dijous, 18 de novembre del 2010

BENEDICTINOS (1)

La fundación
Benedictinos insignes del milenio 1º
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En el Oriente cristiano existía el monaquismo desde el siglo IV con los monasterios que, en su mayoría, adoptaban la regla de san Basilio (+379) y son conocidos como basilianos. En Occidente, un siglo después, empiezan a abundar los monasterios que adoptan la regla de san Agustín (+430). La característica de esta floración de monasterios es que son independientes el uno de los otros.

La novedad que aportarán los benedictinos es la de constituir jurídicamente una Orden religiosa, o sea una unión entre ellos que, aunque respetando la autonomía de cada monasterio, dará pie a tener un único instrumento que evangeliza todo el continente europeo. Además pondrán en marcha el progreso internacional en el continente pues serán los dueños de los territorios de cada monasterio que abarcará una extensión media de lo que es una comarca y darán trabajo a los habitantes de ella aunque sea trabajando para el monasterio.

La gente empezó a llamarles “los oliveros” pues se dedicaron al cultivo de esa esp
ecie, desconocida hasta entonces en el continente. Los olivos eran propios del Oriente próximo y medio. Según la profecía de san Malaquías, en su elenco de 111 papas desde Celestino II, el actual, Benedicto XVI, es quien hace honor al lema “de gloria olivae”, si es que al anterior, Juan Pablo II, le corresponde ser “laborens solis”, y a Juan Pablo I “de medietate lunae”, etc. Entonces, según la profecía, sólo queda uno: Pedro romano.

La fundación

Benito (+547 con 67 años) es el iniciador del monacato occidental con la Orden benedictina. Fundó doce monasterios con una regla para la llamada “milicia divina”, basada en “ora et labora” que servirá en la posteridad para otros muchos monasterios y Órdenes religiosas de hábito negro. Estudió en la Roma decaden
te de los godos y del naciente poder de los papas. Asqueado, se retiró a los montes Abruzos, a 50 km al este de Roma. Luego se estableció en Montecasino, entre Roma y Nápoles. Fue proclamado patrono de Europa por Pablo VI y Juan Pablo II, con su ilusión de que Europa respire con los dos pulmones, Oriente y Occidente, le puso por compañeros a los ss Cirilo y Metodio. Luego equilibró el patrocinio nombrando a las santas Brígida de Suecia, Catalina de Siena y Edith Stein. La Orden celebra el 21 marzo, el primer día de la primavera, al que tienen moralmente como “nuestro padre san Benito” aunque jurídicamente el abad es considerado el primero entre iguales (primum inter pares en latín).

La fundación fue en tiempos del Papa Hormisdas (+523). Capaz y sagaz, era de la rica y honorable familia de Frosinone. Elegido siendo diácono romano, estaba casado y con un hijo que será luego el papa Silverio. Encargó a Dionisio “el exiguo”, astrónomo, escita y abad, la c
onfección de un nuevo calendario y lo ideó iniciándolo con el año del nacimiento de Jesús. Luego se comprobó que tenía un error de 5 años, mejor que 7, así que Cristo nació en 748 de la fundación de Roma en vez de 753. Para acabar con el cisma de su época, redactó la confesión de fe que lleva su nombre: "La Fórmula de Hormisdas". Este documento, citado todavía por el Concilio Vaticano I, es una de las pruebas más fehacientes de la autoridad que se atribuía al Papa en los seis primeros siglos.

La observancia de la Regla de san Benito se inspira en la Liturgia, en la soledad y silencio, en la obediencia y la humildad. Rezan comunitariamente el Oficio divino que llaman opus Dei y cuidan la Lección divina para su instrucción. El lema es “ora et labora” pero el trabajo se entiende como ejercicios físicos y mentales para ocupar el tiempo y practicado como penitencia. Les falta el soporte filosófico y teológico que tienen los dominicos.

Benedictinos insignes del milenio 1º

Plácido, uno de los discípulos predilectos de san Benito junto con Mauro, fue mártir con el pirata sarraceno Manuca.

Agustín (+605), siendo superior del monasterio benedictino de Roma, su amigo y compañero el papa san Gregorio Magno, lo envió con otros 39 monjes a misionar a los anglos como obispo de Canterbury y se le tiene por el apóstol de Inglaterra. De camino se detuvieron en Lerins. Edificó la catedral de Kent y fundó las diócesis de Londres y Rochester, consagrando obispos a Melito y a Justo. San Etelberto, el rey británico, cuando aún no era cristiano (su esposa sí, santa Berta), admitió a los misioneros y les dio un edificio para que instalasen su monasterio; acabó convertido él y muchos mandamases. Siguió los consejos del Papa de no destruir los templos paganos, sino convertirlos en cristianos y no destruir las fiestas paganas sino cristianizarlas. Lo siguió al pie de la letra y le fue muy bien.

Gregorio I Magno (+604 con 64 años). Es el primer monje papa y el último de los grandes padres de Occidente (se conservan 800 cartas) y el primer hombre medieval. Pasa a la historia por la reforma litúrgica y el famoso canto gregoriano. Romano de familia noble cuyos padres Gordiano y Silvia y tías Tarsila y Emiliana están también en el catálogo de los santos. Hizo estudios jurídicos y tuvo puestos de influencia tanto en el Estado como en la Iglesia cuando Roma llega al nivel más bajo de su caída. Siendo prefecto de Roma, abandonó la vida civil para ser monje y convirtió en monasterios los palacios heredados; el del monte Celio dedicado a san Andrés y con la regla benedictina; así funda los Estados pontificios y el poder temporal del papa mientras se puso por título “siervo de los siervos de Dios”. Estuvo 4 años en Constantinopla como Nuncio y añoraba su vida monacal. Como Papa quiso reformar la Iglesia organizándola como una Orden benedictina y su programa de gobierno lo escribió en su “Regla pastoral”. Por su afán apostólico quiso extender el Evangelio fuera del continente y para ello envió a la pagana Inglaterra a san Agustín de Cantorbery con otros 39 monjes benedictinos. Juan Pablo I, de pontificado fugaz, dijo querer imitarle al tomar posesión de la catedral romana de san Juan de Letrán. El 1-IX-1831, el papa Gregorio XVI instituyó una Orden civil y militar en su honor.

Florentina o Florencia (+633) es hermana de san Leandro, san Fulgencio y san Isidoro, naturales de Cartagena. Ya de joven decidió dedicar su corazón y su vida a Dios, renu
nciando a todos los pretendientes. Huida la familia a Sevilla, fundó el monasterio benedictino de Santa María del Valle, junto a Écija, donde fue abadesa hasta su muerte. Sus reliquias se encuentran en la catedral de Murcia y en El Escorial. Es patrona de Palencia con su hermano Fulgencio y donde, del octubre de 2009 al de 2010, ha sido año jubilar en el 400 aniversario del traslado de sus restos.

Benito Biscop (+690 con 62 años), siendo monje de Lerins, regresó a su tierra natal siendo cofundador de la abadía benedictina de Wearmounth y la de Jarrow con san Ceofrido. Fue maestro de san Beda “el venerable”. En sus cinco peregrinaciones a Roma se traía maestros, arquitectos, vidrieros, pintores o músicos y libros para su monasterio.

Angadrisma o Angradesima o Angrademe (+695) hija de un cortesano de Clotario III, prima de san Lamberto de Lyon, fue abadesa benedictina. Recibió el velo de manos de san Oue
n o Audoeno, obispo de Rouen en Neustria. Es patrona de Beauvais.

Irma o Irmina (+710), hermana de santa Adela e hijas de Dagoberto II, de la tristeza por la muerte de su novio, el conde Armiño, decidió ingresar en un monasterio benedictino. Luego, con su fortuna, construyó uno en Oeten y llegó a abadesa. Fue ayudada en su tarea apostólica por san Willibrordo y san Bonifacio. A aquel le donó el monasterio.

Huberto (+727) era hijo del rey Bertrand de Aquitania, en Francia. De joven era muy aficionado a la cacería y valientísimo para luchar contra las fieras. Fue enviado a estudiar al palacio del rey de Neustria en Bélgica, pero allá había malas costumbres y salió huyendo para no volverse vicioso. Fue entonces al palacio del rey de Austrasia, donde recibió una buena educación, se casó con una hija del rey y tuvo un hijo. Poco después murió su esposa y entonces Huberto quedó libre para dedicarse totalmente a la vida espiritual. Renunció al derecho que tenía de ser heredero del trono, repartió sus bienes a los pobres y fue ordenado sacerdote. Se hizo benedictino y después fue consagrado obispo de Tongres pues el Papa le pidió que fuera el sustituto del difunto Lamberto, mártir. Haciendo viajes agotadores visitó todo el territorio de su diócesis ofreciendo los sacrificios de sus viajes por la conversión de los paganos y Dios le respondió concediéndole que miles se convirtieran a la verdadera fe. Tenía el don de hacer milagros y siempre lo usó para hacer el bien a los que se lo pedían. Es patrono de los cazadores y de los obispos que tienen que gobernar regiones muy problemáticas.

Beda el venerable (+735 con 62 años). Inglés que desde los 7 años –dice él mismo estaba en el monasterio benedictino de Vermouth y luego en Jarrow. Teólogo investig

ador (comparado a san Isidoro de Sevilla), escribió 45 obras, sin contar las cartas que algunas son verdadero
s tratados. Protestó por el excesivo número de fundaciones monásticas de laicos que se hacían en su tiempo pues debilitaban los recursos militares del Estado. Su tiempo es un momento de muy bajo nivel cultural del continente europeo. Es patrono de los historiadores y doctor de la Iglesia.

Benedicto XVI, glosando su figura (Audiencia General 18-02-08), recuerda que falleció el 26 de mayo, entonces día de la Ascensión. Que inició el nuevo calendario universal al poner como referencia el año de la encarnación de Cristo y no la referencia a la fundación de Roma. A los pastores de la Iglesia les recomienda dar prioridad a la predicación, no sólo mediante el lenguaje verbal o hagiográfico, sino valorando también los iconos, procesiones y peregrinaciones. Les recomienda el uso de la lengua vulgar, como él mismo hace, explicando en northumbro el "Padre Nuestro", el "Credo" y llevando adelante hasta el último día de su vida el comentario en lengua vulgar al Evangelio de Juan. "Venerable" lo llama así el papa Sergio I, cuando en el 701 escribió a su abad pidiendo que le hiciera venir temporalmente a Roma para consultarle cuestiones de interés universal. Tras la muerte, sus escritos se difundieron extensamente en su patria y en el continente europeo. El gran misionero de Alemania, el obispo san Bonifacio (+754), pidió en muchas ocasiones al arzobispo de York y al abad de Wearmouth que hicieran transcribir algunas de sus obras y que se las mandaran de modo que también él y sus compañeros pudieran gozar de la luz espiritual que emanaban. Un siglo más tarde, Notkero Galbulo, abad de San Gallo (+912), atestiguando la extraordinaria influencia de Beda, lo comparó con un nuevo sol que Dios había hecho surgir no desde Oriente, sino desde Occidente, para iluminar al mundo.

Rigoberto (+740 con 80 años) fue benedictino, obispo de Reims viviendo los tiempos difíciles del paso de la dinastía merovingia a la carolingia con Carlos Martel (a quien bautizó), padre de Pepino el Breve y que expulsó de la sede. Suya es aquella célebre y hermosa oración que dice: "Señor, dame valor para cambiar lo que puede cambiarse, serenidad para aceptar lo que no puede ser cambiado y sabiduría para distinguir lo uno de lo otro".
Once benedictinos son mártires en Alemania en 754. Eobano, obispo de Utrech, Adelario, sacerdote, y otros 9. Eran compañeros de san Bonifacio y Wilibrordo. Los otros son Vintrungo y Gualterio (sacerdotes), Amundo, Sevibaldo y Bosa (diáconos), Vaccaro, Gundecaro y Atevulfo (monjes).

Bonifacio, benedictino, mártir. Patrono de Alemania (+755 con 75 años). Benedictino irlandés, uno de la legión de monjes que desde las islas pasaron al continente a evangelizar el centro y norte de Europa; en 716 se unió en los Países Bajos a san Wilfrido y san Wilibrordo. Y entre los colaboradores que llegaron de Inglaterra hay tres santos (San Luis, San Bruchardo y San Wigberto) y tres santas (Santa Tecla, Santa Walburga y Santa Lioba). Es apóstol de Alemania, obispo de Maguncia y asesor de Carlos Martel, Pepino el Breve y Carlomagno. Como legado del papa coronó al emperador Pepino usando el ritual hispano-mozárabe que la sede de Toledo venía empleando desde hacía casi 2 siglos. así dio paso a la europea “cristiandad” aunque, por un lado, Carlomagno más recuerda a un cadí musulmán que a un funcionario romano y por otro la traducción de la idea agustiniana de la ciudad de Dios era una cruda simplificación con un peligroso parecido a la versión cristiana del Islam pues la vida de Carlomagno, con la espada y con su vida privada, semejaba la de un señor mahometano. Cuando Bonifacio cumplió los 70 años, decidió volver a evangelizar las tierras holandesas de la Frisia. Sintiéndose anciano y agotado, pidió al Sumo Pontífice que le nombrara un sucesor, y el Papa le nombró a su discípulo preferido San Lul. Murió mártir junto con otros 52 por el fanatismo de unos paganos. Benedicto XVI glosó su figura (Audiencia General 11-03-09) proponiéndolo como modelo actual de evangelización. Los ortodoxos lo celebran el 19 diciembre y los católicos el 5 de junio.

Otmaro, abad de Saint Gall en Suiza (+759 con 70 años) era párroco y construyó el monasterio del que fue abad e introdujo la regla benedictina. Sólo comía cada dos días pan y agua. Junto al monasterio abrió un albergue para pobres y un lazareto. Un monje le acusó de adulterio, fue depuesto y relegado a la isla de Werd.

Sturmio de Baviera (+779) el primer benedictino alemán y primer abad de Fulda, era discípulo predilecto de san Bonifacio que edificó el famoso monasterio.

Gumberto (+790) fundador y abad del monasterio benedictino de Ansbach que puso bajo la protección de Carlomagno.

León IV, papa romano, benedictino (+855), era cardenal de los Cuatro Coronados. Al frente del ejército romano, frenó en Ostia a los sarracenos que querían invadir Roma en 849. Reparó las devastaciones de los sarracenos, fortificó Ostia, Porto y san Pedro creando la ciudad leonina y extendiendo los muros del Trastevere hasta el castillo de sant'Angelo. Mereció los cálidos elogios que le dedica Voltaire y los historiadores le apellidaron "mitissimus heros" (el héroe suavísimo).

Convoyón, abad (+868 con 80 años) era arcediano y se hizo benedictino, fundando el monasterio de san Salvador con otros compañeros. De visita en Roma, el papa León IV le dio una reliquia del papa san Marcelino. Luego, huyendo de los normandos, estableció otro monasterio en St-Maixent-de-Plèlan.

Fintano, eremita irlandés en Suiza (+878) de joven fue capturado por los vikingos y vendido como esclavo; pudo huir y recalar en la costa escocesa de Caithness. Luego se hizo benedictino eremita.

Beda “el joven” (+883), en la corte carolingia trabajó 45 años hasta que se hizo benedictino en Italia (Gavello) los diez últimos años de su vida.
Bertario, abad benedictino, mártir de los sarracenos en 884. De sangre real francesa, lo dejó todo para ingresar en Montecasino.

Mauro, obispo de Cesena (+946) sobrino del papa Juan X. Sobre su tumba se levantó un monasterio benedictino.

Gerardo, abad (1º) en Brogne (Flandes) (+959) era paje del conde y en misión a la corte francesa conoció a los benedictinos de san Dionisio y allí se quedó.

Ulrico o Uldarico, obispo de Augsburgo, benedictino de san Galo (+973) obispo durante 50 años, sucediendo a su tío. Canonizado por Juan XV, es la primera canonización papal conocida.

Lúcido, benedictino (+983) Era de Salerno y vivió como recluso. Su culto fue confirmado en 1880.

Everardo, beato, benedictino fundador del monasterio de Einsiedeln (+985). Fundó el famoso monasterio-abadía de Einsiedeln, Suiza, santuario mariano con la “Virgen negra”. Juan Pablo II consagró el nuevo altar mayor (15-VI-1984) y aludió al celo de los hijos de san Benito desde el benedictino y eremita fray Meinrad (+861) que en alemán se dice "Einsiedelei". En vísperas de la 2GM había 200 monjes. La Abadía de Einsiedeln había fundado, en 1854, un Monasterio en USA, en el estado de Indiana, poniéndolo bajo la advocación de San Meinrado. En 1948 se fundó otro en Argentina. En 1516 Zwinglio fue vicario del santuario siendo capellán del ejército suizo. En el medievo el santuario formaba parte del camino de Santiago.

Gebardo, obispo de Constanza (+995) hijo del conde Ulrico de Brehenz, fue nombrado obispo por deseo de Otón II y fundó el monasterio benedictino de Petershausen donde fue enterrado.

Adelrico o Alarico, benedictino en Eissiedeln, Suiza, (s X). Se llamaba Suabo y tras profesar como monje fue sacerdote; luego se retiró como ermitaño a la isla de Ufnau, en un lago de Zurich.

Sigolino, Alberico, Anglino, Godvino, Odilón, son santos abades benedictinos en Bélgica y Mauro, conocido también como Vano, Vilon y Videno, fue obispo de Verdún.

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