diumenge, 17 d’octubre del 2010

SÍNODO DE OBISPOS DE ORIENTE MEDIO

Hacia la unidad verdadera
Cristianos en medio hostil
El papel de los laicos
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En la primera de las dos semanas (10-24 octubre) del Sínodo de obispos en Oriente Medio puede que, por estadística, se dijera todo lo que se quería decir. Expongo un resumen del contenido para conocer mejor "ese rincón" del planeta, equidistante de tres continentes: Asia, África y Europa.






Hacia la unidad verdadera



Shlemon Warduni, Obispo titular de Anbar de los Caldeos, Obispo de Curia de Babilonia de los Caldeos (Iraq) dijo -como algún otro- que "este Sínodo, el primero de la historia, es un paso valiente y necesario el que hemos dado juntos aunque lo hemos llevado a cabo demasiado tarde y tendríamos que haberlo dado antes debido a su importancia". Proponía "fundar un comité de Oriente Medio de todas las iglesias relacionadas con el Concilio de los Patriarcas, responsable del diálogo entre las Iglesias Católicas, para lograr un acercamiento real, destruir barreras y construir relaciones estrechas que fomenten la reciprocidad en los servicios y el estudio de los puntos débiles de nuestras Iglesias hermanas".

Jean Benjamin Sleiman, O.C.D., Arzobispo de Babilonia de los Latinos (Iraq) expuso que "para promover la unidad en la diversidad, es preciso superar el confesionalismo, coordinar la actividad pastoral y estimular la emulación espiritual y no la rivalidad. Se podría sugerir que de vez en vez (por ejemplo cada cinco años), una Asamblea reúna a todo el episcopado de Oriente Medio. ".

Paul Dahdah, O.C.D., Arzobispo titular de Are de Numidia, Vicario Apostólico de Beirut de los Latinos (Líbano) manifestó que "muchos fieles esperan, por parte del clero y de los religiosos, una mayor sencillez de vida, un desapego real en relación con el dinero y las comodidades del mundo, una práctica edificante de la castidad y una pureza de costumbres transparente”.

Louis Sako, Arzobispo de Kirkuk de los Caldeos, Administrador Patriarcal de Sulaimaniya de los Caldeos (Iraq) afirmaba que "permaneceremos divididos si vamos a buscar en el pasado y no buscamos en cambio lo que nos puede unir hoy. La Iglesias Orientales forman parte de la Iglesia Universal y cualquier estudio que realiza la Iglesia Universal debe tener en consideración también la situación de las Iglesias particulares. A veces quedamos defraudados".

Joseph Arnaouti, Exarca Patriarcal de Damasco de los Armenios, Obispo emérito de Kamichlié de los Armenios (Siria) recordó que "después de Pablo VI, Juan Pablo II reconoció que la primacía del Obispo de Roma “constituye un obstáculo” para la mayoría de los demás cristianos e invitaba a buscar con él “las formas del ministerio de unidad del obispo de Roma”.


Antonios Aziz Mina, Obispo de Gizé de los Coptos (República Árabe de Egipto) se refirió a la elección de los obispos solicitando "no un cambio de la norma vigente, sino más bien encontrar un procedimiento que pueda agilizar las formalidades de los nombramientos, manteniendo la norma vigente y salvaguardando, al mismo tiempo, la tradición oriental". También se refirió a "la jurisdicción de los Patriarcas sobre los fieles del mismo rito fuera de los territorios patriarcales" y así "abolir el monopolio al principio de territorialidad. Propongo estudiar de nuevo la situación jurídica de los Ordinariatos actuales para los orientales en vistas de su abolición. Ha llegado el momento de dar este paso, en favor del cuidado pastoral de los fieles orientales de la diáspora".

Bosco Puthur, Obispo titular de Foratiana, Obispo de Curia de Ernakulam-Angamaly de los Siro-Malabareses (India) insistía en el problema de "la atención inadecuada e insatisfactoria de los fieles siro-malabares presentes en la región del Golfo desde los años 60 y que dependen completamente de los Vicariatos latinos de Kuwait y Arabia para sus necesidades pastorales. Estas estructuras eclesiásticas creadas en el siglo XX para inmigrantes ya no son en absoluto adecuadas para tomar bajo su cuidado a millones de fieles que ahora están presentes en la región".

"Hay -seguía diciendo el ponente- casi 430.000 emigrantes siro-malabares en la región (190.000 en Arabia Saudí; 110.000 en los Emiratos Árabes Unidos; 45.000 en Omán; 40.000 en Kuwait; 35.000 en Bahrein y 10.000 en Qatar), pero ni siquiera una parroquia ha sido construida para ellos. A la Iglesia Siro-Malabar no se le concede libertad alguna para cuidar de sus fieles en la región, un derecho previsto en la enseñanza del Concilio Vaticano II, en el Derecho Canónico y en otros documentos del magisterio".

El cardenal George Alencherry, arzobispo mayor de la Iglesia siro-malabar, en febrero de 2018 es apartado del control financiero de la archidiócesis, tras verse implicado en un escándalo de operaciones sospechosas de compraventa de tierras. Así lo comunica la archidiócesis de Ernakulam-Angamaly en una carta circular leída a los fieles este fin de semana. La eparquía de Ernakulam-Angamaly es la sede del arzobispo mayor de la Iglesia siro-malabar, la segunda Iglesia oriental de la Iglesia católica que cuenta con casi cuatro millones de integrantes en todo el mundo.

Vartan Waldir Boghossian, S.D.B., Obispo de San Gregorio de Narek en Buenos Aires de los Armenios, Exarca Apostólico para los fieles de rito armenio residentes en América Latina y México, insistió sobre "el problema de la territorialidad frente a la gran movilidad humana. Es difícil entender –decía- por qué las actividades de los Patriarcas, de los Obispos y de los Sínodos de las Iglesias orientales se vean limitadas a su territorio".
        "Finalmente, los Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas deberían ser miembros ipso facto del Colegio que elige al Sumo Pontífice sin necesidad de recibir el título latino de Cardenal".

Giorgio Bertin, O.F.M., Obispo de Yibuti, preguntaba a la Asamblea: «Sugiero que se cree un “banco de sacerdotes disponibles”. Podríamos llamar este “banco de sacerdotes” también “Sacerdotes sin fronteras”».

Clauda Achaya Naddaf, R.B.P., Superiora del Convento de las Religiosas del Convento de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor (Siria) dijo que «La mitad de la población de la tierra está constituida por mujeres. Casi la mitad de ellas son víctimas de la violencia, la explotación, viven en la pobreza extrema, sus derechos son pisoteados. Nuestra madre la Iglesia es madre según el ejemplo de María. ¿Podría ella excluir de sus preocupaciones a las mujeres? En el Instrumento de trabajo no se hace mención de cuestiones relativas a las mujeres, en un Sínodo de Oriente Medio donde las mujeres son consideradas de rango inferior. Sugerimos que las religiosas participen activamente en los consejos diocesanos y parroquiales».


Georges Noradounguian, Rector del Colegio Armenio en Roma: «Si la Iglesia es la asamblea de los fieles, y aquí estamos solo clérigos, entonces no somos una iglesia, sino los jefes de nuestras iglesias. Considero que es muy importante dar la palabra a nuestros laicos y, especialmente, a nuestros jóvenes».


Cristianos en medio hostil

Gregorios III Laham, B.S., Patriarca de Antioquía de los Greco-Melquitas, Arzobispo de Damasco de los Greco-Melquitas (Siria) expuso –como harían otros muchos- que "la presencia cristiana en el mundo árabe está amenazada por los ciclos de guerra que se abaten sobre esta región, cuna del cristianismo. La causa principal es el conflicto israelí-palestino: los movimientos fundamentalistas, el movimiento Hamas y Hezbollah son las consecuencias de este conflicto. Si Oriente se vaciara de sus cristianos, ello significaría que cualquier ocasión será propicia para un nuevo choque de culturas, de civilizaciones e incluso de religiones, un choque destructivo entre el Oriente árabe musulmán y el Occidente cristiano. El papel de los cristianos es el de crear una atmósfera de confianza entre Occidente y el mundo musulmán para trabajar por un nuevo Oriente Medio sin guerra".

Pierre Bürcher, Obispo de Reykjavïk (Islandia), como tantos otros, manifestó que "los cristianos de Oriente Medio, en lugar de huir de la región, son particularmente indispensables en este proceso vital de justicia y de paz. De hecho, ellos han heredado el mandato cristiano del perdón. ¡La paz es la vocación urgente de Tierra Santa! ¡La justicia para las tres regiones monoteístas es que Jerusalén sea una ciudad abierta para todos!".

John Patrick Foley, Cardenal y Gran Maestre de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro en Jerusalén (Ciudad del Vaticano) recordó que los líderes políticos del más alto nivel en Jordania, Israel y Palestina. hablan de la gran contribución al entendimiento mutuo dada por las escuelas católicas en aquellas áreas, abiertas a todos, y no sólo a los católicos.

Desde el Gran Jubileo del año 2000, la Orden del Santo Sepulcro ha enviado más de 50 millones de dólares para ayudar de manera particular al Patriarcado Latino de Jerusalén, pero también a otras comunidades e instituciones cristianas para su supervivencia y para que se destaquen en el servicio a toda la comunidad de Tierra Santa".

Edmond Farhat, Arzobispo titular de Biblos, Nuncio Apostólico (Líbano) ofreció una bocanada de aire limpio y de esperanza fiable recordando que "cuando Jesús murió “el velo del templo se rasgó en dos, la tierra tembló, las rocas se partieron y las tumbas se abrieron” (Mt 27,51). En el momento de su resurrección y de su victoria sobre la muerte se levantó silenciosamente, movió la piedra sin hacer ruido, no había testigos. La Iglesia en Oriente Medio vive ahora su camino de cruz y de purificación, que lleva a la renovación y a la resurrección.

Huda Musher, Directora de "Caritas" en Jordania: «Puedo participar solamente con la sencillez de una abuela y de forma muy franca. De hecho, el cristiano oriental pertenece a la nacionalidad de la propia patria y ha contribuido y contribuye todavía hoy en la construcción de la civilización árabe e islámica. El cristiano oriental es un laico que entiende la laicidad no como un alejarse de la religión, sino como el rechazo de que un Estado se constituya sobre bases religiosas, sean cristianas, islámicas o hebreas.

El papel de los laicos

Issam John Darwich, B.S., Obispo de Saint Michael's of Sydney de los Greco-Melquitas (Australia) expuso: "nosotros, que hemos sido llamados a ser pastores de almas, perdemos mucho tiempo en cuestiones políticas. Este debería ser el papel de los laicos mientras nosotros, los consagrados, deberíamos mostrar más interés en la proclamación de la Palabra de Dios y del Evangelio de Salvación, dedicando todas nuestras energías a ofrecer el pan espiritual y educativo a nuestros fieles".


Youssef Bechara, Arzobispo de Antelias de los Maronitas (Líbano) dijo: "Debido a que la gran mayoría de los Países de Oriente Medio es musulmana y rechaza la laicidad, sería preferible para nuestro Sínodo utilizar en su lugar el término ciudadanía o estado cívico, porque es un término más admisible y abarca las mismas realidades".

Harald Suermann, Responsable para la Sección Medio-Oriental de "Missio" en Alemania: «Los movimientos laicos juegan un papel muy importante, porque dan testimonio de Cristo y de la Bondad de Dios en la sociedad mediante sus acciones y su oración. Ellos lo hacen de una manera directa. Tienen influencia sobre los diferentes grupos de la sociedad como también sobre el gobierno de un país.  No es extraño que los musulmanes se unan a estos movimientos, porque quieren compartir los mismos valores diaconales y algunas veces también los valores espirituales. Estos movimientos, con frecuencia están más adelantados con respecto a la jerarquía en campo ecuménico. Son multiconfesionales y no-aconfesionales. Ellos esperan de los sacerdotes y de los obispos una dirección espiritual, no una recuperación confesional».

Salim Sayegh, Obispo titular de Acque di Proconsolare, Obispo auxiliar de Jerusalén de los Latinos, Vicario Patriarcal de Jerusalén de los Latinos para Jordania se refirió al problema de "las sectas. En Jordania, solo por poner ejemplo, hay una cincuentena de sectas, de las cuales cinco tienen más pastores activos que todas las Iglesias católicas y ortodoxas juntas. ¿Qué hacer para conservar la fe y limitar su creciente influencia?"

Georges Bacouni, Arzobispo de Tiro de los Greco-Melquitas (Líbano) dijo que "es verdad que los padres son los primeros catequistas de los fieles, con la ayuda de las escuelas y parroquias. Pero, a partir del Concilio Vaticano II, una nueva iniciativa surgió desde los Nuevos Movimientos Eclesiales, con la bendición y el estímulo de los papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI como La Obra de María (focolares), la Comunidad de san Egidio o los neocatecumenales (los kikos).

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