dimarts, 21 de setembre del 2010

SANT@S DEL CISTER

La Orden del Císter ha dado muchos santos y beatos, santas y beatas, especialmente en sus primeros siglos de existencia.


Adjutorio, abad de Vichy. Normando alistado en la cruzada de 1095, en Palestina fue preso de los turcos. Rescatado, volvió a su tierra, fue ordenado sacerdote y se retiró a la ermita de sta María Magdalena. Luego ingresó en los cistercienses.



Umbelina (+1141 con 49 años), hermana de san Bernardo, un año menor, le siguió como cisterciense. Era muy femenina y su madre la educaba como una princesa en sociedad. Entró en el monasterio de Jully donde estaban su cuñada Isabel y su sobrina Adelina. Llegó a ser la abadesa sucediendo a Isabel y a su vez fue sucedida por su sobrina. En su funeral, Bernardo pensaba predicar pero no pudo y por sus sollozos la gente decía: “¡cuánto la amaba!”.

Adelina (+1125), la 1ª abadesa de Mortain, era hermana del abad Vital de Savigny.

Malaquías (+1148 con 54 años) es famoso por sus profecías y su lista de 111 papas desde Celestino II, elegido en 1143. Mael Madóc ua Morgair, de familia de la nobleza irlandesa, fue ordenado sacerdote contra su voluntad pues se sabía indigno. Rehabilitó la abadía de Benchot que regía su tío materno y estaba desamparada totalmente. Por imperativo legal tuvo que suceder al obispo difunto de Connerth donde las gentes vivían sin religión y luego al de Armagh, primado de Inglaterra, sede de la que dimitió y regresó a Connerth. Marchó en secreto a Roma para solicitar al Papa Inocencio II la aprobación de su obra pastoral y en Francia quiso conocer a san Bernardo. Pasados unos años regresó a Claraval pues allí quería morir y estuvo los últimos cinco días de su vida. Expiró en brazos de san Bernardo. Fue el primer irlandés solemnemente canonizado, en 1190 por Clemente III.

Esteban (+1159) era de Limoges, fundó el monasterio cisterciense de Obazine, otro femenino y luego otros más.

Amadeo (+1159 con 49 años), hijo de los condes de Hauterive. Cuando sus padres optaron por la vida religiosa, ingresó en Bonnevaux; luego en Cluny pasando al Císter cuando san Bernardo fue abad de Hautecombe. El Papa Lucio II, contra su voluntad, le nombró obispo de Lausana. Fue canciller imperial de Federico Barbarroja; intervino en asuntos políticos siempre por amor a la paz y al bien general. En la Liturgia de las Horas, es suya la 2ª lectura del 22 de agosto, santa María Reina.

Enrique o Erico (+1160), es cisterciense inglés que acompañó al futuro Papa Adriano IV en su legación en países escandinavos. Ya obispo de Upsala, acompañó al rey san Erico en su campaña en Finlandia donde consiguió algunos bautizos. Se le tiene como mártir pues fue asesinado por un cristiano resentido.

Aelredo o Alfredo (+1167 con 58 años), nacido en Hexham, fue educado en la corte del rey de Escocia. Gustaba leer a Cicerón. A los 26 años se convirtió y se hizo monje. Pronto fue elegido abad y lo ejerció hasta su muerte. Su monasterio cisterciense de Rievaulx llegó a tener hasta 600 monjes. Su tratado "Amistad espiritual" es delicioso.

Pedro (+1174 con 72 años), es un cisterciense que después de 13 años como obispo de Tarentaise, se retiró a un monasterio en Suiza pero le hicieron volver a su diócesis. Antes había sido abad y había arrastrado a sus padres y tres hermanos al Císter. La presión de san Bernardo le hizo aceptar el episcopado.

Bernardo, María y Gracia son hermanos valencianos, mártires en Alzira (Valencia), localidad de la que son Patronos.. Los hermanos Amete, Zaida y Zoraida, hijos del jefe musulmán de Carlet (Valencia), son conversos del Islam. Bernardo viajó a Cataluña por encargo del rey moro de Valencia y se paró en Poblet donde descubrió la fe cristiana; luego fue monje cisterciense y bautizó a dos hermanas pero el mayor, Almanzor, los echó de la ciudad y huyeron a Alzira donde fueron martirizados en 1180. A Bernardo le metieron un clavo en la cabeza y María y Gracia fueron despedazadas a cuchilladas.

Mauricio (+1191 con 76 años) renunció al cargo de abad cisterciense en Langonnet y se integró como uno más hasta que en el 70 se le requirió como abad en Carnoët.

Guillermo o Wilelmo, Willian o Billy (+1209), fue obispo de Bourges en Aquitania, y era sobrino de Pedro el ermitaño. Se hizo eclesiástico para medrar pero más tarde se convirtió, renunció a sus prebendas y se retiró al monasterio cisterciense de Pontigny; luego fue abad de Chalis. Era conde de Nevers. Sólo tuvo 8 años de obispo pero no exentos de sufrimientos por parte de sus canónigos a los que intentó refrenar en sus pasiones y por parte de Felipe Augusto al que reprochaba públicamente haber repudiado a su mujer.


Martín de Finojosa o san Sacerdote (+1213), soriano, fue fundador de la comunidad de Santa María de la Huerta en el valle del Jalón, cofundador del monasterio de las Huelgas y consejero de Alfonso VIII de Castilla. Siendo abad fue elegido obispo de Sigüenza y luego lo dejó para volver a su monasterio.

Franca (+1218 con 43 años) primero era benedictina y luego cisterciense y llegó a abadesa.

Adolfo (+1224 con 39 años). Hijo de los condes de Westfalia, siendo canónigo de la catedral de Colonia y muy poco edificante, se hizo cisterciense. Fue obispo de Osnabrück y destacaba por su amor a los enfermos y a los pobres, particularmente a un leproso al que visitaba llevándole medicinas y algunos regalos para animarle un rato.

Edmund Rich (+1240 con 70 años) fue obispo de Cantorbery enfrentado a Enrique III por los derechos de la Iglesia y por problemas con el cabildo monástico de su sede. Acabó desterrado y terminó su vida entre los cistercienses de Pontigny.


Eduvigis (+1243 con 69 años), hija del conde Bertoldo IV (Marqués de Moravia), hermana de santa Gertrudis y del rey de Hungría, tía de santa Isabel de Hungría, casada a los 12 años con el príncipe Enrique de Silesia (el barbudo), vio con dolor la muerte de seis de sus siete hijos. Sólo sobrevivió Gertrudis. Aseguró doncellas, dotó monjas, amparó religiosas, se constituyó deudora de los desvalidos y se esmeró con trece pobres, que agregó a su familia. Solía andar descalza aunque se ponía los zapatos si se cruzaba con alguien por el camino. Eduvigis, modelo de madre y esposa, al enviudar vivió en la abadía cisterciense de Trebnitz construida por su marido, aunque no hizo los votos para poder seguir administrando sus bienes. Fue canonizada en 1267 y es Patrona de Polonia. Karol Wojtyla fue elegido Papa el día de su fiesta, 16 de octubre de 1978, tomando el nombre de Juan Pablo II.

Bernardo Calbó (+1243), tarraconense que estudió Derecho en Lérida y ejerció de juez hasta ingresar en el Cister de Santas Creus donde llegó a abad. Ya obispo de Vic, fue inquisidor de la Corona de Aragón y animaba a los caballeros a proseguir la reconquista.


Lutgarda (+1246 con 64 años) de Brabante fue colocada en un monasterio a los 12 años; se perdió su dote por una mala gestión económica y pensaban que no podría nunca casarse. Ella vivía en el monasterio como en una casa de huéspedes hasta que se le apareció el Señor. Una vez profesa benedictina a los 17 años, siguió teniendo experiencias místicas. A los 24 años fue elegida priora pero dejó el convento para hacerse cisterciense. El Señor se recreó en ella sobresaliendo la devoción al Corazón de Jesús.

Teobaldo de Marly (+1247) fue prior en Vaux-de-Cerney. Era pariente del rey Luis VII y anunció a san Luis que su matrimonio sería bendecido con hijos.

Alicia o Aleida, Adelaida o Alix (+1250). Ingresó a los siete años en las cistercienses de La Chambre (Bruselas) y enseguida contrajo la lepra, quedó paralítica y ciega; ofrecía sus dolores por las almas del purgatorio y la conversión de los pecadores. San Pío X autorizó su Misa en Bélgica.

Teresa de León (+1250), esposa del rey Alfonso IX de León, hermana de santa Sancha, hijas de Sancho I de Portugal y nietas de Ramón Berenguer. El matrimonio -con tres hijos- fue declarado nulo en 1196 por impedimento de consanguinidad. Volvió a Coimbra donde restauró un antiguo monasterio y estableció una comunidad cisterciense en la que ingresó.

Bonifacio (+1260) siendo obispo de Lausana se hizo cisterciense en el monasterio de La Chambre, cerca de Bruselas.

Vicente de Kadlubeck, era obispo de Cracovia y luego cisterciense.


Cunegunda o Kinga (+1292 con 58 años), hija del rey de Hungría, hermana de santa Yolanda o Helena, nieta de Federico I Barbarroja, fue dada como esposa al Rey Ottocaro I Premysl (+1230 con 47 años) y luego a Boleslao de Cracovia al que exigió perfecta continencia. Una de sus Damas de honor fue la madre de santa Zedislava. Una vez viuda se hizo cisterciense en el convento de Sandeez o Stary Sacz por ella fundado. Fue canonizada por Juan Pablo II en Nowy Sacz (Polonia) en 1999.

Gertrudis (+1302 con 46 años), llamada “la magna”, como san Alberto, desde los 5 años vivió en la abadía benedictina de Helfa (en la Turingia) en donde murió. Prima de santa Isabel de Hungría y sobrina de santa Eduvigis, hermana de su padre, el rey de Hungría. Muy amiga de su tía santa Matilde, 15 años mayor. No estaba bien visto, desde san Pablo, que las mujeres escribieran hasta que Dios inspiró a santa Catalina de Siena. Gertrudis bebió a grandes sorbos de la sabiduría de la Humanidad Santísima de Cristo de quien recibió muchas revelaciones. Es Patrona de los místicos pues fue una de las grandes místicas medievales y pionera de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y el culto a san José.

Benedicto XII (+1342) era cisterciense que llegó a ser Papa en el s XIV durante el destierro de Avignon y fue quien mandó edificar allí el Palacio de los Papas. Auspició la reforma de la Iglesia valiéndose de los benedictinos cuando Bernardo Tolomei (+1348) fundaba “los olivetanos” (de Monte Oliveto). Con anterioridad Silvestre Gozzolini (+1267 con 90 años), había fundado una nueva rama de los benedictinos, llamada “los silvestrinos”, así como Pedro Morrone (+1296), que fue Papa durante algún tiempo con el nombre de Celestino V, había fundado “los celestinos”.

Características comunes a las tres reformas son la austeridad de vida, la extrema pobreza, una fuerte centralización y cierta tendencia al eremitismo. Los silvestrinos no tenían abades, sino priores vitalicios; los celestinos y los olivetanos introdujeron los abades temporales, innovación que fue imitada en los siglos posteriores.

Pero los desvelos Benedicto XII dieron poco fruto pues por entonces hacía estragos la encomienda. Prelados seculares, reyes y señores laicos gozaban canónicamente de los bienes de los monasterios como si fueran religiosos profesos. Los abades comendatarios, en general, se limitaban a apoderarse de las rentas de sus abadías, dejando a los monjes sólo una pequeña parte. La encomienda, sin duda, constituyó la peor de las plagas que azotaron los monasterios benedictinos, pero no la única. Puede recordarse el hambre de 1315-17, la gran peste de 1348-49, el gran Cisma de Occidente con Avignon y la guerra de los Cien Años. Todo parecía obstaculizar la restauración benedictina.

Valteno y Everardo son también santos abades cistercienses.

Gil, s V-VIII, fue abad de Casayo, en el Bierzo y luego párroco aunque su biografía escrita en el s X es fabulosa.

Gerardo (+1138), hermano de san Bernardo, fue monje en Claraval, es beato.

Otón (+1158), beato, era hijo de san Leopoldo III de Austria. Era abad cisterciense en Morimond en Borgoña de donde lo llevó a Frisinga como obispo su hermanastro (hijo de misma madre) el emperador Conrado III. Fue a la 2ª cruzada invitado por san Bernardo. Acompañó a Federico Barbarroja a Italia como consejero.

Hugo (+1194 con 74 años), beato, fue amigo de san Bernardo quien en una carta le ayuda a perseverar. Abad de Bonnevaux que tenía otras cinco filiales. Acompañó a Federico Barbarroja cuando se reconcilió con el Papa.

Plácido (+1248) es beato, eremita y fundador de los cistercienses del Espíritu Santo. Se dice que era capaz de dormir de pie.

Mafalda (+1257 con 73 años), esta beata es hija del rey Sancho I de Portugal y esposa del rey Enrique I de Castilla aunque el matrimonio fue anulado por parentesco y así pudo ser monja. Introdujo la observancia cisterciense en su monasterio de Arouca.

Es curioso el caso de Hildegunda o hermano José (+1188). Nacida en los alrededores de Colonia, se había disfrazado de hombre y tomado el nombre de José, para poder acompañar a su padre a Tierra Santa. Éste murió en Tiro y regresó sola a su patria. Felipe de Heinsberg, obispo de Colonia, tenía unos papeles secretos que hacía falta que llegaran al Papa. José los escondió y partió hacia Italia como un peregrino cualquiera. El criado que la acompañaba huyó llevándose cuanto tenía. Continuó su ruta conducida por un ángel que el Cielo la envió hasta su destino. De vuelta en Alemania, se hizo monje en la abadía cisterciense de Schoenau, mostrando evidentes signos de santidad durante tres años. Murió el miércoles de Pascua, y fue entonces cuando al lavar su cuerpo, se descubrió que era una mujer. Por ello, el abad no se vio obligado a hablar del "hermano José, siervo de Dios" en su acta de defunción y pudo poner en femenino lo que era masculino en las plegarias fúnebres.

Joaquín de Fiore (+1202 con 72 años), ingresó en el Cister a los 25 años como portero; luego se trasladó a un cenobio donde se ordenó sacerdote y en 1177 fue abad cinco años. De 1182 al 86 los papas le animaron a escribir. Pero en el 91 se separó del Cister y empezó la Congregación florense aprobada en el 96. Al morir recibió culto público pero la Iglesia nunca lo reconoció.


Se creía un Elías y un Juan Bautista de su tiempo; interpretaba la Sda. Escritura con método alegórico donde todo es símbolo y llegó a las exageraciones conocidas en algunos de sus planteamientos. Respecto de la historia, pensaba que el Nuevo Testamento era símbolo de la tercera edad de la historia, la del Espíritu Santo, la del amor y la verdad que sucede a la segunda, la “edad del Hijo”, la de la gracia. El Antiguo Testamento fue “la edad del Padre”, la época del temor. Defendía apasionadamente que la tercera edad había empezado ya con los "espirituales" y daba por finiquitada la anterior etapa, donde todo era corrupción y materialismo.

Dante, en su canto XII del Paraíso, lo coloca entre santo Tomás de Aquino y san Buenaventura. En el Renacimiento influyó en Savonarola, Nicolás de Cusa y Wiclef. Posteriormente le seguirán los socialistas saint-simonianos (Lessing) e idealistas alemanes como Schelling.

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