El agustinismo
Agustinos recoletos
Agustinos recoletos
Agustinos ilustres
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Hoy la familia agustiniana la componen varias Órdenes o Congregaciones debida a la Gran Unión que decretó la Santa Sede en 1256 para todos los que vivían su Regla.
La Orden de san Agustín es de votos solemnes, mendicante, exenta, clerical aunque admite laicos y donados. Llevan túnica negra ceñida con correa de cuero y capucha en forma de manteleta triangular que cubre pecho y espalda. El carisma agustiniano tiene sus fundamentos en el primado de Jesucristo, la caridad como alma de la espiritualidad, la Biblia donde se nutre la espiritualidad, la conversión como camino, la oración como un pilar, el servicio en la Evangelización como práctica de amor. La primera Orden es la masculina, la femenina es la segunda y, por privilegio pontificio, existe la tercera Orden que puede ser “regular” (viven en comunidad) o secular (viven en el mundo sin votos públicos).
En febrero de 2020 tres Consejos Generales, de los agustinos, de los recoletos y de los descalzos, tuvieron una reunión para emprender juntos un camino de comunión para contribuir a su papel en la nueva evangelización y responder a los retos del tiempo presente.
El agustinismo
Agustín (†430 con 76 años) como obispo de Hipona, que lo fue durante 34 años, organizó para sus sacerdotes, como anticipo de los Clérigos regulares, un plan monacal, con una regla y vida comunitaria. En el refectorio de su comunidad de Hipona, en cuya mesa recibía a numerosos extraños, había hecho escribir con caracteres bien legibles esta advertencia: “El que se complazca en denigrar a los ausentes, sepa que no tiene lugar en esta mesa”. Después de una juventud libertina y correteando por sectas como la de los maniqueos, se convirtió a los 33 años en Milán escuchando, por pura curiosidad, a san Ambrosio (†397 con 57 años) que era el obispo y monje fundador de varios monasterios. Ya su madre Marcelina tenía su casa como monasterio para vírgenes consagradas. La hermana de Agustín, cuyo nombre se desconoce (como dijo Benedicto XVI en la Audiencia General de enero 1008) aunque algunos dicen llamarse Perpetua, al quedar viuda se hizo monja, se la tiene por la fundadora de las agustinas y llegó a ser la superiora de un monasterio femenino.
En la Audiencia General de 3-IX-2009, citando a su biógrafo Posidio, el Papa Ratzinger recordó que Agustín «Dejó a la Iglesia un clero muy numeroso, así como monasterios de hombres y de mujeres llenos de personas dedicadas a la continencia y a la obediencia de sus superiores, junto con las bibliotecas que contenían los libros y discursos de él y de otros santos, por los que se conoce cuál ha sido por gracia de Dios su mérito y su grandeza en la Iglesia, y en los cuales los fieles siempre le encuentran vivo».
Agustín es una referencia constante en la cultura occidental y, más que a Virgilio, se le tiene por el padre de Occidente. La originalidad de su pensamiento está en que resuelve la dialéctica de enfrentar los contrarios, soluciona las tensiones heredadas del helenismo y del cristianismo inicial. El helenismo sufría la tensión entre lo dinámico y lo estático, entre que –como decía Parménides- todo es “ser” y que –como decía Heráclito- todo es “devenir”. En el cristianismo apareció también la paradoja de equilibrar la “contemplación” de san Juan con la “acción” caritativa de san Pablo.
De todos modos la paternidad intelectual de Agustín, que es puro platonismo, tendrá que ser equilibrada con el aristotelismo que –contra corriente- aportará ocho siglos después el Aquinate. En la Edad Media, con la escuela tomista y la franciscana, brotará la tensión cristiana de casar un agustinismo voluntarista afectivo y un agustinismo intelectual contemplativo. El primero llega por Duns Escoto, por las razones del corazón de Pascal y por la intuición de Bergson: es un espíritu que palpita en la vivacidad de la vida misma. El segundo agustinismo llega por Anselmo de Canterbury, Buenaventura, Malebranch, Husser, Max Scheler o Heidegger. De ahí nace la pregunta colgada en el tiempo: ¿filosofía o teología?
Constituida la Orden en 1256, cunde la idea errónea de que Agustín es su fundador y sus teólogos crean una escuela propia que culminará en una postura intermedia entre jansenistas y escolásticos; parecen que interpretan la Biblia y los textos de san Agustín –dirá de Lubac- mejor que los extremistas. En el siglo XIV aparece el agustinismo político: ¿cómo es posible que el concepto romano del Estado haya llegado a la Edad Media a ser absorbido por la idea cristiana, hasta constituir la teoría de las dos espadas? En ello no cabe olvidar el protagonismo del papa Gregorio I “el magno” y Carlomagno, cuando el Papa tiende a suplantar al Emperador. El Papa Nicolás I (858-867) logró imponer las bases del agustinismo político tergiversando las ideas de Agustín sobre la paz y la justicia. En el Medievo significan una teocracia pontifical. Después de las 27 proposiciones del Dictatus papae de Gregorio VII, los teólogos de los ermitaños de san Agustín atribuyen a la Iglesia y al Papa el fundamento de toda propiedad, jurisdicción y derecho, aun en el orden temporal.

El agustinismo no es una escuela sino un fenómeno, un espíritu, una fiebre de la Iglesia en tiempos de enfermedad, un afán de eternidad, una angustia ante el mal, conmiseración radical hacia el hombre caído, reverencia ontológica hacia las almas que Dios hizo a su imagen y, en último término, como en san Pablo, una paradoja: contienda con Dios, pues necesitamos creer en su justica y humildad ante Dios porque somos polvo y ceniza.
Agustinos recoletos
La Orden de los recoletos o descalzos (OAR) nació en 1588 en el Capítulo General celebrado en Toledo en tiempos de fray Luis de León, para que en algunas comunidades se viviera el espíritu agustiniano de otra manera más austera y perfecta y que facilitara la interioridad con intensidad. El yermo de Lecceto es origen y cabeza. La dimensión contemplativa de la Orden, que era casi exclusiva entre los grupos eremíticos anteriores a la Gran Unión, alcanzó especial auge en las monjas y en algunos religiosos y conventos particulares.
Los recoletos son un árbol con ocho ramas: Agustinos Recoletos, Agustinas Recoletas, Agustinas Descalzas de San Juan de Ribera, Augustinian Recollect Sisters, Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, Misioneras Agustinas Recoletas, Agustinas Recoletas de los Enfermos y Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta.
Las congregaciones observantes que surgieron a partir del siglo XIV y los movimientos reformistas de los siglos XVI y XVII han enriquecido la historia de la santidad de la Orden acentuando una dimensión tan esencial de la espiritualidad agustiniana. Fue singular su aportación a las misiones; 1623 fueron enviados a Filipinas donde, desde 1898, se les había confiado la atención de más de un millón y medio de almas.
Desde el 4 de octubre de 2010 han tenido su 54º Capítulo General en el convento de Nuestra Señora del Buen Consejo en Monachil (Granada, España) con 38 miembros. El Capítulo, que se realiza cada 6 años, es la máxima autoridad para los actuales 1136 religiosos que viven en 195 comunidades en 19 países. Atienden 200 parroquias, 50 centros educativos y universitarios además de los 8 territorios de misión en África, Asia y América. Tienen 19 obispos en activo.
Los recoletos son un árbol con ocho ramas: Agustinos Recoletos, Agustinas Recoletas, Agustinas Descalzas de San Juan de Ribera, Augustinian Recollect Sisters, Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, Misioneras Agustinas Recoletas, Agustinas Recoletas de los Enfermos y Fraternidad Seglar Agustino-Recoleta.
Desde el 4 de octubre de 2010 han tenido su 54º Capítulo General en el convento de Nuestra Señora del Buen Consejo en Monachil (Granada, España) con 38 miembros. El Capítulo, que se realiza cada 6 años, es la máxima autoridad para los actuales 1136 religiosos que viven en 195 comunidades en 19 países. Atienden 200 parroquias, 50 centros educativos y universitarios además de los 8 territorios de misión en África, Asia y América. Tienen 19 obispos en activo.
En octubre
de 2016 tienen en Roma el 55º Capítulo General en la Casa de Ejercicios Espirituales Nuestra Señora Madre de la
Misericordia, que la Congregación de Esclavas de Cristo Rey tiene en la vía del
Monte Cucco de Roma. La
revitalización y reestructuración de la Orden es uno de los puntos más
importantes de este Capítulo.
La Orden la forman hoy día más de mil religiosos, 18 obispos,
847 sacerdotes, 6 diáconos permanentes, 54 religiosos hermanos y religiosos
ya profesos pero que aún no han terminado la formación inicial, distribuidos en
ocho provincias y viven en 181 comunidades. Su media de edad es de 56 años

En el s XII aparecen ermitaños agustinos diseminados por Italia y, de acuerdo con los deseos del concilio Lateranense IV, se buscó darles consistencia mediante la aceptación o imposición de la Regla de san Agustín. Es la Ordo Sancti Agustini (OSA). Fue el 15 de julio de 1255 dándose cita a los ermitaños agustinos y a los de san Guillermo. Hubo común consentimiento para la unificación de esas dos variantes y otras congregaciones que asistieron. Como general de la Orden fue designado Lanfranco de Septala que era juanbinita. Los integrantes de la Gran Unión se denominaron ermitaños.
Agustinos ilustres
El actual santoral dice que celebran 49 santos o beatos de su Orden a lo largo del año y el 16 de enero conmemoran a los familiares difuntos de los miembros de la Orden; el 6º Capítulo de 1290 mandaba celebrarlo la primera feria litúrgica libre después de santa Águeda (6 febrero), con la reforma de san Pío X pasó al 19 de febrero y en 1975 quedó fijada el 16 de enero.
Alipio (†430), obispo de Tagaste, alumno, discípulo y hermano de corazón de san Agustín; aficionado a los juegos del circo, acompañó a Agustín al maniqueísmo y junto regresaron a la fe. Estuvo a su lado y le ayudó a vencer la batalla interior final para su conversión. En un viaje a Palestina conoció a san Jerónimo.
Severino (†482), patrono de Viena y Baviera. Agustino que no era sacerdote y se negó a ser obispo; fundó monasterios para cristianizar las orillas del Danubio (Noricum Ripense) que eran sacudidas por terribles embestidas de los Hunos que sembraban la desolación y la ruina; venían a expoliar la riqueza, el poder y la cultura de Europa. Eran tiempos de las invasiones del Imperio romano de Occidente, pero Severino entendió que la fuerza de esos jóvenes pueblos bárbaros era imparable y la decadente sociedad romana recuperaría con ellos el vigor. Predicaba en tono tremendista y apocalíptico pensando que eran los modos adecuados en ese momento. Llevaba una vida de gran pobreza y caridad con todos, de tal manera que era venerado aún por los reyes bárbaros, cuando algunos identificaban a Atila con el anticristo.

Prudencio Galando (†861) aragonés que cambió su nombre de Galando por el de su compatriota Prudencio, poeta cristiano del s IV. Fue obispo de Troyes habiendo sido capellán de Ludovico Pío y Carlos “el calvo”. Era literario, conciliador y fue cuestionada su ortodoxia por agustiniano radical. Su primera obra literaria la escribió siendo capellán de Luis “el bonachón”, hijo de Carlomagno, y la compuso para consuelo de la emperatriz Judith, segunda esposa de Luis que intrigó hasta romper el Imperio para dar el trono a su hijo Carlos “el clavo”.
Gausberto (+1079) nacido en Auvergne, era del clero de Clermont. Fundó el Albergue de la Asunción en Montsalvy para una comunidad de Canónigos Regulares de san Agustín, de la que fue prior. Murió en el priorato de san Miguel de Lausac, dependiente del suyo.
Geraldo (+1123 con 53 años) era prior de los Canónigos Regulares de san Agustín y obispo de Beziers aunque falleció enseguida de hidropesía.
Olegario u Oleger (†1137 con 77 años), fue obispo de Tarragona. Era canónigo de la catedral de Barcelona pero prefirió hacerse monje agustino con la comunidad de san Adrián del Besós. Asistió a la última hora del conde Ramón Berenguer III con la naturalidad con que atendía a los del campo y a los de la ciudad. No hizo distinción alguna entre ricos y pobres pues sabía que todos son hijos de Dios. Participó en algunos concilios de Tarragona, Toulouse, Reims y Lateranense I, san Clermont... y, dada su preparación intelectual, logró derrotar a sus enemigos, los herejes.
Meinardo (†1196) fue el obispo 1º de Riga, Letonia, siendo ya anciano.
Ubaldesca (†1206 con 70 años) fue monja en el hospital de san Juan de Pisa.
Marina, agustina de Espoleto, mártir.
Guillermo (+1203) francés, canónigo de la colegiata de sta Genoveva del Monte, optaba por la disciplina canonical y fue apartado como párroco de Eskill hasta que Eugenio III sustituyó a los Canónigos Seculares por Regulares de san Agustín que trasplantó a Dinamarca, llamado por el obispo de Roskild. Partió de esta vida al amanecer del domingo de Pascua.
Quetilo (+1151), Canónigo Regular danés, fue modelo de vida monástica.
Juliana de Mont Cornillón o de Lieja (†1258 con 65 años) belga, abadesa e instrumento de Dios para fomentar la devoción eucarística del Corpus. El papa Urbano IV tenía por entonces la corte en Urbieto, cerca de Bolsena donde se produjo el milagro de la Sagrada Forma que chorreó y empapó los corporales de Sangre de Cristo. Por ello el Papa mandó el 8-IX-1264 hacer extensiva a toda la Iglesia la fiesta belga del Corpus y encargó a Tomás de Aquino y Buenaventura que compusieran los textos litúrgicos; mientras se leían en voz alta los del Aquinate, Buenaventura fue rompiendo los suyos. Benedicto XVI habla de ella (Audiencia General 101117) recordando que Lieja era entonces un “cenáculo eucarístico” pues antes que Juliana, insignes teólogos habían ilustrado el valor supremo de la Eucaristía y había grupos femeninos de mujeres que vivían juntas, dedicadas al culto eucarístico y a la comunión frecuente.
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Nicolás (†1305 con 60 años), ermitaño de Tolentino, muy popular por los grandes milagros y prodigios que hizo en vida. Sus padres no tenían hijos hasta que, tras una romería a la iglesia de san Nicolás de Bari para pedirle descendencia, su amor tuvo el fruto deseado y al niño le llamaron Nicolás. Importante pero nada llamativo es que fue un confesor muy misericordioso, que se reservaba la severidad y las grandes penitencias para sí mismo. Ofrecía muchas misas por las almas del purgatorio.
Clara de la Cruz (†1308 con 40 años), priora de Montefalco, gran mística interesada por la Iglesia y en contacto con cardenales, obispos, sacerdotes y religiosos.
Antonio Patrizi (†1311), beato, fue presbítero que nació y vivió en Siena.
Rita de Cascia (†1447 con 66 años). La santa de lo imposible. Consiguió que su madre estéril tuviera otra hija. Nacida cerca de Asís, de devotos padres, Antonio Mancini y Amata Ferri, que no sabían leer ni escribir, se los conocía como los "Pacificadores de Jesucristo", pues los llamaban para apaciguar peleas entre vecinos. Su nombre era Margarita pero desde siempre la llamaban Rita. Dada en matrimonio con Paolo Ferdinando, bebedor, mujeriego y abusador; Rita sufría y callaba; tuvieron dos hijos gemelos que sacaban al padre de sus casillas. Después de 20 años, Paolo se convirtió y le pidió perdón; sus amigotes le asesinaron por traidor. Viuda y fallecidos sus hijos, se hizo monja agustina los últimos 40 años de su vida aunque al principio no la dejaban ingresar en el convento pero, con las puertas cerradas, apareció en el coro donde estaban rezando. Estigmatizada y santa incorrupta, fue enterrada en un ataúd de cristal y son muchos los peregrinos que van a rezarle. Canonizada en 1900, Juan Pablo II la incorporó al Misal romano (3ª ed).
Juan (†1479 con 49 años), nacido en Sahagún, León, fue ordenado sacerdote y luego se trasladó a Salamanca donde tomó el hábito agustino. Fue muy popular por su forma de ser amable y sonriente y por la pureza de su vida, pero nadie quería ser su monaguillo pues sus misas eran interminables: Cristo se le aparecía en la Hostia y dialogaba con él, y por tanto, se olvidaba de sus fieles. Sin embargo, en el púlpito hablaba con gran valentía denunciando los abusos de su época, lo que le valió tener enemigos que atentaron contra su vida, hasta que uno consiguió causarle la muerte por envenenamiento. El duque de Alba le tenía echado el ojo encima hacía años, desde que pacificó a dos familias, lo cual no había logrado ni el rey.
John Stone (†1539), del convento agustino de Canterbury, fue uno de los 40 mártires en Inglaterra y Gales, durante las persecuciones entre 1535 y 1679, canonizados por Pablo VI en 1970. Eran 3 cartujos, 1 brigidino, 10 jesuitas, 4 benedictinos, 1 franciscano, 13 sacerdotes seculares y 7 laicos.
Tomás de Villanueva (†1555 con 67 años). Hijo de un molinero de un pueblo de Ciudad Real, predicador del pueblo sencillo, de estudiantes, nobles y marginados; hasta el mismo Carlos V lo oyó en su corte y por la fuerza (pues fray Tomás no quería) lo impuso obispo de Valencia. Ahí fundó un seminario, visitó cárceles y hospitales, clamó contra los abusos, corrigió a los descaminados e hizo penitencia por ellos. Tenía su casa siempre abierta a los pobres, propietarios y dueños de las rentas del arzobispado. Creó una red de servicios sociales en lo sanitario y lo económico.
Catalina Thomás († 1574 con 34 años). Nació en una familia pobre mallorquina de Valldemosa, población repleta hoy de turismo tantas veces extravagante y superficial. En torno a la santa hay una densa y extensa leyenda dorada hecha por el cariño de los paisanos. No la dejaban ser monja en varios conventos porque no aportaba dote aunque –y tras mucha oración y lágrimas- por fin la quieren admitir en cuatro y eligió el de las agustinas de santa María Magdalena. La canonizó Pío XI en 1930.
Alonso de Orozco (†1591 con 91 años). Apóstol de Madrid cuando nacía como capital y llevó una vida con una particular dimensión mariana. Conoció en Salamanca a santo Tomás de Villanueva, fue predicador real con Carlos V y Felipe II y siempre estaba de excelente humor; incluso en su hora postrera predicaba a los que iban a visitarle ya moribundo. Canonizado en 2002.
Pedro de Zúñiga (†1622 con 42 años), beato sevillano, hijo del marqués de Villamanrique, futuro virrey de Méjico. Marchó a Filipinas y a Japón donde estaba vigente la persecución. Murió quemado vivo en Nagasaki.
Josefa María de Santa Inés (†1696 con 71 años), beata, nació y murió en Benigánim (Valencia) como monja de las agustinas descalzas fundadas por san Juan de Ribera, que lo fue desde los 16 años. Beatificada por León XIII en 1888.
Esteban Bellesini (†1840 con 66 años), beato, fue sacerdote que tras la supresión del convento de Trento por parte del gobierno, vivió con su familia unos años dedicándose a la educación de la juventud y anticipando la metodología de san Juan Bosco. Se ganó la confianza de las autoridades civiles que le propusieron ascender a inspector general de la enseñanza pero se negó a aceptar el cargo y huyó a Bolonia, en los Estados Pontificios. Los últimos años los dedicó al servicio parroquial y murió de la peste contraída por atender a sus feligreses.
Ezequiel Moreno Díaz (†1906 con 58 años), obispo de Pasto (Colombia), agustino recoleto. Riojano de Alfaro que de niño quería ser misionero en Filipinas y realizó su sueño al llegar a Manila con 22 años. A los 15 años de estar allí, se ofreció voluntario para reformar la Orden en Colombia. Su firmeza por defender la fe creó tal polémica que en la visita ad limina en 1898, presentó a León XIII su dimisión, que lógicamente no aceptó. Tras un tumor nasal, falleció en Navarra. Pablo VI lo beatificó en 1975 y Juan Pablo II lo canonizó en 1992 en Sto Domingo en el 500 aniv de la Evangelización de América. Es modelo de pastor y misionero.
Anselmo Polanco, beato, fue obispo y mártir en Girona en 1939.
María Teresa de Jesús Le Clerc (†1622 con 56 años), beata. Nacida en Remiremont, Francia, Alicia o Alexia fue en su primera juventud una rica doncella muy amante de bailes y coqueterías. Se convirtió a los veintiún años y junto con su director san Pedro Fourier fundó la Congregación de las Agustinas Canónigas de Nuestra Señora, encaminada a la formación de las jóvenes. En el siglo XIX estas religiosas poseían los tres internados más distinguidos de París. Beatificada en 1947.
Rosa de Lima. (+1617 con 31 años). Patrona de América Latina y Filipinas, quería ser agustina pero la Virgen le indicó que no y una mariposa blanca y negra que a diario aparecía en casa le hizo entender que debía ser dominica. Desde entonces su patrona y modelo fue Catalina de Siena. Vivió en un chamizo hecho en el jardín de su casa pero recibió un funeral de primera con todas las autoridades civiles y eclesiásticas de Lima.
Antonio de Padua (+1231 con 36 años). Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nació en Lisboa. Fco de Asís le conoció en el Capítulo General celebrado en Pentecostés de 1221. Era sacerdote de los Canónigos Regulares con la regla de san Agustín pero a los 27 años se hizo franciscano, cambió el nombre y quiso ir a convertir infieles a África movido al ver los cadáveres de 5 franciscanos martirizados en Marruecos, cuyos cuerpos habían sido trasladados a Portugal.
Mendel, Johann Gregor (+1884 con 62 años) era checo y monje agustino, no está canonizado, pero destaca por ser el padre de la Genética descubriendo en la dinámica celular y de los genes los mecanismos de la herencia con sus trabajos con guisantes Pisum sativum. En el 68 fue nombrado abad del monasterio de Brünn y entonces dejó su tarea investigadora para dedicarse a su nueva función de gobierno. Su trabajo fue explicado con posterioridad por el padre de la genética experimental moderna, el biólogo estadounidense Thomas Hunt Morgan (+1945 con 79 años).
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