Para
pedirle salud, dinero y amor.
Nicolás
de Bari (†345 con 65
años) se conmemora anualmente cada 6 de diciembre, así le llamamos los occidentales aunque los orientales le llaman
Nicolás de Myra ya que fue obispo de esa ciudad turca aunque, por la invasión
musulmana de aquellas tierras, sus restos fueron trasladados por un
grupo de 62 militares bareses el 9 mayo 1087.
Vivía
retirado en la Tebaida pero al morir su tío, el obispo de Myra, el clero y el
pueblo fueron a buscarlo para elegirle sucesor. Su biógrafo es san Metodio
(†885 con 70 años) a cuyo funeral, hombres y mujeres, humildes y poderosos,
ricos y pobres, libres y siervos, viudas y huérfanos, extranjeros y gentes del
lugar, sanos y enfermos, formaban una muchedumbre que, entre lágrimas y cantos,
acompañaban al sepulcro al buen Maestro y Pastor Metodio, hermano de Cirilo.
Nicolás era muy
milagrero ya desde su juventud y en su ciudad natal de Patras en la Licia, donde pudieron
casarse tres hijas de un desquiciado hidalgo, pobre menesteroso, que para sobrevivir
lanzó a sus hijas a la prostitución. Durante tres noches, según un versión, Nicolás tiró por la ventana tres zapatos (o bolsos) llenos de oro aunque otra versión
dice que echó las monedas por la chimenea de la casa.
Nicolás fue uno de los 318 obispos que condenó el arrianismo en el
primer concilio de Nicea
donde parece que abofeteó a Arrio (+336 con 80 años) nada más verle pero
puede tratarse de una leyenda que se
justificaría con el comentario de un cardenal de la curia vaticana cuando Roma
preparaba el Vaticano II: “Un concilio no es una reunión de boy
scouts“. Nicolás era demasiado impulsivo y en su afán por erradicar los cultos paganos, ordenó
demoler el templo de Artemisa en Myra;
el templo más grande y famoso de Licia, así como otros varios edificios
paganos.
Arrio,
natural de Libia, fue sacerdote en Alejandría (Egipto) que, como unos cuantos
más, negaba la divinidad de Jesucristo, el Hijo de Dios, el Verbo, Jesús de
Nazaret, que era un tema discutido ya antes que él.
Nicolás era hijo de
padres muy ricos y ya desde pequeño repartía todo lo que tenía entre los
pobres y al morir sus padres heredó una gran fortuna que utilizó para atender
a necesitados. Hoy día muchas personas acuden a su intercesión para “resolver” también problemas económicos aunque se le tiene por patrono de las casaderas y de los comerciantes. La tradición afirma que desde su tumba brota un aceite milagroso.
También Nicolás es reconocido por los fieles de diferentes Iglesias y
denominaciones cristianas como defensor de los más débiles y de los
perseguidos, protector de las niñas, de los marineros y de los niños. También
es patrono de Rusia,
Turquía, Grecia y Alicante.
En el 550
ya había un templo en Roma a él dedicado y hoy son
más de dos mil por todo el mundo. Esta universalidad de
su culto lo convierte en un verdadero “puente entre Oriente y Occidente” y por
eso, con motivo del 50 aniversario de la elevación de la Basílica de San
Nicolás de Bari a Basílica pontificia (1968) y donde se conservan las reliquias
del santo, Francisco ha escrito una
carta (24-XI-2018) al arzobispo de Bari-Bitonto, en la que escribe que la
Basílica “pudo mostrar su vocación
específica de promover el camino de la unidad de los cristianos”.
Anteriormente
Benedicto XVI envió un mensaje
(01-03-2009) para la ceremonia de devolución de esa iglesia de san Nicolás en
Bari que, construida por los ortodoxos rusos en 1913, fue comprada
irregularmente por el Ayuntamiento en 1937. El Papa emérito manifestaba su
nostalgia por la plena unidad y el representante de Kirill I dio las gracias a
las autoridades civiles que han permitido hacer justicia y devolverles su
iglesia. El presidente de la República italiana Giorgio Napolitano entregó la
llave de la iglesia al Presidente de la Federación Rusa Dimitri Medvedev quien
a su vez se la entregó al Patriarca ortodoxo Kirill.
El 7 de
julio de 2018 en Bari tuvo lugar la Jornada
de oración por la paz en Oriente Medio, convocada por Francisco como acto
ecuménico al que estaban invitadas todas las iglesias y comunidades cristianas.
Cada 10
septiembre el santoral trae, entre otr@s much@s, a Nicolás de Tolentino (†1305 con 60 años), fraile agustino ermitaño y muy popular por los grandes milagros
y prodigios que hizo en vida. Sus padres no tenían hijos hasta que fueron de
romería a la iglesia de san Nicolás de Bari para pedirle descendencia. Su amor conyugal
tuvo el fruto deseado y por eso al niño le llamaron Nicolás.
Conrado de Baviera (†1154 con 49 años) es un cisterciense discípulo cercano de san Bernardo de Claraval que fue a Tierra Santa donde vivió unos años como anacoreta y al regresar, su barco naufragó en las costas del sur de Italia, por lo que se quedó cerca de Bari donde murió.
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