como letanías lauretanas se compusieron en el santuario de Loreto y en 1587 el papa Sixto V aprobó que fueran rezadas por todos. Juan Pablo II, en la carta ap. Rosarium Virginis Mariae, recuerda que no forman parte esencial del rosario pues en algunos lugares se reza una salve o un credo o alguna otra cosa como colofón.

León XIII le dedicó 12 Encíclicas y otros 22 documentos. Pablo VI dijo que "El Rosario es el compendio de todo el EvangelioEs una oración laudatoria, pero sobre todo, contemplativa". Juan Pablo II desde el inicio de su pontificado fue difundiendo su devoción mariana: "Mi oración preferida es el Rosario" (29-X-1978). "El Rosario es una escalera para subir al cielo"(29-X-1979) "El Rosario nos proporciona dos alas para elevarnos en la vida espiritual: la oración mental y la oración vocal" (29-IV-1979). "Es la oración más sencilla a la Virgen, pero la más llena de contenidos bíblicos"(21-X-1979). En el santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya dijo: "El Rosario es nuestra oración predilecta. Cuando la rezamos, está la Stma. Virgen rezando con nosotros. En el rosario hacemos lo que hacía María, meditamos en nuestro corazón los misterios de Cristo". 

El 16-X-2002, al inicio del 25º aniv de su Pontificado, el papa Wojtyla publicó la Carta Apostólica Rosarium Virgins Mariae en donde introdujo los misterios Luminosos o de la Luz, que se rezan los jueves. Parecen inventados en 1957 por Giorgio Preca (+1962 con 82 años), sacerdote maltés, fundador de la Sociedad de la Doctrina Cristiana, luego terciario carmelita (fra Franco) y canonizado en 2007. "Rezad el Rosario", ha insistido la Virgen, entre muchas otras ocasiones, a Bernardette en Lourdes y a los pastorcitos de Fátima, por lo que se refiere a Occidente.
Hoy día insiste también el papa Francisco en rezarlo frecuentemente, mejor a diario.

Desde un principio tuvieron el cuidado diligente de recopilar por escrito los hechos notables, las noticias ejemplares para utilidad de los lectores.
Un día al año (12 noviembre) celebran los santos de la Orden. Los beatos son casi 300 y número de venerables es mayor.

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