diumenge, 29 de març del 2020

2F: LA CANDELARIA

La Presentación del niño Jesús en el templo

Cada 2 de febrero se conmemora la presentación del niño Jesús y a la vez la purificación de la madre pues legalmente toda madre por parir quedaba impura durante 40 días si era niño o por 80 días si era niña (cf Lev 12, 6-8). María y José, cumpliendo la ley de Moisés, a los 40 días del nacimiento de Jesús, pagando 5 siclos para el rescate de todo hijo primogénito (cf Ex 13, 11-13), y ofrecieron dos pichones o dos tórtolas como se pedía para la gente pobre. Los griegos la llaman hypapante.

Al templo acude el anciano Simeón iluminado por el Espíritu Santo y ve entrar a un matrimonio de jóvenes con un crío recién nacido sería muy corriente, “el pan nuestro de cada día” pero ¿por qué Simeón se fija en María y José y toma al Niño Jesús en brazos y profetiza sobre su Persona y su misión redentora declarando que el Niño será signo de contradicción? Esta expresión es el título del libro del entonces cardenal Wojtyla editado a los pocos días de ser elegido papa. Su contenido son las meditaciones o pláticas que predicó en el Vaticano en 1976 en los ejercicios espirituales cuando fue invitado a ello por Pablo VI.

También aparece en el templo Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, con 84 años, viuda desde los 7 años de casada, que –como cuenta san Lucas- no ceja de hacer apostolado de la opinión pública o sea de hablar de ello a todo el mundo. Si llega a vivir hoy, con la tele e internet, seguro que salía en muchos canales y estaba en la red.

La Virgen, con el tiempo, será llamada Candelaria pues el Niño que lleva en sus brazos es la candela, o sea “luz de luz”, “luz del mundo” que nos ayuda a “caminar como hijos de la luz”. Jesús mismo dirá de sí que es la luz del mundo (cf Jn 8, 12) y que cada un@ de sus discípul@s también es y debe ser luz del mundo. Cada bautizado ha de ser un cristiano auténtico, activo y que sea luz para los que a lo largo de su vida se cruzarán con él/ella en la familia, en el trabajo, en el descanso, en el super, en el bus o en el tren; para cualquiera con quien se cruza en su vida ordinaria.

Ya a principios del s V se conocía esta fiesta como “la candelaria” o llamada “fiesta de las luces” y se introdujo en Occidente en el s. VII cuando el papa Sergio I organizó una procesión nocturna con cirios encendidos. En el libro Mente abierta, corazón creyente, que recoge las meditaciones de los ejercicios espirituales dirigidos por el entonces arzobispo de Buenos Aires, hoy papa Francisco, se lee que se entretiene en el valor simbólico de la candela que sostienen encendidos los fieles en la liturgia de este día, que siendo una luz tenue, se convertirá en un gran cirio adornado la noche de Pascua.

Santuario en Tenerife
Nuestra Señora de la Candelaria es una imagen aparecida en la playa de Chimisay, en Güímar, Tenerife, allá por el año 1320. Fue venerada en una cueva del barranco de Chinguaro, donde el mencey Acaymo la colocó, hasta que, por consejo del guanche cristianizado Antón, dicha imagen se trasladó a la cueva de Achbinico (San Blas), donde la encontraron los peninsulares conquistadores de la isla en el año 1496. En esta morada se celebró la primera misa y, coincidiendo con la festividad del 2 de febrero de 1497, el Adelantado Alonso Fernández de Lugo ordenó que se construyera una ermita, que se hizo realidad en 1526, gracias a su hijo el II Adelantado Pedro Fernández de Lugo. Hernán Cortés llevaba en el cuello colgada una medalla de esta imagen.

La Virgen de la Candelaria también se venera en Copacabana, junto al lago Titicaca, a 158 km de La Paz. La imagen fue esculpida en 1583 por Francisco Tito Yupanqui (+1616 con 66/76 años), indígena aymara en proceso de beatificación, y quien fue bautizado y catequizado por los dominicos. Dice la tradición que tuvo una visión nocturna de una señora con un niño en brazos y el rostro de las nativas, por lo que se la llama también la Virgen morena. En 1925 fue declarada “Reina de Bolivia”.

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