dimarts, 2 de novembre del 2010

SOLITARIOS OCCIDENTALES DEL MILENIO 1º

Van por orden cronológico:



Cástor (s IV), el primer ermitaño de Occidente, patrono de Coblenza (Alemania), era discípulo de san Maximino de Tréveris pero prefirió la vida eremítica junto al Mosela.
Serapión, anacoreta llamado el "sindonita" porque se vestía cubierto con una sábana. Viajó mucho y fue a Roma.
Filastro (+397) era el 7º obispo de Brescia y murió eremita; le sucedió san Gaudencio que canta sus virtudes. Como huésped de su amigo san Ambrosio conoció a san Agustín.
Marino (s IV ó V) según la leyenda era dálmata, quizá diácono y albañil de Rimini, luego eremita en el monte Titano, uno de los siete del actual Estado, el 5º más pequeño del mundo. Juan Pablo II estuvo en 1982 y Benedicto XVI en junio de 2011 venerará sus reliquias.
Florencia (s IV) era hija de un colono romano en Asia Menor. Cerca de Seleucia conoció al desterrado san Hilario de Poitiers a quien pidió el bautismo y a quien siguió en su regreso a las Galias y allí llevó vida eremítica cerca de Vienne.

Domiciano (s V), el primer eremita francés, discípulo de san Euquirio, siendo abad de Belley, Lyon.
Sulpicio Severo (+420), casado, escritor y abogado de Aquitania, se hizo anacoreta en Carcasona. Sólo su suegra Bassula le entendió cuando decidió, con 35 años, dejar su brillante carrera jurídica y a su mujer para dedicarse enteramente a Dios, y le regaló una finca cerca de Carcasona. Se escribía con Paulino de Nola, Jerónimo y otros personajes de la época. El nuevo Martirologio Romano dice que fue obispo de Bourges, Aquitania (+591), ensalzado por Gregorio de Tours.

Silvia (+420). Se dice que era la chica más inteligente de su siglo. Cuando su marido Gordiano, senador, convirtió su casa en un monasterio, ella se retiró a una pequeña celda junto a la iglesia de san Pablo. Es la madre de san Gregorio Magno y cuñada de santa Amelia y santa Tarsila. Su hijo el Papa dirá que mamó la piedad de la leche materna.
Caprasio (+430) fue uno de los fundadores del monasterio de Lerins con san Honorato después de muchos años de eremita. Se le invoca contra el reumatismo y las enfermedades nerviosas.


Alejo (+430), romano de ilustre familia de senadores, hijo del senador romano Eufemiano, que a los 20 años huyó de Roma a Siria donde estuvo 17 años viviendo como mendigo en oración y penitencia. Cuando fue descubierto su origen familiar, cuenta una tradición que, por miedo a que le rindieran honores (se le llamaba el hombre de Dios), regresó a Roma donde vivió debajo de la escalera de casa de sus padres quienes no le reconocieron hasta que se dio a conocer y le ayudaron a bien morir.


Arsenio “el grande” (+ 450 con 95 años). Senador y diácono romano, por recomendación del papa san Dámaso, era maestro de los hijos del emperador Teodosio "el grande". Después de 10 años, huyó del mundanal ruido, de la corte imperial, y se retiró a la soledad. Entre muchas de sus enseñanzas o frases, solía decir: "muchas veces he tenido que arrepentirme de haber hablado. Pero nunca me he arrepentido de haber guardado silencio".
Hilario (+449 con 48 años) era el abad 2º de Lérins, siempre fue sucediendo a san Honorato. Era eremita y muy a su pesar fue hecho obispo de Arlés. Trabajaba con sus propias manos; en verano e invierno usaba la misma capa y siempre viajaba a pie. Como obispo no dudó en vender todos los objetos de plata de la catedral para rescatar cautivos.
Euquerio I (+450), de familia senatorial, fue senador y casado con Gala; es padre de san Verano y otro, ambos obispos y educados en Lerins con Hilario. Es tío de san Euquerio II, también obispo de Lyon. Con permiso de su esposa, prefirió vivir en una cueva cerca del monasterio de Lerins hasta que fue promovido a la silla episcopal de Lyon.
Abrahán (+480), monje persa de la ribera del Éufrates que viajó a Egipto para tratar a los monjes de la Tebaida. Allí fue apresado pero pudo escapar y huyó a las Galias. Fue ermitaño cerca de Clermont y luego vivió en el monasterio de St. Cyrgues.

Georgina o Jorgina (+500), virgen de Clermont-Ferrand en Aquitania, vivió retirada en un campo suyo a las afueras de la ciudad. Gregorio de Tours, nacido 40 años después, cuenta el milagro que ocurrió el día de su entierro con unas palomas.
Justo era obispo de Lyon y abandonó la sede para irse al desierto egipcio. Entonces el pueblo eligió a Antíoco o Andeol (+500) que era presbítero y había regresado sin éxito de intentar traérselo.
Conleto (+520), el obispo 1º de Kildare, era ermitaño y asesor de santa Brígida de Kildare.
Germán (+540) fue elegido obispo de Capua siendo solitario penitente. Fue legado del papa Horsmidas para firmar la paz con el emperador oriental Justino I. San Benito vio volar su alma al cielo.
Saturio (+570 con 77 años), visigodo, hijo de familia noble, fue ermitaño en la colina de Peñalva en Numancia, y es patrono de Soria. Se le tiene por el guía espiritual de san Prudencio de Armentia.
Donato (+535) es sacerdote francés que vivía solitario en Sisteron sin dejar de ejercer su ministerio.
Eutiquio (+539 con 57 años), obispo de Como, se retiraba solitario al monte algunas temporadas.
Marculfo (+558) erigió el monasterio de Nanteuil del que fue nombrado abad. En las cuaresmas, vivía como ermitaño.
Leonardo (+559), cortesano, convertido por san Remigio, fue ermitaño de Limousin. En tiempos de las cruzadas era invocado como protector de los cautivos.
Clodoaldo o Claud (+560) es sacerdote ermitaño parisino, hijo del rey Clodomiro, nieto de santa Clotilde y Clodoveo. Fue ermitaño en lo que hoy, por él, se llama Saint Claud. Fue ordenado por san Severino de París. Se le atribuye la fundación del monasterio de Nogent-sur-Seine.
Millán o Emiliano de la Cogolla (+574), después de vida eremítica y clerical, abrazó la monástica. Famoso por su generosidad con los pobres y sus profecías.
Aurea u Oria es virgen reclusa en san Millán de la Cogolla.
Patroclo (+576 con 76 años) se dedicaba a la enseñanza de niños antes de ser eremita. Se rodeó de muchos discípulos y los organizó monacalmente. Su cuerpo fue trasladado a Colombier.
Eparquio o Cybar (+581), renunció a su condición de duque de Perigord para ser monje en Sessac. Una vez presbítero, vivió 39 años solitario en Angulema pero rodeado por muchos discípulos.
Leobardo (+593) era recluso y se hizo eremita de Tours, después de traspasar sus compromisos conyugales a su hermano menor y rezar en la tumba de san Martín. Se retiró a una celda cerca de la abadía de Marmouituer. En los escritos de Gregorio de Tours encontró lo que necesitaba.
Wilfrido (+595) es el estilita de Occidente; contó a san Gregorio de Tours que sólo se alimentaba de pan y agua. Los obispos de Tréveris le confiaron predicar en la zona por lo que se le tiene por apóstol de la ribera del Rhin.
Goar (s VI), ordenado sacerdote en Tréveris por el obispo Félix, construyó un hospital y un oratorio para atender a los peregrinos. Tuvo permiso para vivir solitario; se negó a ser obispo. En 765 Pipino donó su celda al monasterio de Prüm, a orillas del Rhin.
Juniano (s VI), hijo del conde de Cambrai, a los 15 años se unió a san Amando, al que enterró al morir y luego siguió viviendo sólo durante 40 años.
Valerio (s VI), solitario de Limoges; salía de su celda sólo para ir a la iglesia o a la tumba de san Marcial.
Viator (s VI) fue ermitaño en Tremblevif, pueblo que lleva su nombre de Saint-Viâtre.
Lucio (s VI-VII). Cuenta la leyenda que fue el primer rey converso de Coira, Alemania. Algunos dicen que renunciando a su corona, fue a predicar a los grisones pero alborotaban tanto que se retiró como ermitaño a Suiza.

Etbino (+600), huérfano a los 15 años de padre, fue incorporado al clero por el obispo, pero luego se hizo monje y, tras la invasión de los francos y la dispersión de la comunidad, se fue a Irlanda, cerca de Kildare. Vivió 20 años en una celda en un bosque.
Fintán (+603), discípulo del irlandés san Columba, empezó ermitaño y acabó rodeado de discípulos fundando un monasterio con tanta austeridad que causaba extrañeza en los de alrededor.
Maglorio (+605), primo hermano y sucesor de san Sansón, era obispo de Dol en Bretaña pero luego se retiró eremita a la isla de Sark en el Canal de la Mancha.
Ursicinio (+620), ermitaño en el Jura, discípulo de san Columbano, vivía solitario hasta que fue descubierto y entonces se le agregaron muchos discípulos.
Kevin o Coemgeno (+622) es irlandés educado en el monasterio de Kilnamanagh. Cuando quisieron hacerle abad huyó solitario a Glendalough pero fue descubierto en 549 rodeado de discípulos con lo que fundó allí un gran monasterio.
Betario (+623), siendo eremita, Clotario II se lo llevó a la corte como capellán y profesor; luego fue elegido obispo de Chartres.
Galo (+627 con 72 años) era monje irlandés, discípulo de san Columbano. Trabajó junto al lago suizo de Constanza llevando vida de ermitaño. Un siglo después de su muerte surgió la famosa abadía de san Galo o sant Gall.
Monón (+640) era irlandés, ermitaño en Brabante y se le tiene por mártir pues fue asesinado por unos ladrones enfadados por las visitas que recibía en su ermitorio en los bosques de las Árdenas.
Ricario (+645) era campesino en Ponthieu, el único ciudadano que dio acogida a dos misioneros escoceses. Luego se hizo sacerdote y vivió retirado en Centola, en el corazón de la selva de Crécy.
Pablo (+647), cortesano de Clotario II, se hizo eremita y luego fue elegido obispo de Verdún. Fomentó la devoción eucarística y mariana.
Bega (+660) era una joven princesa irlandesa que huyó a Escocia para evitar el matrimonio; recibió el velo de manos de san Aidano de Lindisfarne; luego fue eremita y acabó fundando un monasterio en Cumberland, donde fue abadesa.
Fructuoso (+665) era sacerdote eremita que fundó un monasterio en el Bierzo y otros muchos más por el oeste de la península ibérica. Fue trasladado a Braga desde Dumio donde fue abad-obispo.
Wandregisilo (+668), nacido en Verdún, la antigua Neustria, era conde, casado con una joven noble que le pidió continencia total. Pronto ella le pidió permiso para ser monja y él se hizo eremita y luego fundó el monasterio de Fontanelle.
Cenérico o Cerenico (+669), era diácono y benedictino de Espoleto que se retiró solitario en Le Mans y con sus discípulos fundó un monasterio.
Judoco (+669) renunció como rey de Bretaña, fue ordenado sacerdote y se retiró a un bosque solitario en Ponthieu con su discípulo Vurmaro. Hermano de san Judicael, rey.
Gobán (+670) monje irlandés, discípulo de san Furseo al que siguió a Francia e hizo vida solitaria en los bosques galos de Oise.

Amando (+676 con 95 años), obispo de Maastricht, fue el monje iniciador del monaquismo flamenco Monje en la isla de Yeu pero se fue a Tours pues su padre insistía en sacarlo. Ya ordenado sacerdote se fue a Bourges haciendo vida solitaria 15 años. De romería a Roma recibió el encargo papal de ser obispo misionero. Por Flandes y norte de Francia fundó monasterios masculinos y femeninos. Evangelizó incluso a los eslavos.
Diosdado o Deodato (+679) fue obispo de Nevers pero antes abad, después eremita en los montes Vosgos y luego vivió en un monasterio que lleva su nombre.
Florencio (s VII), irlandés venido a Alsacia como ermitaño pero tuvo tantos discípulos que fundó un monasterio antes de ser elegido obispo, el 7º de Estrasburgo en 678. Fue sucesor de san Arbogasto.
Beato (s VII), sacerdote italiano que llegó a las Galias e hizo vida en una cueva en la región de Laón de donde salía algunas veces para predicar en pueblos vecinos.
Baroncio (s VII) ermitaño de Pistoya, había sido caballero de Berry.

Víctor (s VII), ermitaño en Champagne, sus alabanzas las escribió san Bernardo.
Disibodo (+700) vivía como ermitaño en Maguncia junto al río Nahe. Se le unieron compañeros y se tiene por apóstol del Rhin.
Hidulfo (+707), corepíscopo de Tréveris, o sea abad y obispo, vivía solitario retirado en los Vosgos. Allí recibió muchas vocaciones y por ello fundó un monasterio del que fue el superior.
Felano, Foellán, Foilán o Fillán (+710), siendo abad en san Andrés de Escocia, acabó haciendo vida solitaria.

Frutos (+715), eremita, es patrono de Segovia. Sus hermanos Valentín y Engracia compartieron vida eremítica con él y de ellos hablaba la 1ª ed del nuevo Martirologio Romano de 2002 pero los silencia la 2ª de 2004.
Lotario (+756), obispo de Séez, cuatro años antes fue depuesto o presentó su dimisión para hacer vida eremítica.
Altón (+760) es monje irlandés que vivía solitario en Augsburgo y Pipino le donó en los bosques de Baviera el lugar para construir un monasterio que consagró san Bonifacio en 750.
Ursicino (+760) era obispo de Chur, antes abad de Disentis, Suiza. A los 4 años de obispo, dimitió para ser eremita.
Solas (+794) es monje irlandés que se fue a Baviera, a disposición de san Bonifacio. Alternaba el apostolado con el retiro en Eischstätt como eremita. Recibió muchas donaciones que confió a Fulda.
Mainbordo (s VIII), peregrino y eremita irlandés honrado en Dampierre. Cerca de Besançon fue asesinado por unos ladrones.

Urbicio o Urbez (+802), eremita en Huesca, en el cañón de Añisclo; era de Burdeos y, con su madre Asteria, y con 14 años, fue hecho prisionero por los moros que atacaron Aquitania. Siendo pastor -dice la lápida de la fachada de su celda- quería vivir solitario en la naturaleza y con la meditación. Mientras fue esclavo, se esforzó por vivir las virtudes que les recomienda san Pablo. Atribuyó su liberación a la intercesión de los santos Justo y Pastor.
Antonino (+830) era abad de un monasterio en Sorrento destruido por los lombardos y marchó a Castellamare donde el obispo, admirado por su pureza, lo nombró vicario. Cuando el obispo se fugó al desierto, le dejó el gobierno. También él se retiró a la soledad pero Roma le recriminó su conducta e ingresó en el monasterio de san Agripino donde llegó a ser abad.
Benito de Macerac (+845), griego venido a Bretaña con unos compañeros para hacer vida de ermitaño en Nantes.
Prudencio (+861), alavés, anacoreta con san Saturio de Soria, luego evangelizador de Calahorra hasta establecerse en Tarazona. Al quedar vacante esa sede, fue elegido obispo.

Meinrado (+861 con 64 años), benedictino ermitaño, fundador del santuario de Einsiedeln. Parece primo de Hildegarda, hija pequeña de Carlomagno, quien le regaló la imagen de la llamada "Virgen de las Ermitas" que se venera en el hoy santuario mariano. Se considera mártir pues fue asesinado por unos desalmados.
Eusebio (+884) era ermitaño irlandés que se hizo benedictino en Suiza (St Gall) y luego vivió como recluso en Voralberg, Baviera. Para algunos fue degollado con una hoz por unos campesinos porque reprendía sus excesos.


Nicodemo (+900), ermitaño italiano en el monte Cellerano, se retiró más aún en Mammola.
Arsenio (+904) desde los 15 años era ermitaño en Reggio-Calabria, luego sacerdote. Viajó a Sicilia y Grecia pero regresó a su tierra. Tuvo por compañero a Elías Espeleota (+960) que escribió su vida.
Froilán (+905), tras unos años de eremita en el Bierzo, en los montes del Curueño, salió a evangelizar a los que huían de los musulmanes. Le buscaban en su celda muchedumbres, magnates y obispos, para escucharle. Fue abad del monasterio de Veseo, por él fundado y que tuvo 300 monjes. Luego fundará otros cenobios en el reino astur-leonés. Cerca de Zamora fundó el monasterio "dúplice" o "mixto" de san Salvador de Tábara que tuvo 600 monjes de ambos sexos. A petición del pueblo, Alfonso III lo nombró obispo de León en 900.
Wiborada (+926) de la nobleza de Suabia, era eremita cerca del monasterio de sant Gall donde ingresó su hermano. Fue asesinada en una invasión de los húngaros.
Gerardo (+940) era monje en Ainay y siendo obispo de Maçon dimitió por preferir la vida solitaria en la selva de Brou donde erigió un priorato.
Vital de Castronovo (+993) era monje y como ermitaño siciliano fundó varios monasterios en Calabria. Preso de los sarracenos fue liberado y se estableció en Torri donde fundó el monasterio de Rampolla en Lucania.
Onofre (+995) de noble familia de Catanzaro, vivió eremita con la regla basiliana en la selva de Panaia, cerca de su pueblo natal.
Adelrico o Alarico (s X). Se llamaba Suabo y siendo benedictino en Eissiedeln, Suiza, se retiró como ermitaño a la isla de Ufnau, en un lago de Zurich.

Quisieron ser y no pudieron

Cutberto (+687) era militar de Nortumbría que se hizo monje. Siendo prior de Lindisfarne adoptó lo romano y la regla benedictina. Luego quería ser eremita pero los demás obispos le nombraron, contra su voluntad, prelado de Lindisfarne.

Rabano Mauro (+856 con 76 años), abad benedictino de Fulda durante 20 años, dimitió para llevar vida eremítica pero Ludovico “el germánico” le nombró obispo de Colonia, su ciudad natal. Benedicto XVI lo glosó (Audiencia General 03-06-09), recordando que se le tiene como “praeceptor Germaniae” (maestro de Alemania), que tuvo una capacidad extraordinaria de trabajo y como Isidoro de Sevilla, Beda el venerable o Ambrosio Auperto, contribuyó a mantener viva la cultura teológica, exegética y espiritual a la que recurrirían los siglos venideros. Compuso probablemente el famoso himno del “Veni Creator Spíritus”. Armonizó las artes, la inteligencia, el corazón y los sentidos, lo cual procedía de Oriente, y lo extendió por Occidente. 

Creo que Rabano Mauro –añadió Benedicto XVI- nos dirige hoy estas palabras: en el trabajo, con sus ritmos frenéticos, y en las vacaciones, tenemos que reservar momentos para Dios. Abrirle nuestra vida dirigiéndole un pensamiento, una reflexión, una breve oración, y sobre todo no tenemos que olvidar el domingo como el día del Señor, el día de la liturgia, para percibir en la belleza de nuestras iglesias, de la música sacra y de la Palabra de Dios, la belleza misma de Dios, dejándole entrar en nuestro ser. Sólo así nuestra vida se hace grande, se hace vida de verdad.

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